Después de curarlo y darle un té ella empezó a preparar sus cosas dentro de su mochila para ponerse en marcha, el se encontraba recostado en la cama con un vendaje que ella le puso, —Bueno, ya me voy— ella dio unos pasos hacia la puerta cuando la voz del hombre la detuvo.
—Espera Hyuga— Se puso de pie y se colocó con rapidez justo de tras de ella, —No deberías ir sola—
—¿A poco usted me va acompañar hasta la
aldea?— Ella se giró quedando justo frente a su pecho, —No está en condiciones para hacerlo, además se supone que usted es mi secuestrador, ¿de verdad le interesa que llegue bien a la aldea?—Le costaba admitir que le causaba preocupación dejarla ir sola y por supuesto que no se lo diría,
—No es eso niña, es solo que aunque no lo creas también soy humano y no es correcto dejarte ir sola— Ella bajó la mirada, —Vámonos— Hinata pasó por un lado del hombre de la máscara y se recostó en la cama donde hace unos minutos estaba el acostado, —¿Que haces Hyuga?——Se que no voy a lograr que cambie de opinión, entonces es mejor esperar a mañana para que repose su herida y partimos a primera hora— se levantó nuevamente y lo tomó por el brazo para llevarlo hasta la cama de nuevo, —¿Acepta?— El asintió con la cabeza y se recostó nuevamente,
—Descanse, aquí estaré— Acomodó una silla para sentarse a su lado, el solo la observaba y se sentía un idiota por obedecer órdenes de una chiquilla tonta, “¿Que demonios sucede contigo Obito?” se reprobaba mentalmente.A los pocos minutos sus dos ojos perlas se comenzaron a cerrar el solo la observaba irse para los lados cada vez que estaba a punto de caer dormida, —Ven, acuéstate a la otra orilla de la cama— Ella abrió los ojos y negó con la cabeza mientras el color rojo invadía su rostro, —¡Hazlo!— le ordenó con tono algo molesto y ella rápidamente se acomodo en la cama lo más alejada de él, tras unos minutos de darle la espalda decidió voltearse hacia el y para su sorpresa el estaba mirándola a través del pequeño orificio de su máscara naranja, —¡Ves! No fue tan difícil acostarte aquí— Ella solo lo observaba.
De pronto Hinata estiró su brazo en dirección a su máscara a lo que él por reflejo la detuvo por la muñeca fuertemente, —Lo... Lo siento, yo solo quería tocar su máscara— el soltó su agarre y ella retiró su mano de nuevo e intentó levantarse.
—Puedes hacerlo— Le dijo algo rudo y ella parecía sorprendida, —Quieres tocar mi máscara, pues hazlo— Ella se recostó nuevamente y de nuevo estiró su brazo en dirección a la máscara pero esta vez el no la detuvo, ella comenzó a arrastrar su mano sobre ella mientras él la observaba por el único orificio, —¿Y que piensas?—
Ella retiró su mano lentamente, —Esta fría y muy cerrada, ¿Como puede respirar?—
—Te acostumbras pronto— El se acercó un poco a ella y al acerlo ella intentó irse pero él la detuvo,
—No te haré daño— Aún insegura ella permaneció en la cama, el por su parte llevó su mano a los cabellos largos y azulinos de la ojiperla, —Nunca conocí a un Hyuga con este color de pelo— empezó a acariciar su cabeza cerca de su oreja, los dedos cubiertos por los guantes se enredaban en los largos mechones, aún con los guantes puestos ella podía sentir cierta calidez en su tacto, poco a poco el se fue acercando hasta quedar solo a unos centímetros de ella, extrañamente llegó un punto donde ella dejó de sentir temor por su cercanía, la mano de él pasó de acariciar su cabello al contorno de su rostro, ella cerró los ojos permitiéndole seguir haciéndolo, —¿Porque no me tienes miedo y me permites tocarte?, soy un asesino Hyuga, quiero destruir tu aldea y algunas mas, puedo matarte ahora mismo— ella abrió los ojos y busco mirarlo a su único ojo visible.