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Hinata y Naruto descansaban después de entrenar juntos, Hinata toda la tarde había estado distante con el, aunque estaba con, el su mente se encontraba en otro lugar, —Hinata, ¿Pasa algo?— la chica bajó la mirada y negó con la cabeza, —¿Estas segura de que quieres estar conmigo?— La ojiperla levantó su mirada y la posó en sus ojos azules, antes de que pudiera contestar a la pregunta del rubio una voz los interrumpió.
—Naruto, la vieja Tsunade te busca— Dijo obito de tras de ellos, —Y se ve furiosa—
El rubio se puso de pie, —Hinata te veo más tarde, te quiero— Ella asintió, el se fue a toda velocidad con rumbo a la torre dejándola sola con Obito.
Cuándo Hinata se iba a marchar, rápidamente el la detuvo por una de sus manos, —¿Puedo hablar contigo?— Ella negó con la cabeza e intentó irse, pero él logró retenerla, —Perdón por lo del otro día, no debí proponerte que te desnudaras, además solo era una broma y...— Ella aun sin verle a la cara lo interrumpió.
—Esta bien, ahora debo irme, ¿Me puede soltar?—
—No te quiero soltar— El la jaló y la trajo hacia el, —¿Porque no me miras?, a caso... ¿te da miedo mi rostro, estas horribles cicatrices?— Ella lo miró a los ojos y rápidamente negó con la cabeza, —¿Entonces que te sucede conmigo?— el la apretaba contra su pecho.
—Es solo que yo no lo conozco, esta es la segunda vez que lo veo y usted me... Esta abrazando como si...— Guardo silencio a medida que el se iba acercando a sí rostro.
—Como si...— Dijo obito acortando cada vez la distancia entre sus labios.
—Usted me abraza como si... lo hubiera hecho echo antes...— Extrañamente Hinata sentía ese abrazo cálido y sincero, era como si esos brazos la hubiesen abrazado antes, encontraba un calor familiar en ellos y le agradaba esa cercanía, —Yo tengo que... Irme—
El acariciaba su suave rostro y poco a poco fue acercando sus labios hasta rozarlos un poco con los de ella, —¿Te puedo besar?—
—Hai— Después de su aprobación pegaron sus labios, se fundieron en un beso suave y lleno de deseo, el estrecha más su cuerpo contra el, mientras ella enredo sus brazos sobre su cuello, parecía que jamas ese beso terminaría, cuando una voz los interrumpió, logrando que la sangre de la ojiperla se congelara.
—¡Obito, Hinata! ¿Que significa esto?—
Hinata salió corriendo, desapareciendo en un instante.
