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Pasaron poco más de dos semanas para que Tip se enterará por boca de Kalie que el Doctor Cullen estaba casado y tenía cinco hermosos hijos —o bueno así lo había dicho la pelirroja—, para que su poca paz mental y tranquilidad se acabará en la residencia Miller, sus hijos entrenaban todo el día, apenas y tenían tiempo para ser adolescentes normales, su hermano se había tomado muy enserio lo del entrenamiento que les exigía demasiado a los mellizos que apenas y podían pasar desapercibidos, la ventaja que tenían eran las vacaciones de ciclo escolar con eso podían ahuyentar a los vecinos chismosos de preguntas y suposiciones innecesarias.

Era domingo por la noche por lo que el hospital estaba demasiado tranquilo y la castaña aprovecharía esa oportunidad para poder conocer más al vampiro que tenía como compañero y descubrir si representaría alguna amenaza para su familia. Lo único malo era que no sabía cómo acercarse a él sin parecer extraño e incómodo.

Eran las nueve en punto y urgencias estaba muerto, apenas y habían llegado dos pacientes, nada que un par de puntos no arreglara. Tip había visto como el vampiro se había marchado a su oficina por lo cual trataría de ir y poder invitarlo a cenar en el comedor, pero ella tenía conocimiento que los de la especie de Carlisle no consumían comida humana, por lo que seguramente le rechazaría la cena.

¿Así que, que podía hacer?

Podría usar un poco de su don para persuadirlo pero era algo poco moral y ético.

—¡Hola! —exclamo Kalie. ¡Perfecto!, podría usar a la pelirroja como anzuelo, pero, ahora que lo pensaba, la castaña nunca había visto al vampiro socializar con nadie en el hospital, salvó el típico “Hola” y “Buenos dias” o cosas referentes al trabajo.

—Hola Kalie, pensé que hoy estabas en el turno de día —Tip menciono apoyando su codo en la recepción de urgencias, su celular lanzo un timbrado indicando que tenía un mensaje de texto.

—Martha se enfermó, así que la suplantare por un par de días —menciono, lo que la castaña desconocía era el hecho que Kalie realmente mentía, Martha, la enfermera que estaría en turno con Tip en realidad no estaba enferma como la pelirroja lo mencionaba, Kalie lo único que quería era poder estar con la castaña, se repetía mil veces que ese hecho se debía a que se llevaban bien y era una gran amiga.

Si como no.

—¿Qué extraño? hable con ella hace poco y la note bien —Miller contesto, se acomodó un poco el cabello que obstruía su visión y de nueva cuenta el timbrado de su teléfono volvió a sonar, introdujo su mano en la bata que llevaba consigo y tomo el aparato en sus manos, su atención se desvió de la pelirroja y no pudo notar como su cara se volvía roja de la vergüenza, afortunadamente la castaña estaba más atenta a su teléfono que a ella, lo que aprovechó para poder tranquilizar su acelerado corazón y tratar de bajar la rojez de su cara.

𝓗𝓪𝓭𝓪𝓼𝓼𝓪 - [𝐑𝗼𝐬𝐚𝐥𝐢𝐞 𝐇𝐚𝐥𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora