Un ángel me besó |Starker|

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Los noticieros no tardaron en comunicar sobre el accidente que Tony Stark había sufrido al salir de un edificio "pobre" en Queens. A los reporteros les interesaba más el saber qué hacía Tony Stark en ese lugar que el accidente. Algunos especulaban que tal vez planeaba comprar toda esa calle para asentar una nueva compañía ahí, otros que tal vez hacía alguna obra de caridad a alguien que vivía ahí, o visitar tal vez a algún conocido. 

Entre otras noticias, el chofer era un joven no más de 25 años, y era de color, por lo que nadie parecía tenerle un poco de compasión al señalarlo como un criminal, como si hubiese ocasionado el accidente a propósito. El joven conductor no dejaba de decir que era inocente, que él conducía a una velocidad aceptable, y que no vio a millonario hasta que fue muy tarde, ya que de la nada, Tony se atravesó en su camino.

Desesperado, y con el peso de la culpa, Peter estaba en los pasillos del Hospital Central de Queens, con las piernas inquietas, como si temblaran. Estaba ya una hora esperando que los doctores dijeran algo. 

El hospital había tenido que cerrar la puerta principal de los curiosos, teniendo ahora los guardias un trabajo doble al tener que verificar a los verdaderos pacientes que ya tenían una cita. Peter logró entrar gracias al chofer y guardaespaldas de Tony: Happy. No pudo estar muy agradecido al sentir cómo Happy le recriminaba con la mirada, como si le señalara a él como el principal responsable de ese accidente. 

Con esto, el corazón de Peter no podía más. No dejó de llorar en silencio, siendo sus lágrimas interminables, así como la espera de resultados. ¡Una hora era demasiado! Tampoco fue un alivio ver hace unos quince minutos la urgente presencia de otro doctor. Y le pareció injusto que solo Happy pudiera entrar donde Tony, pero cuando recordaba que era un guardaespaldas personal sabía que tenía ese derecho. 

—Estará bien...—Pepper, la exnovia de Tony, no se despegó de su lado. Ella estaba al pendiente tanto de Tony como de Peter.

Pepper le miraba con dulzura, dándole leves masajes en la espalda para tranquilizarlo, o evitar que se derrumbara.

Después de la eternidad que le pareció a Peter, los doctores salieron junto a Happy. Las enfermeras y otros doctores se retiraron, dejando solo a uno acercarse hasta Peter y Pepper. Con cierta duda, el doctor dijo que Tony estaría bien si despertaba en lo que restaba el día.

—Así es, si es que despierta —interrumpió Happy, mirando directamente hacia Peter. —Sufrió un golpe fuerte en la cabeza. No se sabe...

—¿Hablan en serio? —preguntó Pepper, desafiante, a los dos hombres delante de ella. —Doctor Banner, sea profesional, por favor.

El doctor, Bruce Banner, soltó una risita nerviosa, mirando de reojo a Happy con resignación, y haciendo un ademán, hizo que Pepper le siguiera unos pasos lejos de Peter y Happy. Peter intentó seguirlos, pero no pudo a causa del único personaje que parecía odiarlo desde que lo vio. 

—Tus lágrimas no levantarán a Tony —le dijo Happy. —¿Sí sabes por qué Tony está así?

Peter no hizo ningún ademán de contestar, ni siquiera le miró. Mirando a donde sea para reprimir su llanto, aunque no sirvió para que las lágrimas siguieran bañando sus mejillas. Solo faltaba que lo dijeran en voz alta que era su culpa.

Todos lo odiarían, como Happy, lo apuntarían como el único responsable del accidente, por no ceder a los sentimientos de Tony y perdonarlo desde antes. Y donde sea que mirara, no podía quitar la imagen del accidente. Casi podía sentir el impacto en su propio cuerpo. 

—Si no despierta... —Happy le apuntó con el dedo índice, acusatoriamente.

No pudo más, su garganta ardía, y empezó a llorar. Antes de pedir disculpas, Pepper apareció a su lado. No pudo escucharla bien, por su propio llanto, solo supo que estaba discutiendo con Happy, y acto seguido lo tomaba de la mano para arrastrarlo hasta la puerta de la habitación donde estaba Tony.