Hinata entrenaba con su equipo luego de no verlos por un largo tiempo debido a una misión que los mantuvo fuera de la aldea. La ojiperla por primera vez no podía llevarles el ritmo e incluso se sentía en exceso agotada, —Amigos, debo deacansar—Paro y se fue a sentar bajo la sombra de un frondoso árbol.
—Hinata estas fuera de condición— Dijo Kiba para luego seguir entrenando con Shino.
La peliazul poco a poco se fue quedando dormida sobre el pasto, una sonrisa inconsciente se dibujaba en su rostro mientras respiraba pausadamente, —Mira Kiba, al parecer Hinata si esta demasiado fuera de condición—
—¿La despertamos?— Interrogó Inuzuka pero el chico de los insectos negó con la cabeza.
—Sigamos entrenando, dejala dormir— siguieron así unos cuantos minutos más cuando llegó Obito a donde estaban ellos.
El se acercó a su futura esposa para contemplarla unos minutos luego la cargó a modo de princesa, —Me llevaré a Hinata— Kiba iba a protestar pero Shino lo detuvo y asintió, —No se preocupen, yo la cuidaría de ser necesario con mi vida—.
Finalmente llegó a su departamento donde la colocó en su cama mientras preparaba té, algunos minutos después fue a buscarla, —Por fin despiertas mi amor——¿Que estoy haciendo aquí?— Intentó marcharse pero el se lo impidió y a cambio le puso una taza de té en sus manos, —Debo irme—
—Quedate conmigo... Porfavor— Notó como la mirada de él era distinta al hablar, su semblante podía describirse como triste, —Hinata...— La ojiperla sintió un frío que recorrió su cuerpo tras escucharlo decir su nombre, es como si un presentimiento apareció de pronto anunciando algo muy malo, —Abrazame— ella colocó el té en la mesa de junto mientras el se acomodó recargado en su pecho.
—Obito... ¿Que esta pasando?— Preguntó mientras rodeaba con sus brazos la cabeza del afligido hombre a su lado, —Yo...—
—Hinata— Dijo aferrándose a su cintura, —La Oscuridad me ha consumido, ya soy parte de ella, me deje arrastrar... Un día tuve muchos sueños pero no puedo pretender que nada paso y hacerlos realidad a tu lado, simplemente no puedo llevarte a ti hacia mi infierno, un infierno del cual ya no puedo escapar—
—No entiendo, tu y yo...—
—Te dejaré libre Hinata— levantó un poco su vista pata encontrar su mirada aperlada, —Te amo y se que me amas pero...—
Hinata dejo caer las primeras lágrimas, —No, yo quiero estar contigo, se que me he negado pero te amo Obito San, no me importa lo que hiciste, tan solo deseo estar a tu lado—
—Lo siento mucho Hinata pero no puedo hacerte esto, no a ti y precisamente porque te amo ya tomé una decisión— besó tiernamente su frente, —Nunca te olvides de mí mi hermosa princesa, gracias por hacerme sentir esto tan hermoso, estarás en mis pensamientos hasta el fin—
—Pe... pero...— Fue silenciada cuando el la noqueo y cayó desmayada entre sus brazos aún en la cama.
Obito no pudo evitar llorar mientras lo sostenía, —Perdoname, prometí nunca dejarte sola pero no tengo opción, te amaré siempre Hinata Hyuga— a la habitación entró Kakashi y colocó la mano sobre su hombro, —Cuidala por mi—
—Obito, no tienes que...—
—No tengo opción, además ya esta decidido— La acomodó y se puso de pie para quedar frente a su amigo, —Solo prometeme que la vas a proteger, prometeme que estará bien—