Capítulo 11. El viaje

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Antes de partir a nuestra misión, tomamos algo de ropa y comida, enseguida caminamos en dirección a la orilla del mar esperando encontrar la nave marítima que nos llevaría hasta el bosque pero... genial era una balsa de madera donde obviamente solo entraba el pequeño, Neferet alzó una ceja y no tardó en hablar.

-Nos tomas el pelo? talvez quepas tu y un elfo más, pero 4 de nosotros?-

-Lo siento mucho pero son las únicas que teníamos, como podrán ver nunca ha sido necesario fabricar otras de mayor tamaño-

Neferet solo cruzó los brazos y dio un gran suspiro, miré a Benjamín buscando alguna idea para solucionar ese PEQUEÑO inconveniente.

-Romina, aquellos barcos les pertenecen verdad?-

Preguntó mientras señalaba las embarcaciones de nuestro clan.

-Pues si, pero ninguno de nosotros sabe conducirlos-

-Romina...-

Benjamín me miró algo decepcionado obligándome a recordar que así es como había llegado hasta aquí.

-Esperen aquí, enseguida vuelvo-

Fue lo último que Benjamín dijo antes de salir corriendo.

-Tu novio es muy raro-

Mis ojos se abrieron de inmediato acompañados de unas mejillas sonrojadas ante las palabras de Neferet.

-No es mi novio-

Intenté sonar relajada mientras cruzaba mis brazos y no tenía contacto visual pero solo la escuché reír burlonamente; sin embargo decidí no prestarle atención. De inmediato sentí la mirada del elfo desde mi cabeza a mi pies.

-Cómo te puede gustar un humano? no tiene nada que ofrecerte, tienen un mundo muy desordenado, lleno de odio y maldad-

Hice una expresión de asombro con mi boca y lo tomé por sus ropas.

-Mira enano...-

-elfo-

-si lo que sea, no te metas en mis asuntos o la próxima víctima serás tu-

Le froté la cabeza con mi puño y lo solté, él se acomodó y limpió sus ropas ignorando lo que había pasado, miré hacia el horizonte pero mis oídos captaron los gritos de Benjamín.

-Chicas!!! la reina nos a otorgado el permiso para tomar una de sus embarcaciones-

llegó algo agitado por haber corrido y de inmediato nos dirigimos a una de ellas.

-pues... de nada-

No lo volteé a ver por tal comentario pero me logró sacar una pequeña sonrisa. Así empezamos este viaje y espero que lo sobrellevemos bien o alguien de nosotros saldrá muerto y no precisamente por los orcos.

***9 horas después***

Genial como odiábamos viajar, el elfo y el humano muy tranquilos y nosotras que? acostadas cual lobos marinos con nauseas y hartas de todo.

-No pensé que una de sus debilidades era viajar en barco-

Lanzó sus palabras con una risa que me estresaba.

-Cierra la boca o te mato-

-Romina, dile a tu novio que se calle o seré yo quien lo decapite-

-Nunca te lo permitiría, si alguien lo ha de matar he de ser yo-

Escuché a Benjamín reír.

-Me halaga que se peleen por matarme; por cierto Eider es la que menos habla, el elfo te comió la lengua?-

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