CAP 27 - Accidente

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Azula salió de la casa, no le gustaba estar encerrada junto con personas que no conocía bien o que le caían mal, seguía caminando hasta que llegó a una pequeña playa, tranquila y sola.

Azula: Por fín algo de paz - suspiró fuertemente

Se quedó sentada en una pequeña roca. Las olas alcanzaban a mojar sus pies, era muy relajante.
Se quedó viendo el sol y el cielo azul, unos pensamientos de su pasado comenzaron a llegar a su cabeza, unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, realmente su vida en casa era horrible y muy dolorosa, ver a su madre y a Zuko riendo realmente le dolía ya que ella no tenía la atención de nadie y el chico que ella quería le tenía terror.

Azula: Lo que daría por tener una vida normal - dijo con la voz quebrada

Bajó la cabeza y empezó a llorar en silencio pero notó que una pequeña familia estaba llegando a disfrutar del ambiente, y estaba empezando a caer el atardecer así que se limpió los ojos rápidamente y puso su cara de seriedad que infundía respeto, se levantó y se fué lentamente de ese lugar.
Tenía que atravesar todo el bosque nuevamente, pero no le importaba realmente, le gustaba caminar para huír de sus pensamientos, sentimientos y problemas, a la mitad del camino pisó unas ramas y estas tronaron, al instante se abrió un gran agujero en el suelo, cayó en lo más profundo, no había salida.

Azula: ¡RAYOS! - susurró muy molesta - ¡Qué tonta! Tantos años de entrenamiento para caer en este tonto agujero - dijo mientras volteava a todos lados para encontrar una salida.

Dentro del agujero había una pequeña raíz, con la cual podía intentar salir.

Azula: Bien - susurró

Azula tomó la raíz, intentó salir, pero la tierra se resbalaba mucho lo cual hizo que la raíz se safara.

Azula: Ahhh - cayó fuertemente - Argggg!!! - gritó fuertemente.

Azula empezó a hechar fuego a lo loco dentro y fuera del agujero.

Aang: Oye ¿estás en problemas? - preguntó sarcástico

Azula: Noo, hice un agujero muy profundo para quedarme aquí por la eternidad - respondió molesta y sarcástica

Aang: Jaja jajaja, tienes buen sentido del humor - sonrió

Azula sólo escuchaba la voz de un chico.

Azula: Bah! Si no me vas a ayudar mejor lárgate - dijo molesta

Los pasos del chico se empezaron a escuchar cada vez más cerca hasta que se asomó al agujero. Azula se volteó para poder ver al chico, un color rojizo se dibujó en las mejillas de ella por la vergüenza.

Azula: ¿Quién haces aquí? - preguntó seca

Aang: Vine a dar un paseo - sonrió

Azula: Meh - dijo con desprecio

Aang: ¿Vas a querer que te ayude o que? - preguntó

Azula: Claro que no dejré que me toques, mejor ve a la Mansión y dile a Zuko que venga por mí, después puedes desaparecer - cruzó los brazos

Aang: Puf, que genio - rodó los ojos - Oye primeramente yo no soy mensajero ni sirviente para que me des órdenes, segundo deberías ser mas amable y menos amargada, terminarás con un montón de arrugas cuando tengas 20 años - añadió

Azula: ¡ESO NO TE IMPORTA! - gritó molesta - si no vas a ir por Zuko mejor lárgate de aquí -

Aang: Eh... Nop, es mi ayuda o la de nadie - dijo

Azula: Entonces la de nadie - respondió molesta

Aang: Bien, diviértete con los lobos, o con los leones alce dientes de sable - dijo y se dió la vuelta

Aang se dió la vuelta y empezó a caminar de regreso a la Mansión cuando se escucha la voz de Azula.

Azula: Bién, ayúdeme ¡pero no me toques! - insistió

Aang: Jajaja sabía que te arrepentirías - dijo y regresó

Azula: Pásame una cuerda o algo - dijo indignada

Aang: Sólo tengo mi planeador - dijo

Azula sólo rodó los ojos por la incomodidad.

Azula: Pues ya que - se sonrojó

Aang: Bien - sonrió

Aang amablemente extendió su planeador para que Azula lo agarrara y pudiera subir. Azula tomó el planeador y subió cuidadosamente.

Azula: Gracias - dijo indiferente

Aang: De nada - sonrió

Azula dió un paso pero había una roca, la cual hizo que tropezara y cayera sobre Aang, ambos cayeron juntos al suelo casi dándose un beso, sólo que Aang se volteó rápidamente evitándolo. Azula se levantó rápidamente.

Azula: Yo... Lo siento mucho, no era mi intención... - dijo muy nerviosa

Aang: Sólo olvidalo - se levantó rápidamente con el poder del aire - vámonos ya - dijo incómodo

Ambos empezaron su retorno, la incomodidad se podía sentir, durante todo el camino no se dirigieron ni una palabra. En cuanto llegaron a la casa ambos tomaron sus rumbos.

Suki: Qué bueno que regresaron - sonrió

Aang: Sí, gracias - dijo distraído

Suki: ¿Estás bien? - preguntó

Aang suspiró y se tranquilizó

Aang: Sí hermana, muchas gracias - sonrió

Azula se encerró en su cuarto, no quería que nadie le hablara.
El accidente no le importó a Aang, le incomodó pero no fué para tanto, mientras que para Azula fué algo más que un accidente, según ella fué "algo que quizo el destino".

El Avatar y la Maestra AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora