Capítulo 04 Parte 02: Lobos Guerreros

104 11 151
                                    

Año 1098.
Día 08 del Primer Mes de Primavera.
Ciudad del Lago — Campione.
Narrado por: Charlie Bramford.

Hace un mes atrás en una tarde de invierno, solo una semana antes de que Nat se fuera a Rize, él y yo conversábamos en el camino a casa luego de una de nuestras últimas misiones juntos.

Aahh, extrañaré cuidar de esta hermosa tierra junto a ti —dijo con nostalgia.

Andas más melancólico de lo habitual —respondí sonriendo—. Estoy seguro de que no extrañarás esta vida cuando puedas estar en paz con tu existencia en Rize.

Oh, no amigo mío… No creo que pueda vivir en paz abandonando a esta preciosa tierra que me ha dado tanto, y dejarla ahora que está tan necesitada…

Campione sobrevivirá sin ti, yo cuidaré de ella mientras no estés —respondí—. De todos modos, las personas de este reino están tan acostumbradas a cada cambio que creo que se adaptarán incluso a la crisis más grande.

Supongo… Aunque es muy triste… —añadió con sus ojos dorados perdidos entre las nubes del mismo color.

Sí que lo es, pero ¿qué se puede hacer? Las personas de estas tierras prefieren que los reyes les pasen por encima a hacer valer su voluntad y luchar —respondí algo frustrado.

No es tan sencillo pelear por la libertad cuando se es esclavo del miedo —respondió sonriendo—. ¿Nunca escuchaste la historia de los Cazadores y el Musho de las Montañas?

No —incliné un poco mi cabeza—. ¿Qué es un Musho?

Jajaja, los Mushos son dragones originarios de Rize —me explicó mi amigo—. Son largos como serpientes, de color azul y con largos bigotes como de pez gato. Son conocidos por volar ondulando por el cielo cual serpientes, y al no poseer alas, se mantienen en vuelo impulsados solo por su propio Eolion… Animales majestuosos y extraños que además son difíciles de encontrar… Algunos les conocen como “los Señores de los Cielos” por sus bigotes de viejito de Rize —sin que yo se lo pidiera, comenzó a relatar una historia—: Cuenta la historia que un grupo de cazadores, en un viaje a las montañas de Shifuru en Rize, encontraron y destruyeron un nido habitado por una pareja de Mushos, y hallaron en él a una cría de solo un par de semanas de nacida.

»Se dice que al ver tan majestuoso y pequeño ejemplar, lo llevaron consigo a su refugio y lo ataron a un árbol usando una cadena. No la alimentaban lo suficiente, por lo que el animal pasaba hambre y solo bebía agua de un pequeño y sucio charco que se formaba junto al árbol. El Musho veía a las aves cerca del árbol y sentía curiosidad de ir tras ellas, pero esa molesta cadena le impedía hacerlo, por lo que luchó durante semanas para romperla… Pero sus dientes de dragón no eran lo suficientemente duros, y en su pequeño cuerpo no había suficiente fuerza ni Albion para tal labor. En lugar de libertad, luchar durante semanas le dejó ulceras en el cuello que le causaron mucho dolor… Y entonces el Musho dejó de luchar contra su cadena.

»Se dice que en una ocasión, los cazadores notaron que la cadena del Musho ya estaba oxidada y le quedaba pequeña, por lo que decidieron cambiarla: El Musho al sentirse libre por un instante intentó huir, y en su escapada mordió a uno de sus captores, pero el otro disparó una flecha con su ballesta y le atravesó el vientre dejándole una grave herida. El Musho fue atado nuevamente, y en vez de su libertad, obtuvo una grave herida en el vientre, además de perder sus dientes, pues los cazadores se los sacaron todos para que no les volviera a atacar… y entonces el Musho entendió que intentar huir o recurrir a la violencia tampoco era opción.

Mastema I: Alianza de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora