þrettán

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Derek miró a Cora que tosía débilmente. Sentía como sus ojos se cristalizaban al ver lo pálida que se encontraba su hermana. Tenía el mismo color blanco en la piel que Laura, cuando la tuvo que enterrar después de encontrarla cortada en dos. A los pies de la cama, el lobo negro que había aparecido la otra vez estaba sentado, mirándola fijamente, aunque cada tanto se levantaba para lamerla un poco y lloriquear. Derek no tenía la fuerza como para decirle que se vaya.

—Está muriendo, ¿no? —murmuró Isaac a su lado, Derek apretó los labios.

—No lo sé.

— ¿Qué harás?

—No lo sé.

Isaac se removió inquieto.

—Bueno, podrías pensar en algo. Porque mientras Scott y Stiles estaban allá afuera, tratando de evitar que las personas murieran, vos estabas acá revolcándote con la verdadera asesina en estas sábanas— Isaac señaló con furia la cama en donde estaba acostada Cora, Derek sintió como un nudo se formaba en su garganta. El lobo negro le gruñó al adolescente que se sobresaltó, pero luego volvió a su regaño— ¿Sabes a cuantos mató? ¡Érica y Boyd están muertos, Cora está muriendo y vos no haces nada! ¿Por qué nos hiciste esto, Derek? ¿Fue por el poder? ¿Estabas aburrido? ¿Te sentías solo?

Derek levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

—Quizás—le respondió. Isaac se levantó y caminó hacía la puerta—Le prometí a Cora que no me iba a ir. Ayudaré a los otros cuando sepa cómo ayudarla a ella.

— ¡No hay tiempo! —Gritó Isaac y abrió la puerta de golpe— La luna llena se acerca. Melissa y el Alguacil van a morir, así que voy a ir hacer algo para ayudar. Vos podes quedarte acá y perfeccionar el arte de no hacer nada.

Isaac salió golpeando la puerta. El lobo se acercó a Derek, acariciándolo con el hocico, él lo recibió con una pequeña caricia, sin saber qué hacer, pero buscando algo de confort.

—No lo tomaría como algo personal—le dijo Peter desde las escaleras— La ira es sólo una herramienta, la está usando para cambiar de lealtad de un Alfa a otro. De vos a Scott.

Peter bajó las escaleras, Derek lo miró de reojo, pero trató de hacer oídos sordos.

—Scott no es un Alfa todavía— murmuró.

—Pero está en camino, ¿no?

Derek lo ignoró, volviendo a tratar de seguir sacándole el dolor a Cora.

— ¿Qué vas a hacer con el lobo? —preguntó después de un rato Peter, el animal en cuestión levantó la cabeza y lo miró. Derek no apartó la mirada de su hermana.

— ¿Qué con el lobo?

—Sólo digo que tal vez es un espía de Deucalion o Jennifer. Los druidas están en constante contacto con la naturaleza después de todo.

El lobo le gruñó, Peter no se dejó amenazar.

—Sólo digo que no deberíamos tomar el riesgo...

—Peter, cállate.

La puerta se abrió abruptamente, Derek giró su cabeza esperando ver a Isaac. Una parte de él también estaba en alerta de que podía ser alguno de los Alfas. Pero en lugar de eso, estaba su tía Helen. A su lado, su tío hizo un ruido de sorpresa y el lobo empezó a mover la cola.

—Helen—saludó su tío— No has envejecido un día.

—Peter— le devolvió su tía— Lamentablemente no puedo decir lo mismo.

Ambos se miraron fijamente, el ambiente algo tenso.

—Tía Helen—intervino Derek— ¿Qué te trae acá?

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