Un día como cualquier otro en el infierno Namjoon se encontraba caminando por los pasillos del gran castillo negro que era propiedad de su padre, Lucifer, también conocido como el diablo. Tenía tantos sobrenombres que se lo podía conocer de cualquier forma, pero siempre llegaban a la misma conclusión; alguien con cuernos sobre la cabeza, cola puntiaguda, y el peor ser que pudiera existir. Cuando la realidad era que...quizá se exageraba demasiado con esas descripciones.
El joven de veintiséis años, en edad humana, es uno de los hombres más preciosos que podías encontrar en el infierno, labios carnosos, alta estatura, piernas y brazos marcados por los músculos, cabello de un tono morado con una textura increíblemente suave, una inteligencia descomunal, y obviamente no podía faltar la herencia de maldad de su padre ni sus grandes alas con plumas negras las cuales sus puntas se arrastraban contra el suelo. Su elegancia era tanta como su vulgaridad al hablar con gente de confianza. NamJoon podía ser el demonio más hermoso que existe, cautivador, y divertido, seguía los pasos de su padre, y todos ahí abajo estaban seguros que sería el mejor sucesor que el infierno pudiera tener.
Perfecto partido para cualquier diabla o demonio, en el infierno no existía una orientación sexual definida.
Ese es uno de los tantos motivos por el cual Namjoon estaba orgulloso del padre que tenía, en su mundo no habría problema si eres homosexual, cometes un error, tienes sexo antes del matrimonio, resumiendo, si incumplen alguna de las tontas reglas que crearon los fanáticos de Dios aquí no existiría castigo. La biblia la habían creado con la intención de retener los impulsos humanos, de que las personas se sintieran culpables al hacer lo que su ser más anhelaba, no servían de nada, eran puras páginas llenas de mentiras por un hombre, posiblemente machista, que solo quería tener a las mujeres bajo su poder y condenar a quienes disfrutaban de la vida. Los humanos le tenían pánico al infierno, sin saber que el verdadero lugar del terror era la tierra.
El joven caminaba a paso tranquilo hacia la habitación de su progenitor ya que lo había llamado con extrema urgencia. Namjoon se sentía orgulloso, no tenía muchas tareas en el infierno más que ser un Incubus sacándole energía a humanos mediante sueños eróticos o invocaciones para unas sesiones de sexo, y aunque las disfrutaba prefería tener un mejor trabajo. Fue un niño mantenido desde que nació, es decir, demasiados milenios atrás como para contarlo, así que su padre no le otorgaba tareas difíciles de cumplir, aún si NamJoon le pedía de rodillas que le dé algo más interesante, como poner la piedrita en el camino de los humanos y divertirse al ver que se debatían entre tomar esa mala decisión o seguir siendo una buena persona. Ejemplo de ello, las infidelidades. Los demonios se divertían poniendo en bandeja de plata a esas personas que no pudieran resistirse, los humanos estaban en decisión de si esquivar aquella oportunidad y seguir siendo una buena persona, fiel a quien lo amaba, o preferir su lujuria y tener un pase digno al infierno.
NamJoon ingresó a la habitación de su padre, tenía paredes oscuras, armarios en color negro, y una enorme cama donde de pequeño su hijo se la pasaba saltando con diversión. Lucifer se encontraba vestido con una camisa formal negra, junto a un pantalón del mismo color, su cabello rojizo estaba despeinado y tenía las manos en los bolsillos, mirando con adoración a su único hijo, su motivo de ser feliz. Toda esa fábula de que tenía cuernos y cola eran mentira, lo único que no estaban errados eran en esas prominentes alas con plumas negras, tenían algunas cicatrices por sucesos que pasaron tiempo atrás, pero estaban bien escondidas, luego, no entraba en las características que los humanos le otorgaron. Lucifer era tan guapo como para hacerte caer en la tentación, un hombre que sabía lo que hacía, y con una sola mirada estabas a sus pies. Era decisión de la otra persona arriesgarse a ser uno más en su lista.
⎯ ¿Me llamabas, padre?⎯ el menor se hizo presente en la puerta de Lucifer.
⎯ Hijo, sí, ven aquí.⎯ pidió suavemente y NamJoon se acercó hasta su gran y cómoda cama sentándose allí. Lucifer podía ser la peor entidad para algunos pero para su hijo era el mejor padre que alguien pudiera tener, y es que después de convivir con él, de conocerlo mejor que nadie, estaba seguro que no era tan malo como aparentaban.⎯ Vas a hacer una misión, ¿Quieres?

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Liar| knj.✓
Fiksi Penggemar𝙈𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙤𝙨𝙤| La maldad viene envuelta en un envase atractivo y atrayente para nuestros ojos, sino, ¿De qué forma caeríamos en ella? →Heterosexual. →Ángeles y demonios. →Kim Namjoon. →Hermosa portada hecha por @cherrxdark de @EditorialEvil <3