12 Bosque Prohibido.

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Draco, despierta. -Edrick movió levemente a Draco, hoy era un día especial, Hagrid había prometido llevarlos al bosque prohibido, aunque nunca dijeron sus verdaderos motivos, lo convencieron con decirle al medio gigante que podrían conseguir un permiso especial para que tuviera un dragón, al instante accedió, poniendo la condición que Dumbledore no se enterara y ellos aceptaron gustosos, todo estaba a su favor. -

Mmmmm -Se talló un poco los ojos y sonrió al ver a Edrick. Estaba sorprendido, pues todos saben que el ama dormir.- Voy

Baño listo, ropa lista, solo debes bañarte, para desayunar pedí tarta de miel y manzana, un jugo de frutas y bombones explosivos de chocolate. -Sonrió al ver la expresión y la mirada tierna de Draco. Una vez más siente algo raro, pero le gusta. ¿Le gusta Draco?, claro que
Sí, Draco le encanta, lo vuelve loco. Le daría el mundo completo, le daría la vida de ser necesario. Pero no deseaba ponerlo en peligro.- Vamos a comenzar el día.

Woooo, amo esa mezcla. Gracias Edrick. -Como un niño brincó de la cama y abrazó a Edrick- Voy a bañarme. Regreso pronto.

Mientras Draco tomaba un baño, Edrick se puso a leer un rato, mientras Dobby arreglaba la cama y limpiaba el cuarto, ambos jóvenes estaban en su mundo, pero en eso, Edrick escuchó una voz.

Harry Potter... -La misteriosa voz hablaba chistoso, pero era muy perturbante, por lo que con rapidez se levantó y comenzó a meditar, intentando ocluir su mente, a su corta edad era considerado un experto en oclumancia. Sus estudios habían sido muy avanzados, su padre se encargó qué él tuviera la mejor educación.-

Protego revelium. -Edrick comenzó a proteger su mente y revelar cualquier peligro. No era algo difícil, pero tenía intriga.-  Revélate. —Ordenó con fuerza.-

Debes andar con cuidado. -la voz se alejó, dejando una advertencia y una extraña sensación en Edrick-No estas sólo, pero tampoco te descuides la espalda.

La voz se alejó con sutileza, pero con una claro mensaje. Él corría peligro y debía de mejorar rápidamente, más si quiere proteger a los que ama. No hay algo que le importe más que aquello por lo que daría su vida.

Edrick. Edrick ¿todo está bien? -Draco estaba frente a él perfectamente arreglado y la comida estaba servida, Draco se había espantado.- ¿Qué hacías?

-Sacudió la cabeza levemente para alejar esa extraña sensación, sonrió y habló- Estaba meditando, tuve la necesidad de hacerlo.

-Draco sonrió- ok, por cierto quiero que me hagas un dibujo.

-Arqueo la ceja, pero sonrió y asintió feliz de complacer a Draco- Claro, lo que mi reina pida.  Mi reina lo tiene. —Se levantó y con una elegante reverencia tomó la mano de Draco, dándole un beso al menor.-

Ante ese comentario, Draco se sonrojó y Edrick sonrió triunfante. Nadie habló más, se centraron en comer y disfrutar del apacible silencio. Una vez terminaron, guardaron lo necesario para ir al bosque prohibido y comenzaron su camino hacia la cabaña de Hagrid.

Hola muchachos. -Hagrid sonrió al ver a los niños, y aunque se sorprendió al ver que ambos iban tomados de la mano, no dijo nada, pues recordó que Sirius Black y Remus Lupin hacían lo mismo en el pasado. Pero estos niños tenían un aura diferente.-

Hagrid. -Edrick sonrió, pues Draco estaba sonrojado, se le hizo lindo pero no dijo o hizo nada, en cambio ambos siguieron a Hagrid.- Estamos anciosos por conocer más.

Este bosque es peligroso, pero sé que pueden protegerse mutuamente, los llevaré hasta cierto punto y después de dos horas, si no regresan. Iré por ustedes, así que cuídense. -Hagrid habló con soltura. Sabía que llevar a dos estudiantes al bosque prohibido, era una mala idea, y lo sería si fueran cualquier otro estudiante, pero estos dos niños son excepcionales, separados son muy buenos, juntos imparables. Además sabía que Edrick protegería a Draco, y éste a la inversa.-

Claro, después de ésto te daremos el permiso especial firmado por el ministro de magia y el guardián de la ley de cuidado de criaturas mágicas. -Edrick declaró con firmeza, recordando su palabra a Hagrid.-

Y haré que mi padre consiga un dragón. -Draco a completó la promesa realizada.-

Ambos niños comenzaron a caminar, a paso firme, ambos habían desenfundado sus varitas, también tenían unas pequeñas protecciones mágicas, seguros pero nunca está de más. El silencio seguía presente y fue entonces que Edrick decidió romper el silencio.

Draco, bebé. -Edrick dejó de caminar, necesitaba hablar con alguien.-

-Draco enarco la ceja, mucho tiempo había pasado desde que le había dicho así- Dime Damián.

Creo que corremos peligro.

Bueno, estamos en el bosque prohibido.

No, me refiero a un peligro que no hemos escogido.

¿Qué te hace pensar eso?

Mientras te bañabas, una extraña voz me advirtió. -Volteó su mirada a Draco y observó como él comenzaba a prestar atención.- Si bien muy pocos saben que soy Harry Potter, entre ellos lo saben Dombledore y creo que Voldemort lo intuye.

Puede ser, pero estoy seguro que mis padres y Severus te protegerán. -Draco escuchó con calma, pero deseaba que Edrick se equivocara, él ha opacado el nombre de Harry Potter y ahora en Hogwarts nadie habla de él. Pero no quiere poner en peligro a Edrick Damián Prince.-

Sea lo que sea, te protegeré. Lo juro. -Edrick abrazó a Draco, ignorando su rojizo color, lo abrazó protectoramente, como si no quisiera que se esfumara, y para su fortuna Draco respondió el abrazo. - Mientras esté en mi poder y dentro de mí alcance te protegeré, sino, buscaré la forma de mantenerte a salvo.

Un Amor Eterno (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora