Capítulo V

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Camino sin rumbo alguno, por las calles de Woodland con el corazón roto y devastado, mi vida está igual hecha pedazos, nunca voy a poder decirle mamá a Clara, tener discusiones de madre hija, contarle mis problemas y que ella me diga que todo va a estar bien, que me dé un abrazo o un simple beso de buenos días, que mi padre me proteja de todo el mal que me rodea, que me perdone con un abrazo y un beso todo lo que haya hecho, que hayamos bailado el vals en mi fiesta de quince años, todo eso y más me perdí por estar en el mundo mortal. Los perdí para siempre y nunca más lo voy a volver a ver.

¿Por qué me mandaron con la abuela?, hubiese preferido quedarme a su lado para disfrutar de cada momento, sus risas, sus caricias, sus momentos de enojo cambiaría todo mi pasado por verlos aquí y ahora junto a mí, pero no lo puedo hacer dicen que no sabes lo importante que es hasta que lo pierdes, pero ni siquiera tuve la oportunidad de darles el valor que merecían solo los perdí, no es justo, la vida es muy injusta pero a la vez es muy sabia, creo fielmente en el destino y si fue él el que me arrebató a mis padres, por alguna razón será, aunque me duela en lo más profundo de mi alma.

Sigo caminando hacia adelante pero me detengo un segundo y miro atrás y veo a Hilda corriendo detrás de mí, que raro ¿qué querrá?, detengo a esperar que ella me alcance para saber lo que me tiene que decir. 

- Señorita Isabella, menos mal que paro de caminar la reina tiene un mensaje para usted – me dijo Hilda muy cansada.

- Se puede saber que quiere mi tía, si es algo malo mejor no me lo digas Hilda estoy muy mal para seguir escuchando malas noticias – le dije yo muy exasperada.

- La reina quiere que usted vuelva al castillo, para que se hospede alla – me dijo Hilda.

- ¿vivir allá?, pero si ella me odia desde el primer momento que me vió, y más cuando supo la verdad, ¿por qué ahora se porta tan bien conmigo?, esto es raro – le comenté a Hilda.

- No lo sé señorita a mí solo me dijo que le dijera su mensaje – me dijo ella.

- Dile a rebeca que tendrá noticias de mí dentro de un rato – le dije a Hilda.

- Está bien señorita yo le diré – dijo Hilda.

Claro que voy a ir al castillo, para tener a mis enemigos cerca, hay un dicho que dice que a tus amigos hay que tenerlos cerca pero a tus enemigos aún más cerca, además no tengo otro lugar mejor a donde ir, y que mejor lugar que el que alguna vez fue el hogar de mis padres, ese castillo es mío y mis tíos me lo quitaron sin piedad. 

Doy media vuelta para regresar al castillo, junto con mis tíos, que pesadilla va ser vivir con ellos, levantarme cada mañana y verlos, pienso así porque pienso que ellos tuvieron que estar implicados con la muerte de mis padres, es demasiada casualidad que dos o tres días después de que ellos se hayan ido, mis padres mueran, son demasiadas sospechas inconclusas.

Ya llegue al castillo espero que Luke me deje entrar esta vez sin ningún problema. No estoy de ánimos para discutir ahora.

- Hola Luke, voy a pasar Rebeca me invitó – le dije a Luke muy desanimada y triste.

- Está bien señorita Isabella, ya Hilda me informó de su visita, y me contó de lo que se enteró cualquier cosa que necesite me avisa y yo lo hago – me dijo Luke muy calmado y sereno.

- Está bien, lo tendré en cuenta, muchas gracias Luke, voy a entrar le dije a Luke.

Entro al castillo y lo primero que veo es a Hilda con unas llaves, parece que están esperando a alguien, le voy a preguntar en dónde está mi habitación, me siento perdida en este inmenso castillo, tiene tantas habitaciones.

El secreto mejor guardadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora