Liar| knj.✓

four

Era un nuevo día y Namjoon ya se estaba dirigiendo al lugar en el que se iba a juntar con Celine, el día de ayer Dios casi los ve y si veía eso significaría un castigo para los dos, aunque más fuerte para el chico. Consideró eso algo estúpido, y a su vez muy extraño, comenzaba a pensar que el hombre tenía alguna clase de obsesión con su hija, con mantenerla pura y alejada de los hombres, y es que, ¿por qué le tenía tan prohibido juntarse con alguien que pudiera sentir amor? ¿Por qué le negaba a su hija sentir el amor, un sentimiento que él ya tuvo? Quería pensar que era porque tenía miedo a que saliera lastimada como le sucedió a él, pero de igual manera, no podía mantenerla en una burbuja de flores, colores cálidos y nada malo, porque en algún momento Celine chocaría demasiado duro contra la realidad.

Celine, a través de una carta, le hizo saber que se encontrarían en el campo desocupado, ahí ya no trabajaba ni pasaba gente gracias a que Dios hizo otro el cual era mucho más bello, contenía flores y el sol daba todo el día, por ende podrían estar tranquilos. NamJoon no buscaba demasiado privacidad tampoco, muy en el fondo sabía que en cualquier momento perdería el autocontrol que tenía, había una mujer preciosa frente a él y no podía tocarle ni siquiera un cabello, entonces si habían personas con ellos podía sentirse más...tranquilo de que se mantendría tranquilo y quieto.

A lo lejos pudo ver la figura femenina de Celine, vestía una falda larga y un top mangas largas, su cabello iba suelto y sobre el adornaba una bella corona de oro con flores del mismo material. Sus alas se podían ver brillantes y fuertes, sin algún rasguño o rastro de suciedad. Se acercó a ella a pie, debía acostumbrarse a caminar demasiado, además de que era bueno para la salud.

⎯ Celine.⎯ saludó NamJoon apareciendo por detrás, la chica se dió media vuelta y le mostró una brillante sonrisa en la cual el infiltrado quedó observando con curiosidad. ¿Por qué carajos su estómago sentía algo? ¿Acaso el desayuno le había caído mal?

⎯ Hola, NamuK, ¿Has dormido bien?⎯ preguntó algo tímida, a NamJoon se le hacía extraño su comportamiento pero no mencionó nada.

⎯ Sí, solo que estuve pensando en lo que me querías decir hoy.⎯ respondió escondiendo sus manos en el bolsillo delantero de su sudadera color crema. Hacía un enorme esfuerzo para que sus ojos no bajen del rostro de ella, y es que la falda empezaba desde sus caderas, por lo que tenía descubierto desde la boca del estómago hasta debajo del ombligo, podía jurar que veía dos sutiles líneas a los costados del mismo, marcando sus abdominales. Realmente Dios la hizo tan perfecta que no se perdió ni un solo detalle, y con eso no se refería a que las mujeres atléticas eran más atractivas que las que no hacían deporte, sino que, ¿quién pone el mínimo detalle para agregar hasta la marca de abdominales?

⎯ Es acerca de lo que dijimos ayer, ir conociéndonos para tener confianza.⎯ le recordó con las mejillas rosadas, NamJoon se había olvidado de esa parte y pensaba que directamente irían al templo en camino a la copa dorada. Asintió y se sentó a un lado de la chica encogiendo un poco sus alas para que no choquen.

⎯ Bien...umh, ¿Cómo se hace esto?⎯ soltó algo confuso, nunca supo hacer amistades ya que todos iban a él y no tenía que hacer nada de esfuerzo, con YoonGi sucedió algo parecido, solo que su padre se lo presentó. Pero en sí, nunca había hecho eso de las presentaciones, en la escuela, su primer año, se había levantado de su asiento para decir su nombre completo y no más que eso, jamás se acercó a alguien a preguntarle su cumpleaños, colores favoritos, o cuál era su número de la suerte. Si sabía esas cosas de su mejor amigo era porque en medio de una conversación surgían.

Celine soltó una baja risa y arrancó una pequeña flor amarilla que se encontraba plantada en el campo, la colocó entre el cabello castaño claro del chico siendo sujetada por su oreja, exactamente igual que ayer, y él se dejó, nuevamente. NamJoon veía sus acciones atento, tal vez así podría aprender algo.