Hinata caminaba por la aldea con rumbo a su nuevo departamento pues hace una semana tras enterarse de su embarazo decidió plantearle la situación a su padre quién trató de convencerla para perder al futuro bebé e incluso la amenazó con hacerlo por la fuerza por lo tanto la ojiperla decidió buscar ayuda en Kakashi quien no dejó de frecuentarla debido a la promesa que le hizo a su amigo de velar por el bienestar de la ojiperla.
Con si ayuda consiguió un departamento donde ahora vivía sola. Nadie se percataba de sus pesadillas cada que se despertaba agitada y gritando debido a que ese hombre que se marchó siempre estaba allí, el siempre moría de las peores maneras en sus sueños.
La ojiperla llegó al departamento tras hacer algunas compras. Dejó todo sobre la mesa para ir a recostarse en el sofá y mirar el techo -Obito, vuelve por mi-, se decía para sí misma mientras tocaba su aún plano vientre y lágrimas amargas se deslizaban por su mejillas. Tras quedarse dormida inmiscuida en sus pensamientos la despertaron un par de golpes a sus puerta, tras estemeserse un poco se levantó del sofá para abrir pero no sin antes activar su Byakugan para ver quien tocaba de esa manera tan... ¿ruda? -Kakashi Sensei-, dijo una vez que abrió y le dio el pase -¿Que pasa?-
El hombre se acercó a ella y la tomó delicadamente por los hombros -Estamos a punto de iniciar una guerra, tu clan planea mandarte al campo de batalla aún sabiendo de tu embarazo-, Hinata colocó sobre su pecho una mano a manera de preocupación pero una ligera sonrisa apareció tras unos segundos en sus labios.
-Obito estará...-, Miró con esperanza los ojos del peligris -Quizá podemos convencerlo de...-. Kakashi tocó con desesperación su rostro y negó con la cabeza.
-Olvidalo Hinata, tu eres la promesa que le hice a Obito, mi deber es protegerte y también a ese niño -, Se giró para darle la espalda pero las pequeñas manos de la ojiperla tomando su brazo lo hicieron voltear de nuevo para verla casi con una mirada suplicante -¡Olvidalo!-, se encaminó hasta la puerta -Iras al refugio cuando sea el momento, aún faltan algunos meses para el enfrentamiento-.
-Yo iré también, tengo que hablar con el... Es el padre de mi hijo y lo amo tanto que no estoy dispuesta a rendirme para hacerlo volver- Hinata parecía desesperada pero también mantenía cierta ilusión al hablar, aunque eso no era suficiente para hacer cambiar de opinión al hombre frente a ella.
-No permitire que te acerques al campo de batalla-, sin decir nada mas salió del departamento dejando en la cabeza azulada una sola idea. "Iré a buscarte mi amor, tienes que saber que llevo dentro de mi a nuestro hijo... Un hijo tuyo"
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Kakashi entró furioso a la oficina de la Hokage pues le contaría a Tsunade sobre el estado de la ojiperla. Pará su mala suerte no la encontró en su lugar, solo encontró a Rin haciendo papeleo ya que se convirtió en la nueva asistente desde hace un par de semanas -Kakashi, ¿Te puedo ayudar?-, el hombre negó con la cabeza -Lady Tsunade no se encuentra pero...-
-Entonces regresaré más tarde-, la castaña se puso frente a él para impedir que se marché.
-¿Que ocurre?-, El peligris se giró para acercarse a la ventana mientras la dejó atrás unos metros -Te conozco y se que algo te molesta ahora mismo, ¿Puedo saber?-
Kakashi se volvió hacia ella -Es Hinata-, se sentó en la silla correspondiente a la Hokage y miró al techo -Quiero protegerla. Obito confio en mi pero ella no me lo permite, esta aferrada a querer ir a la guerra y convencerlo para que enderese el camino pero...-
