Promesa Rota

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Faltaban aproximadamente un par de semanas para el inicio de la guerra, gracias a Tsunade el Clan Hyuga desistió de la idea para mandar al campo de batalla a la ojiperla  que aún no se le notaba la panza por el embarazo pero que sin lugar a duda lo estaba pues los síntomas cada vez empeoraban más y más. El peligris había permanecido al pendiente de ella con espontáneas visitas y sutiles detalles. Kakashi sentía el deber de proteger a esa mujer que Obito tanto amaba y que le dejó a su cargo. Se negaba a sentir algo más por ella pero era inevitable detener un sentimiento que cada vez iba creciendo más fuerte —No Hatake, saca esa idea de tu mente. Hinata Hyuga no es para ti—, repetía mientras se miraba al espejo del baño una mañana y esque sus pensamientos desde hace tiempo solo estaban enfocados  en ella y su bien estar —No voy a dejar que nada malo le pase, te lo juro Obito, de ser preciso la voy a proteger de ti—

Mientras tanto en otro lugar muy apartado de Konoha, el hombre de máscara naranja permanecía en lo alto de un árbol mirando la lejanía que se interponia entre el y si amada. Maldecir su vida y maldecir a Madara por esta situación. Deseaba con todas sus fuerzas estar a su lado abrazándola y tocando su vientre donde estaba creciendo su hijo, pero era sólo eso... deseos absurdos que el no merece siquiera atreverse a soñar. Sabía que esa mujer lo adora, el le permitió hacerlo, falló, pues él principal propósito de su llegada a la aldea era el zorro de las nueve colas, ¿Y que pasó?  —Me enamore de ti Hinata Hyuga, volví a sentir lo que es la felicidad al tenerte entre mis brazos y ahora me haces tanta falta, pero... No puedo estar contigo, no soportaría que algo malo te pase por mi culpa... Perdoname mi amor—

—¡Porfavor, déjeme ir al campo de batalla!—, suplicaba Hinata a la rubia que tenía el puesto como Hokage, estaba desesperada por que sólo tendría que quedarse a esperar mientras la única oportunidad de hacer que Obito vuelva a la aldea se le esfuma frente a sí nariz —Porfavor, yo tengo que ir con Obito, yo puedo convencerlo para que regrese y...—

—No creo que eso sea posible y de ser así... ¿Que te hace pensar que lo amos a recibir con los brazos abiertos?—, Tsunade se acercó a la afligida peluazul —Si el acepta volver aún bajo los mejores términos, su destino es morir, es un criminal terrible—

—El puede cambiar, déjeme intentarlo—, Hinata la tomó por las manos a manera de súplica —Yo lo amo y si algo le pasa yo me muero, además es el padre de mi hijo, no pueden negarle el derecho—

—Lo siento mucho Hina pero mi última palabra es no—.

Hinata caminaba afligida por el campo de entrenamiento donde muchas veces se encontró con el, al recordar, las lágrimas se hacían presentes y la desesperación crecía más al igual que su rabia —¡¡¡Obito!!!—, gritó su nombre con la fuerza de todos sus pulmones cuando se dejó caer de rodillas en el pasto —¡¡¡Regresa!!!—, su rostro estaba empapado y rojo —Te necesitamos—, abrazó si vientre —¡¡¡Te amo!!!—

De pronto unas manos conocidas, pero no las de Obito la rodearon por los hombros y unos labios besaron su cabeza —Tienes que ser fuerte Hinata—

—No puedo mas Kakashi—, ella abrazó los brazos que la rodeaban, se aferró de una manera que buscaba protección —Necesito ir con ustedes y buscarlo—

—Si algo te sucede yo no me lo voy a perdonar nunca—, susurro el a su oído —No llores más—

—Llévame con el, Porfavor...—

—Te prometo que voy a tratar de convencerlo y si es necesario los ayudate a huir pero no quiero arriesgarte, eres lo mas importante para...—, la abrazó más contra el —Para mi—

—Yo sin el me quiero morir—

—Eso yo no lo voy a permitir—

Pasó el tiempo y todos se encontraban preparándose para partir al campo de batalla, estaban dispuestos a dar la vida por su adorada aldea. Familiares de los Ninjas se despedían con lágrimas en sus ojos pues existía la posibilidad de que jamás iban a volver. La ojiperla estaba lista para partir hacia el refugio con todos los demás pero recibió una visita repentina —Kakashi, ¿Que haces aquí?—, preguntó una vez que abrió la puerta y lo miró de pie —¿Que pasa?—, este no respondió con palabras, su única respuesta fue estrechar la contra su pecho con fuerza.

—Te hice una promesa, voy a tratar con toda mi alma convencer a Obito para que estén juntos de nuevo—

—Gracias—, ella lo abrazó tbien muy fuerte —Pero tu cuidate también, no quiero que algo malo te suceda por mi culpa—

—Por ti moriría con gusto—

—No, no se te ocurra morirte—, dijo ella a tan solo unos centímetros de sus labios para luego desviar su rostro y depositar un beso en la frente del peligris.

Ya todos se encontraban en camino, corriendo como el gran ejército shinobi que son, dispuestos a todo.

—Lo siento mucho Kakashi—, se dijo la ojiperla para luego ponerse en marcha en una dirección distinta "Prometí que no me movería de la aldea pero no puedo abandonar a Obito, el tiene que ser feliz conmigo y nuestro hijo". La ojiperla corría sin detenerse, usaba su Byakugan  para no dejar escapar ningún detalle pues estaba dispuesta a todo.
Cuando la noche llegó, buscó un refugio rápidamente y afortunadamente encontró una cueva donde no dudó en entrar —Pronto encontraremos a tu papá—, decía mientras tocaba su panza con amor. En un momento durante la noche mientras teataba de dormir escuchó un ruido junto a ella, eran unos pasos que hicieron crujir una de las ramas que juntó para la fogata. Ese olor, ese olor le era tan familiar, los bellos de sus brazos se erizaron y enderezó rápidamente su cabeza que mantenía recostada sobre sus rodillas flexionadas —Estas aquí—, dijo de modo de afirmación pero nadie contestó —Pensaba buscarte—, miró de pie a ese hombre que ahora mismo no llevaba máscara, sólo en su rostro esas cicatrices que lo hacían único —Quedate conmigo—, dijo en un susurro.

—Soy un maldito monstruo, no mereces alguien tan maldito como yo—, se arrodilló frente a ella y acarició su cabello y su rostro —Para mí ya es tarde, porfavor regresa y deja de poner en peligro a nuestro hijo—

—Pero te necesitamos—, Hinata se aferró al cuello de ese hombre —Porfavor—

—No hay opción para mi, lo siento mucho y perdoname, nunca debí permitirme soñar, estas son las consecuencias, tu llanto y no es justo—

—Pero yo aun sueño contigo—

—¿Porque?—

—Porque te amo con toda mi alma Obito Uchiha—

—Yo... Yo también te amo princesa—, se inclinó sobre ella y besó su frente con ternura, acarició su vientre y luego junto sus labios con ella —Pero...—, dijo algo jadeante —Esto no puede ser, perdon—

De pronto para Hinata todo se puso negro y perdió el conocimiento.

—Adiós Hinata—, la sostuvo en sus brazos unos minutos mientras las lágrimas recorrían sus mejillas —Adios y gracias por amarme tanto aunque no me lo merezco—




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⏰ Última actualización: Jun 04, 2021 ⏰

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FALSA IDENTIDAD (OBIHINA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora