Capitulo 6

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“Hay veces que el destino tiene formas curiosas de ocurrir, porque cuando menos te lo esperas ocurre lo que más deseas…”


Severus tenía catorce años, era un niño flaco, casi desgarbado, tenía el labio inferior partido por la última paliza que había recibido de su padre, faltaban dos semanas para ir a Hogwarts y  ese día habían ido a comprar el material.  Su madre estaba  curando sus propias heridas en su habitación, Severus no le había dicho a su progenitora de sus heridas pues no quería seguir preocupandola sabiendo que la mujer dejaría de cuidarse para atender las suyas.

El joven estudiante de la escuela de magia y hechicería miro el cielo con pesar preguntándose qué había hecho en su vida anterior para ser el saco de boxeo preferido de su padre, suspiró, realmente lo unico que queria el pelinegro era escapar, incluso estaba dispuesto a dejar sus amadas pociones por huir del hombre que era aparentemente quien más lo odiaba en la tierra, porque ni James Potter le tenia tanto rencor, pero al menos el chico Gryffindor no le debia nada Tomas Snape era su padre, Severus no comprendia como el  hombre podia ponerle la mano encima sin siquiera preocuparse de lo que estaba haciendo.
Los ojos negros del joven se llenaron de lagrimas, que trago mientras se envolvia en la raida manta que lo cubria pues a pesar de ser una noche de verano, la cercania al rio hacia que el frio fuera más intenso. Severus recordo el cuento de su madre donde un podia pedirles deseos a la luna llena para que esta como protectora de la magia los cumpliera, él sonrio de forma asida entre sus lagrimas pobremente retenidas, pero a fin de cuentas no perdía mucho con probar, despues de todo era lo unico que tenia, sus ultimos gramos de esperanzas de huir de allí con su madre viva.

-Si es que existe una magia tan benevolente, te pido que nos saques de este lugar – miro a la luna brillante redonda segura de sí misma en el cielo nocturno de finales de Agosto -Te honraré y vivire de la mejor forma posible pero te lo pido, sacanos a mi madre y a mi del alcance de mi padre, danos una vida en paz- suspiro esta vez sin retener sus lagrimas -Por favor, evita que mate a mi mama-

La luna brillo, triste por el pedido del pelinegro, ella como protectora de los magos lo que mas queria era que tuvieran una vida plena, pero no podia evitar de ellos decidieran, que ellos en su libre albedrío de vivir la vida se hirieran. Brillo, brillo porque cuidaria al pequeño mago que rogaba por la protección de su madre. Ella no era vengativa, nunca lo había sido, más había momentos en la historia en que le hubiera gustado ser más que la protectora de los magos.

Severus se durmio, con la ventana abierta dejando que la luna Llena velara por su deseo y por su sueño. Nunca había podido imaginar el joven mago que su limite llegaria tan pronto pero llego y se aferro a la pequeña esperanza de que el brillo constante en el cielo le brindaba.

Fue una semana antes de ir a Hogwarts que la vida de Severus y Eileen cambio drasticamente un águila real se poso en la ventana de la cocina luego de que Tobias se hubiera ido a trabajar, con resaca y de mal humor pero para alegria de madre e hijo se había ido. El animal espero en la ventana hasta ser notado y entonces le entrego a la mujer la carta sellada que debía transmitir. Una carta del banco Gringotts algo inusual para ellos que muy a su pesar podían tener algo de dinero en las cuentas, pero quizás por compasión o porque conocían a la bruja jamás cobraron el mantenimiento de la cuenta.

“Estimada señora Snape,
Nos ponemos en contacto con usted pues tenemos en nuestro deber la responsabilidad de darle la mala notica de que su padre Lord Prince ha fallecido anoche en las antecamaras de Gringotts. En nuestro poder esta el testamento y le rogamos que acuda a nuestro establecimiento para realizar la lectura y hacer el traspaso de poderes.
Nuestro más sentido pesame.
- Grink, gestor de cuentas Price”

La mujer de cabello negro estaba impactada, abrumada por la notica, su padre habia muerto, quizas no se habían llevado del todo bien desde que ella decidio casarse, sobre todo desde que ella se nego a darle la razon a su padre cuando era obvio para todos que Tobias Snape era un vividor y una mala persona, sin embargo saber de su muerte la entristeció profundamente, despues de todo era su padre, y ella había sido su unica hija. Una creciente resolución crecio en ella, sabiendo que era momento de hacer lo correcto.

-Ve a buscar tus tunicas formales Severus y vistete debemos ir al banco- dijo su madre mientras ella misma salia de la cocina sobrendiendo a su hijo con la nueva resolución ante la vida que parecia mostrar  su madre. Fue así que luego de estar vestidos y de que su madre atara su cabello con un listón verde, pues así se veia más guapo, ambos, madre e hijo se encaminaron al banco de magos con la decisión de aceptar lo que la vida les estaba dando.

Severus y su madre, quien iba vestida con unas de sus tunicas más elegantes llegaron al banco donde fueron atendidos por Grink que tal como le había dicho en la cara, era el gestor de las cuentas Prince.

-Lamento mucho su perdida señora..- exclamo el duende con una pequeña reverencia

-Aprecio sus condolencias- declaro ella con la mejor postura Sangre Pura, pues por algo su padre la había instruido.

-Si esta de acuerdo procederemos con la lectura del testamento-

-Si por favor- declaro la mujer

-Yo  Agustus Prince, Lord de la antigua casa Prince en posesión de todas mis facultades le cedo mis bienes y mi titulo a mi hija de forma irrevocable, a su muerte mi nieto Severus Tobias Snape sera el unico heredero del titulo y la fortuna Prince, más desde este momento tiene derecho a tomar el apellido de la familia- era coto y conciso era evidente que había modificado el antiguo testamento -luego agrega a modo de nota personal – dice el duende quien leia el documento – Querida hija,  Sé sin duda alguna que he sido causante de desagracia en tu vida, lamento profundamente que mi muerte sea lo que te trajo de vuelta hasta el ceno de la familia Prince, sabes muy bien que no soy un hombre de arrepentimientos, pocas cosas en mi vida causan tal desagradable sentimiento. Más sin duda lamento el día en que esas palabras salieron de mi boca, y no hay excusa alguna que justifique un comportamiento tan vil en un caballero mucho menos en tu padre, querida niña, espero que seas feliz y que este nombramiento pueda darle mas dicha a tu vida.
A mi querido nieto, Severus tengo  la desdicha de decir y de plasmar en este papel que he sido sin dudas el peor abuelo que algún nieto jamás hubiera deseado, sin embargo espero que hayas heredado el nombre corazón de tu abuela y puedas perdonarme,  un viejo amigo mío Septimus Malfoy, debes conocerlo por tu compañero de casa, me ha comentado que heredaste el talento familiar de las pociones, Espero que puedas sacarle provecho a el humilde regalo que ha dejado tu abuelo en su lecho de muerte. Con amor Agustus Prince, jefe y Lord de la casa Prince – Madre e hijo se miraron profundamente consternados por lo escrito en la carta, si bien eso no quitaba los años de abandono y palabras hirientes sin duda se apreciaba el esfuerzo – enlistare ahora si sus propiedades señora- declaró el duende luego de unos momentos en silencio – a Eileen Prince le queda el titulo, los honores, y el trabajo como Lady Prince siendo la responsable de ocupar sus asientos en el consejo y de liderar a la familia – a esto se refería pues había otras ramas de la familia Prince que dependían de que el apellido y las finanzas se mantuvieran de forma respetable, Eileen había estudiado toda su adolescencia para sumir su papel como heredera de su padre, algo poco usual en el mundo magico- Tambien le cedo 20 de mis bóvedas incluida las reliquias familiares, le dejó a su nombre las inversiones en las empresa Malfoy y en las empresas Black así como quedara al frente de compania inversora de la familia Prince, dejo en su posesión  la mansión de la familia, la casa de londres y las casas de distensión en italia y francia- la lectura fue interrumpida por el jadeo de Eileen que no creia que su padre le hubiera dejado todo a su nombre, todo.- Continuo- dijo el duende- al señorito Severus Snape se le concedió dos bóvedas, una de la familia y la otra abierta por su abuelo, se le ceden las inversiones hechas en la editorial Black así como el laboratorio y el departamento en el callejón diagon, tambíen esta apartado el dinero para que pueda realizar su maestría y una bóveda llena de ingredientes de pociones y libros, una colección de la familia- con eso acabo la lectura del testamento. Severus no podía caber en sí mismo de la emoción que había en su cuerpo. -La señora aceptara el legado?- indago el duende. Ella lo miró y luego se giró para mirar a su hijo a quien de pronto le brillaban los ojos de forma esperanzada

-Mama?- preguntó el joven de catorce años que retorcía sus manos nervioso, temiendo que su madre, por costumbre o miedo rechazara la oferta de su padre

-Si, tomare el cargo que mi padre me legó- dijo la pelinegra pasando su mano por el cabello de su hijo

-Excelente Mi Lady- dijo el duende haciendo una reverencia – debe firmar aquí- le entro los papeles para que los firmara.


Eileen Prince y Severus Prince llegaron a la mansión de la familia, aquella donde ella se había criado de pequeña, cuando la noche empezaba a cerrarse arribaron correctamente, la mujer había decidido enviar los papeles de divorcio a su esposo junto con una suma de dinero para que los firme, sabía perfectamente que el hombre firmaría por esa suma de dinero, era demasiado borracho y ambicioso para pensar en otra cosa, también envió a un elfo de la casa a recoger sus cosas, los libros del joven Severus, así como sus ropas y las pequeñas cosas que le pertenecían tanto a Eileen como al jóven.

Cuando Severus miro por la ventana de la que ahora era su habitación, una amplia con ventanas y espacio para acumular sus libros, también tenía un sofá cerca del balcón donde se podía ver el cielo, allí estaba cuando notó que era observado por la luna, grande y llena que se alzaba en lo alto del cielo iluminando su cuarto con un tinte azulado. Severus supo en ese mismo instante que el viejo cuento familiar era real, y que la magia protectora de la luna siempre estaría con él para acompañarlo. El joven mago solo pensó que debía compartir su hallazgo con su mejor amiga

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está historia es más lenta que otras pero seguirá publicandose..
espero la estén disfrutando..
gracias por el apoyo..

Deseo en Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora