26. Lo que Somos

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Lamento la tardanza, más de lo habitual, pero como siempre pasa algo.

No has tenido esa experiencia en la que tienes un plan para algo ya establecido y piensas que cuando tengas que integrarlo sería sencillo y todo cuadraría perfectamente... solo para darte cuenta de que era una idea apenas medio hecha que tienes que reformular más de una vez para que todo se adapte y tenga sentido estructural y no sea un revoltijo sin sentido.

¿No? Bueno. Yo sí.

Como sea, comencemos!

<Piso uno, ruta principal>

"..." Bell miro silenciosamente los alrededores mientras avanzaba junto a los aventureros y el <almiraj>. Había pasado unos minutos desde que habían subido las escaleras e incluso estando tan cerca de la salida los aventureros no parecían querer apurarse a llegar a la superficie.

Las paredes y techos del primer piso eran tal y como Bell las recordaba, exactamente iguales a los tres pisos anteriores. El aire que sentía en su piel era ligeramente más húmedo y frio que en los pisos anteriores, eso era debido a la corriente constante de aire que ingresaba por la entrada de la mazmorra hacia este piso.

'... debe ser de noche, pero no sé si acaba de oscurecer o es de madrugada' pensó Bell, sintiendo el clima familiar pasar través de sus ropas rasgadas. Desde que había bajado a los pisos profundos, solo había estado adivinado la hora según el tiempo que el mismo sentía que pasaba. Por lo que en realidad está era la única aproximación segura que tenía sobre la hora del día en el que estaban.

Este es un sentido que Bell aprendió a desarrollar después de múltiples exploraciones, lo que en general ayudaba a saber en qué hora del día se encontraba aun con su falta de reloj. Por inútil que pareciera, en general era bastante necesario saber la hora y día en que estaban en cada exploración, debido a que la afluencia de aventureros podía variar según esta.

'tenido sueno... debe ser hora de dormir' Bell pensó mientras consideraba la hora, parecía que había llevado bien el tiempo hasta el momento, aunque tenía que subir para asegurarse de sí tenía razón y estaba cerca de ser del amanecer o si ya estaban a mitad de la noche.

No era extraño que algunos grupos entraran y trabajar más allá de la tarde o incluso hasta la madrugada.

Por su puesto, había una regla no escrita para los aventureros más débiles tratar de evitar aventurarse los domingos así como ingresar a la mazmorra pasada cierta hora del día. La cantidad de aventureros disminuye a esos momentos, por lo que la cantidad de monstruos que no eran eliminados de forma constante disminuía en consecuencia.

Era ocurrente escuchar de grupos que descendieron en la noche y no solían al día siguiente, terminaban siendo abrumados los monstruos.

'Es una regla no escrita, por lo que nadie se molesta en decirle a otros, es algo que tienes que saber... de alguna forma' Bell pensó. Considerando que quizás por esa razón es que aún hay noticias ocurrentes de gente que desaparecía al ir a esas horas a este agujero.

Pero en su situación actual no podría importar menos. Después de todo, estaban en un grupo relativamente decente, por lo que no importaría que apareciera.

...

"Brrrr..." Bell contuvo un estremecimiento cuando un escalofrió paso por toda su espalda de manera repentina y miro detrás suyo para ver qué pasaba, pero cuando notó que el resto de los aventureros no parecieron estar afectados consideró que debía de ser por su falta de ropas adecuadas para el clima.

La hora de salida general de Bell era cuando el sol estaba por ocultarse, pero el corredor estaba más frio de lo que estaba acostumbrado. Probablemente debido a la estación.

Danmachi: En el agujero del conejo: Sueños EfímerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora