Mastema I: Alianza de Plata

Especial: El Colapso.

Año 1098.
Día 15 del Primer Mes de Primavera.
Poblado de Fraise - Syver.
Narrado por: Alisha Hudson.

Aquel día… Se suponía que era un día especial, pero yo no lo sentía así...

Tal vez porque al igual que toda la última semana, estaría todo el día encerrada en una sala de reuniones, rodeada de tipos pretensiosos con ínfulas de estrategas, indagando y repasando una y otra vez los mismos puntos que ya hemos explicado varias veces, y prometiendo formular un plan de acción nuevo que una vez más no llevará a nada.

La diferencia… es que hoy, en esta reunión estará el imbécil de mi padre.

Honestamente no quiero verle la cara, y menos en este día… No quiero que ponga sus asquerosas manos sobre mí fingiendo que me ama frente a todo el mundo, o que me presuma aparentando sentirse orgulloso de mi…

Y llevar conmigo a Chris no lo habría hecho más reconfortante… En las últimas reuniones en las que he participado en la semana, Chris ha sido muy impertinente e irritante… Supongo que le aburre la burocracia, pero ¿A quién no?

El punto es, que hoy ella no me acompañará: Decidí darle la mañana libre para que duerma hasta tarde como tanto le gusta a ella, y cuando se levante, salga a comer o a entrenar con los Rangers cadetes, y cuando termine la reunión, la llevaré al Rancho donde crecí, y le presentaré a mi madre. De todos modos, no estaré tan lejos de ella así que ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Mientras tanto, transcurría una silenciosa madrugada bajo el sonido de suaves gotas de lluvia, y yo, me encontraba en el escritorio de mi dormitorio leyendo un libro sobre quimeras para la reunión de hoy, con una copa de vino tinto en mi mano izquierda y una canasta de fresas en la derecha.

No sabría describirlo con exactitud, pero aquella madrugada se sentía particularmente pesada y deprimente, y acarreaba consigo pensamientos negativos que me impedían sentar cabeza y enfocarme en mi estudio… Pensamientos sobre la vida inundaban mi cabeza mientras dolorosos recuerdos se agolpaban en mi mente.

Pensaba en mi ideal… aquella meta que me propuse cuando entré a la academia siendo tan solo una niña, y en lo poco que había hecho para hacerla realidad. La pequeña Alisha de hace 8 años que deseaba un mundo mejor para todos, que soñaba con un futuro sin guerras donde todos en Mastema estuvieran unidos, como los hermanos que siempre debimos ser… Ella luchó por convertirse en Cavallier aferrada a una idea de la que no dudaba en lo más mínimo, y ahora está entre reuniones sin saber qué hacer, y sin haber logrado nada relevante… Probablemente se sentiría decepcionada de verme perdida, atascada, e insegura.

E inmediatamente pienso en Chris… La enorme responsabilidad que ahora recae sobre mis hombros y lo que tuvo que vivir, y pienso… pienso en lo diferente que fue mi niñez a la suya, en lo diferente que es Skar’cia a Syver pese a estar en la misma tierra… He sido una privilegiada toda mi vida, aunque mi vida no fue perfecta, he sido feliz casi siempre… Nunca he tenido que matar a un Tenshi, nunca tuve que luchar por comida ni mucho menos asesinar a sueldo… Desde mi burbuja miraba hacia afuera sabiendo que el mal existía, pero nunca le di el merecido peso a dicha realidad… Chris, Chris es como una bofetada de parte del destino, un recordatorio de lo que deseo evitar que suceda, un recordatorio de lo importante que es mi cometido.

Ella nunca debió sufrir tanto, ninguna niña merece vivir todo lo que ella vivió… Pero al igual que ella miles de niñas y niños a diario sufren y perecen a causa de circunstancias desconsideradas en un mundo que solo sabe destruir y corromper… Un mundo donde el mal abunda y los vestigios de bondad escasean cada vez más… No puedo estar tranquila con la idea de que estas cosas sucedan, no puedo permitir que las cosas sigan así… Pero, ¿Qué puedo hacer yo?