Capítulo 3: Un macchiato doble, por favor

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- ¿Ya pediste? Comentó Valentina colgando su chaqueta en la silla para sentarse frente a Juliana

- Estaba mirando la carta, aún no me decido, ¿qué vas a pedir tú?

- Mi favorito: un macchiato, doble shot de energía - comentó sonriendo.

- Te copiaré voy por el mismo, Juliana estaba llamando al mesero pero una compañera del joven se adelantó y fue a tomar el pedido.

- Buen día chicas, ¿que desean tomar? preguntó sonriente la mesera.

- Dos macchiato doble por favor respondió Valentina.

La chica se estaba yendo cuando se devuelve y le dice a Juliana que se le hace conocida su cara, que si había estado antes por el lugar, Juliana negó pero sí creyó recordar a la chica.

- ¿Eres amiga de Fran? la chica abrió los ojos y recordó.

- Oh eres Juliana, sabía que te conocía de algún lado, ¿cómo está Fran, siguen juntas? perdón lo entrometida pero no hemos conversado en un tiempo.

Valentina escuchaba atentamente la conversación.

- Jaja no te preocupes. No, lo hemos dejado, vine acá por al menos dos años y ambas creímos que una relación a distancia no iba a funcionar.

Oh, Fran es mujer pensó Valentina.

- Entiendo, qué lástima ojalá en algún futuro vuelvan a estar juntas, hacían muy linda pareja. Las dejo chicas, voy por su pedido que disfruten.

"hicin mii lindi piriji" pensó Valentina rodando disimuladamente los ojos.

- Interesante charla lerda, le dijo Valentina con una sonrisa.

- Sí, muy pequeño el mundo contestó Juliana sin entrar en detalles.

Fran fue su primera relación estable, se conocieron en la Universidad y tuvieron química al instante. Con el tiempo la amistad se transformó en amor y estuvieron cerca de 2 años juntas. Eran felices, estables, una pareja sana pero no creyeron poder soportar la distancia y decidieron tener caminos separados. Fran por su parte estaba haciendo su pasantía en Europa y aunque querían seguir en contacto se hacía un poco complicado.

Llegaron los café, Valentina seguía con la cabeza en la interacción con la mesera pero intentó romper el hielo preguntándole cómo le había ido en su nuevo departamento.

- La verdad es que aún me faltan algunas cajas por desempacar pero ya estoy casi instalada al 100. ¿Y tú? ¿qué tal estos días en Nueva York?

- Se siente como una película jajaja me ha encantado el barrio, tengo una cafetera, mi portátil para escribir y unas zapatillas para salir a correr, tengo casi todo para estar completa, respondió mirándola fijamente.

- Vaya vaya, ¿ahora corres Valentina Chernobyl Carvajal? recuerdo que siempre te saltabas esa parte del entrenamiento de Volley.

- Jajajajajaja qué observadora lerda, pero sí, aunque es más un tema terapéutico, me gusta la desconexión que se da cuando salgo a trotar.

- Entiendo, me pasa algo similar comentó Juliana tomando un sorbo de su café.

Al café se sumaron unos muffin de chocolate y arándanos, ambas estaban realmente disfrutando la tarde.

- ¿Y qué sueño viene a cumplir a Nueva York la señorita Carvajal?

- Señora Carvajal, la corrigió la rubia

Juliana casi se atragantó con el café y abrió los ojos como platos.

- Jajajajajaja debiste ver tu cara Juls, es una broooma le dijo entre risas.

Juliana la miraba riendo también. No te imagino casada querida Fukushima le dijo entrecerrando los ojos.

- La verdad vine porque era una oportunidad única, en el lugar donde siempre quise trabajar desde que estaba terminando mi carrera.

- ¿Y por qué decidiste ese rubro? preguntó curiosa la morena.

Valentina la miró unos segundos y Juliana le comentó que no tenía que responder si no quería.

- No, no es eso, sólo estaba recordando. Decidí este rubro luego del asesinato a mi padre.

León Carvajal, murió de un disparo en la cabeza mientras estaba entrando al edificio de su holding de medios de comunicación. Hubo muchas teorías respecto al motivo del asesinato, pero nada tenía sentido para la familia.

Luego de un año, ProPublica publicaba un reportaje donde desenmascaraban a una red de políticos que estaban asociados a medios de comunicación para financiar campañas a su favor y evadir impuestos con colaboraciones benéficas.

En este documento se detallaron los correos, montos y las amenazas que recibía León si no colaboraba con ellos. Dentro de las primeras páginas todo parecía calzar con que su padre era parte de esta red, sin embargo quien estaba utilizando el nombre del holding para los negocios turbios era el socio de León, quien hoy está tras las rejas.

- La muerte de mi padre no fue un simple error, era una red asquerosa de mentiras que por mala fortuna se lo llevó. Y así, desde ese momento me motivó este mundo, tengo vocación para esto y me mueve. Soy una especie de Sherlock tras el computador sonrió la rubia.

Juliana estaba impactada con toda la información a procesar.

- Vaya Val, no sabía todo lo de tu padre, lo siento mucho.

- No te preocupes, ya ha pasado bastante tiempo y lo he ido superando. Desde ese día mi vida empezó a cambiar. Aunque el personaje que conociste en la escuela siempre fue una chica asustada detrás de una careta, sabía que habían muchos aspectos de mí que debía eliminar para transformarme en lo que quería ser.

- Y lo lograste le comentó Juliana mirándola con una tierna sonrisa.

- ¿Te parece?

- La verdad es que sí Chernobyl, esta persona que está conversando conmigo no es el recuerdo que tengo de los días de clases.

- Es que yo te hice tener un mal recuerdo, nunca fui esa chica cliché y popular, sólo tenía miedo de estar sola. Siempre lo estuve y el grupito de populares era el más fácil de entrar le dijo con un toque de nostalgia recordando los días de escuela.

- Ya veo, pero te creíste bastante el personaje maldita jajaja hasta me quemaron un block de dibujos entero.

- Entero no, rescaté mi retrato le dijo Valentina sin despegar sus ojos de los de Juliana. Y en mi defensa, no fui yo.

Juliana estaba sorprendida, avergonzada, feliz, todo a la vez.

- ¿Y por qué nunca me dijiste que lo tenías?

- ¿Y por qué nunca me dijiste que me dibujaste?

- Jajaja porque me ibas a humillar, obvio.

- ¿Y por qué me dibujaste? Preguntó Valentina con sus ojos brillantes

- Porque tienes el perfil más perfecto que he visto contestó honestamente Juliana.

Se creó un silencio, Valentina aprovechó de pedir la cuenta mientras le preguntaba a Juliana sobre la apuesta.

- ¿Entonces, crees que he cambiado lerda? la miraba mientras sacaba su tarjeta para pagar.

- La verdad es que no creo que hayas cambiado.

Valentina la miró con un dejo de decepción.

- No cambiaste, siempre fuiste así pero nunca te llegué a conocer realmente, conocí un invento de tu cabeza. Así que sí Valentina, ganaste la apuesta pero tú pagas el café.

- Entonces tienes que cumplir tu palabra y pagar la apuesta. Le respondía una feliz Valentina

- Lo sé, lo sé, quedo a su merced su señoría.

- Jajaja entonces paso por ti este sábado a las 08:00 AM, lleva ropa cómoda.

- ¿Qué vamos a hacer?

- Ya verás enana, paciencia, sólo queda un día para que lo descubras.

Pasaporte al destino (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora