3

3.9K 454 94
                                    


A Peter le gustaba pasar tiempo con su amigo Ned. Lamentándose lo perdedores que eran, y sobre todo: hablar de la colección de legos de Ned. Y para Peter era el mejor amigo nunca existido, y eso era suficiente.

Era sábado ya, y Ned había llegado temprano, de hecho, en la mañana, sorprendiendo a Peter. Otros días, a Peter no le habría importado pero ese día sí que le importó porque no podía solo dejar a su amigo en casa mientras salía a ver a Tony. Los amigos no se hacían eso, no se abandonaban ni se escondían cosas. Pero igual iba a hacerlo, muy a su pesar.

—¿Tienes una cita? ¡Peter! ¿Y dónde quedó nuestro Solteros por siempre?

—Ned, no es una cita.

—¿Quién es ella? ¿Hace cuánto me escondes esto?

—Ned, no es una chica.

—¿Te van los hombres?

—¡No!

—No tendría problemas, Peter. Seguiríamos siendo los mejores amigos...

—Oye, es solo un amigo.

—No, si fuera un amigo, no estarías revisando qué ropa ponerte, ¡desde hace una hora!

—No, no hago eso —Peter arrugó la frente, ofendido aunque en el fondo sabía que era verdad.

—¿Qué más me estás escondiendo? Porque si vamos a confesarnos, quiero decir entonces que yo estoy saliendo con Betty.

Peter abrió los ojos y la boca con sorpresa. Trató de hacer un cálculo rápido de recuerdos de las últimas semanas pero no vio en ningún momento a Ned a solas con Betty. ¿Acaso le estaba tomando el pelo? Preguntó desde cuándo eran novios y Ned dijo que apenas dos semanas. Peter quiso desmayarse al enterarse recién. Se suponía que eran amigos.

—¿Y ese solteros por siempre del que me reclamabas hace un instante, ah? —Peter dejó salir el aire, derrotado.

—Pero somos novios de closet. No nos atrevemos a salir —murmuró Ned.

—Ned, no existe relaciones de closet. Al menos no para los heterosexuales.

—Claro que existe. Leí que los, no Peter, ese color opaca tus ojos mejor toma ese blanco. El blanco te queda muy bien —le sonrió.

—Gracias, Ned. —dijo Peter no muy contento, tirando la polera blanca por la puerta, y sin más, se puso una polera negra. 

Ned bajó la mirada, suspirando dramáticamente, mientras murmuraba algo que Peter no alcanzó a escuchar.

—¿Qué?

—Que-mejor-me-habría-pasado-la-tarde-con-Betty. —farfulló Ned.

—En serio, no te entendí.

—El-amor-vuelve-tonto-a-uno.

Peter rendido, le dijo que no tardaría mucho y que podía sentirse como en casa. Y antes de salir con la mochila en manos, superficialmente tomó la polera blanca que había tirado hacia la puerta. Una vez en el living, se cambió de polera, avergonzado por hacer eso, pero no tenía opción. Sentía la necesidad de verse bonito.

Caminó hacia el callejón, siempre cuidando que Ned no lo estuviera siguiendo. Lo que menos quería hacer por ese día era explicarle por qué se encontraba con un vagabundo ya que ni él mismo lo sabía. Revisó que su billetera estuviera ahí, en su mochila, y ahí estaba con dinero extra que había tomado de sus ahorros, esta vez haría que Tony comiera en un lugar más especial.

Cuando dio la vuelta al callejón, vio a Tony esperándolo ya. Se saludaron desde lejos, Peter caminando rápido al encuentro.

—¿Cómo has estado? —preguntó Tony, extendiendo su mano derecha.

Un ángel me besó |Starker|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora