Capítulo I: Isabella Guzmán

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Abrí mis ojos y era 12 de Mayo de 1998, fecha en la que nací; fue ahí en la habitación 506, donde le pude ver el rostro a mi mamá por primera y última vez.

- Se llamará Isabella María de la Rosa Guzmán Montiel –dijo mi madre

Al menos eso fue lo que me contó mi abuela, Greta. Lamentablemente eso sucedió cuando yo era una bebe recién nacida, hace dieciocho años atrás, desde entonces no la he vuelto a ver.

El día de mi nacimiento lleno de alegría y de gozo a mis padres y familiares cercanos; A pesar de la guerra que se disputaba entonces. A Woodland llegó la noticia de que había nacido el primogénito de Griffin Sanders y Beatriz Williams, reyes de Acerwood. Ambos son profundos enemigos de mis padres.

Desde nuestra llegada al mundo todo ha sido un caos, ambos nacimos en medio de una guerra de reinos; que inició por motivos que desconozco. Mi abuela nunca me dio muchos detalles acerca de ese asunto. Cada vez que recordaba que su hija estaba allí, le daba un remordimiento de conciencia, por no haber podido hacer más por ella, más que cuidarme a mí en el mundo mortal, en Inglaterra.

Antoría, fue el hogar durante los primeros años de mi vida. Era un reino muy lindo y pintoresco, estaba rodeado de árboles, junto a un hermoso río, al cual iba a jugar todos los días, pero se acabó cuando cumplí los seis años, porque luego mí abuela me mandó a un internado en Estados Unidos; en donde pase los últimos años de mi niñez y adolescencia.

Mudarme desde Inglaterra hasta los Estados Unidos con tan corta edad, fue un gran cambio; sin embargo a lo peor que me podría enfrentar, era ser la nueva en el internado, aunque con seis años una no tiene tanto temor, pero estamos hablando de mí, Isabella Guzmán, la niña que estuvo viviendo con su abuela, sin amigos de mi edad.

Fue difícil sentirme cómoda allá, todo era diferente, desde el clima que era más soleado que en Inglaterra, hasta mi acento que era distinto, aunque habláramos el mismo idioma me sentía extraña, como en otro planeta; los ingleses tenemos costumbres muy distintas a la de los americanos, ellos para mí eran raros, pero lo más difícil fue adaptarme al cambio de horario, había momentos en las clases que me quedaba dormida.

Después de un tiempo eso ya no me pasaba, y deje de ser la nueva. Yo en el internado era feliz, hasta que un día recibí la llamada que me cambio la vida, y no fue precisamente para darme buenas noticias.

Ese día me llamó George Clark un gran amigo de mi abuela, para avisarme que ella había muerto de un infarto. Los médicos, no se podían explicar lo que había pasado, mi abuela Greta siempre fue sana; nunca fumaba y solo bebía en ocasiones especiales, además ella era muy atlética y se alimentaba bien. ¿Cómo pasó esto?, yo solo tenía dieciséis años cuando esto pasó.

Aunque los forenses indicaron que él infarto fue por causas naturales, siempre me negué a creerlo. ¿Por qué a mí?

Después de ese 20 de Abril, ya no fui la misma, sentía un gran vacío en mi corazón; y se hacía más grande cuando llegaba el fin de mes, que es cuando mi abuela me visitaba en el internado junto con George.

Cuando no vi a la abuela Greta caminando hacia a mí, ese 30 de mayo con esa sonrisa radiante que iluminaba el lugar, para luego darme un gran abrazo; después de haber viajado más de cinco horas en avión desde Antoría hasta acá, aunque eso no le importaba, solo le bastaba con llegar y verme feliz.

En esos dos últimos años, siempre iba a la puerta del internado con lágrimas en los ojos, a buscarla con la esperanzada de que se apareciera, para darme mi abrazo, pero nunca lo hizo. Mi abuela me dijo varias cosas días antes de que falleciera, pero la más importante fue que:

El secreto mejor guardadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora