Un Amor Eterno (Harco)

30 Don De La Palabra.

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Este es el segundo ataque hacia mi persona, mi familia es distinguida al igual que la de ustedes y somos magos, todos nosotros hemos sido educados y hemos tratado de mantener nuestras costumbres.

¿Vamos a dejar que la sangre sucia manche nuestro honorable linaje o vamos a poner fin a esta estupidez? Ayer fui yo, hoy fue mi prometido, mañana podría ser uno de ustedes o peor, alguien de su familia. ¿Vamos a esperar que eso pase? Albus Dumbledore pide que nos adaptemos a ellos, pero yo nunca he visto que ellos celebran una festividad de nosotros, es más, tuvimos que cambiar nuestras festividades por una muggles, eso nos ha restado identidad y hemos dejado que pase por muchos años, pues ellos nunca se habían revelado en nuestra contra; pero esta vez han ido demasiado lejos.

¿Ahora que viene, que los elfos y nuestros esclavos nos ataquen? Honorable Wizengamot, es momento de mostrar la importancia de nuestro linaje. Es hora de alzar las varitas y de aceptar que lo que ellos piden, es algo que nosotros no les daremos. La sangre llama, nuestros lazos llaman. Vamos, vamos a acabar con esta estupidez.

En ese momento todo el Wizengamot se levantó aplaudiendo, todos felicitaban al joven Malfoy, había demostrado su educación y linaje. Efectivamente, todos estaban de acuerdo con él.

A salvar nuestro linaje. —Gritó el jefe del Wizengamot.-

Exijo un juicio, Hermione Granger y Ron Weasley pasaron la raya, mi prometido está herido por su culpa. —habló Draco mientras sus compañeros, Pancy, Crabbe, Theodore y Percy lo escoltaban, pues la orden de Edrick, había sido clara. Draco no saldría sólo, siempre iría con al menos dos guardias y también iría con una de las crías de Nagini, misma que aún era muy pequeña, pero ya era poderosa.-

Mañana por la noche será el juicio, es una luna nueva.
—Habló nuevamente el jefe del Wizengamot, por lo que ahora todos lo que apoyaban el movimiento de sangre pura ya habían sido notificados.-

Entonces me retiro, espero que cumpla su palabra. —Draco se colocó su capa y con la elegancia que lo distinguía comenzó a caminar, siendo seguido por su guardia. Era momento de hacer lo siguiente en su agenda, reunión con el señor tenebroso, Lord Voldemort.-

Todo está listo Draco.

Gracias Theodore.

Regresaré a Hogwarts, así no notarán nuestra ausencia. Por suerte ya pasó del toque de queda, así que los estaré esperando. —Pancy se despidió de ellos, llendose a Hogwarts y así poder cuidar del joven príncipe.-

Crabbe, vete con Pancy, mejor mandame a los gemelos, dile al tío Severus que regresaremos en dos horas aproximadamente. Y no te separes de la sala de estar, anuncia a Slytherin que tendremos una reunión. —Draco dio la siguiente orden, su prometido está indispuesto por ahora, por lo que le toca a él tomar el mando.-

Bien, entonces vayan con cuidado. —Crabbe se quitó un prendedor de su capa.- Ten, ese es un trasladado y un escudo mágico, así no sentirán que te fuiste de Hogwarts. Además en caso que pase algo, te llevará a la casa de mis padres, la que está en Gales, una vez llegues ahí, la casa te protegerá. Y si algo pasa tiene la orden de llevarte allá. Se activará una alarma y rápidamente mis hombres irán allá para cuidarte.

Gracias, fue buena idea dejar que pensaran que eras un tonto, así no se cuidaran ni de ti ni de Goyle. —Draco sonrió, pues Crabbe y Goyle eran sus amigos y les gustaba pasar desapercibidos. Esto era lo mejor. -

El profesor Severus se quedó trabajando en una posion, así que podemos estar tranquilos. —Theodore le susurró al oído a su amigo.-

El viaje para la reunión había comenzado, ahora solo estaban Theodore y Draco, pues Percy se había quedado en el Wizengamot para aclarar unas cosas sobre los miembros de su familia que eran inocentes, lo cual sólo eran unos pocos. Por ejemplo, Bill, Charly, él mismo y los gemelos, pues incluso sus "bondadosos" padres le habían enseñado muchos trucos desleales a los demás. Pero ellos nunca se dejaron llevar por lo que decía Dumbledore, el gran mago, como ellos le decían.