Liar| knj.✓

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Hoy sería el día en el que Namjoon pasaría de ser el segundo demonio más poderoso a ser un dulce ángel, lo cual lo ponía algo ansioso. Tendrían que quitar sus alas negras y cabello morado ya que en el cielo solo existe el cabello rubio, castaño claro o anaranjado, el que lo tiene de otro color podría ser un impostor, por eso mismo casi ningún ángel le tenía confianza a YoonGi ya que él porta cabello tan negro como la noche, pero había nacido de esa forma, nadie sabía el porqué, pero desde siempre le habían teñido desconfianza, y cuando se la pasaba cerca de la hija de Dios podían escuchar los suspiros ahogados al pensar que ella terminaría muerta o herida por culpa de él. Irónico que era el único que la entendía a la perfección.

⎯ Bien, ¿Por dónde quieres empezar, hijo?⎯ preguntó Lucifer emocionado, NamJoon, el mayor y YoonGi se encontraban en la sala de cambios perteneciente al castillo, era grande y se podía ver un gran espejo de cuerpo completo, a un lado pegado en las paredes se encontraba una estantería con libros los cuales contenían palabras para realizar los cambios de una especie a otra. YoonGi sentado en el cómodo sofá habló.

⎯ Deja las alas para lo último, es lo que más duele.

⎯ No se las arrancaré, solo les cambiaré el color.⎯ Lucifer rodó los ojos mientras el mejor amigo de su hijo soltaba una silenciosa risa.⎯ ¿Tengo cara de torturar a mi pequeño?

⎯ Es una tortura subir.⎯ opinó el pelinegro, Lucifer por unos momentos se sintió culpable de mandar a su hijo al cielo, bajó la vista y NamJoon se dió cuenta de ello regañando a YoonGi con la mirada, quien torció los labios sintiéndose un poco culpable, pero mentiras no decía, por lo menos para él había sido una maldita tortura, ni hablar para sus padres que lo habían visto caer al infierno luego de que arranquen sus alas. Jamás olvidarían los gritos agonizantes de su único hijo, el cual no sabían que ahora vivía en el infierno, pensaban que había fallecido.

⎯ Igual yo quiero ir, comencemos con esto.⎯ animó el de cabellos morados, su padre tomó un libro con portada blanca de cuero, lo abrió y leyó por unos largos minutos en los que los jóvenes miraban con atención a Lucifer, en silencio para no hacerle perder la concentración.

⎯ Lo tengo, necesito que estés derecho, con la espalda recta.⎯ ordenó y NamJoon de mala gana lo hizo, aunque a los segundos volvió a encorvarse, no podía mantenerse recto por mucho tiempo. Lucifer miró hacia arriba y se dirigió hasta su hijo para darle un golpe en la espalda y enderezarlo.⎯ Ahora sí. ¿Qué decía? Ah, cierto, tu cabello será castaño claro, tu ropa pasará a ser de colores alegres y tus alas blancas. ¿Alguna duda?

NamJoon negó y prestó atención a lo que hacía su progenitor, con sus manos comenzó a rodear sus brazos, luego sus piernas, torso, pies y cabeza. Se alejó unos pasos y movió su mano en un remolino, una neblina blanca cubrió al ex pelimorado luego de escucharlo decir algunas palabras en latín.

La neblina se esfumó tan solo minutos después revelando a un NamJoon con la misma altura de siempre, menos musculoso, ojos de un tono avellana al igual que su cabello y cejas. Vestía una camisa mangas largas blanca con algunos brillos y transparencia desde los codos hacia abajo, su pantalón era pegado a sus fuertes piernas y trasero, siendo del mismo color que la camisa, los pies los adornaba unos lindos zapatos con un pequeño moño de color plateado. Sus grandes alas negras habían pasado a ser de un blanco reluciente, y con un tamaño menor, ya no arrastraba las puntas por los suelos y no lo hacían ver tan intimidante.

Todo un ángel.

⎯ Wow, ¿Desde cuándo tienes tanto culo?⎯ interrogó su mejor amigo impactado viendo el cambio del menor, quien rodó los ojos ante esas palabras, ¿en serio era lo único que YoonGi diría sobre su nueva apariencia?

⎯ Púdrete.⎯ le mostró su dedo medio junto a una sonrisa irónica, Lucifer soltó una carcajada y acomodó un poco el cabello de su único hijo.

⎯ Tienes que mejorar ese vocabulario si quieres pasar desapercibido.⎯ advirtió mientras llevaba sus manos a su cuello, soltando el seguro de una fina cadena plateada el cual colgaba un pequeño triángulo, lo colocó en el cuello de su hijo y lo escondió dentro de la camisa.⎯ Esto sirve para cambiar de reino, si quieres venir a casa solo tienes que apretarlo con fuerza y cerrar los ojos mentalizando tu hogar. ¿Entendido?