|Estaría conmovido con cualquier cosa que le dieras, aunque pienses que es ridículo|
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.El cuarto de _____________ era como una especie de mundo diferente. Habían tantas cosas en la habitación de diferentes tipos que fácilmente podrían ser confundidos con una tienda de lo que sea. Papeles por todos lados, pero extrañamente organizados, junto con posters y todas esas cosas. No le gustaba meterse mucho con las cosas que le gustaban pero era un poco extraño.
Entre esa pila de papeles, siempre encontraba alguno que resaltaba. Algunas veces, eran sobres con colores oscuros —mayormente el negro y azul—, y otras simplemente papel con muchas decoraciones que ella nunca dejaba que él viera. Lo respetaba, pero admitía que le daba muchísima curiosidad.
—Vuelvo en un minuto, no toques nada —advirtio.
—Bien... —murmuro hasta que ella se fue—. pero no prometo nada.
Si algo pasaba, sería culpa de ella por no dejarlo terminar su frase.
Eso, desaste de la culpa.
Megumi observó todo en la habitación como si se tratase de un lugar prohibido. Ese era el momento perfecto para descubrir que era lo que tanto intentaba ocultarle su novia.
En la mesita donde siempre estaba, se encontraba uno de los tantos sobres. Este tenía un pequeño sello azul con una estrellita dorada. La tomo entre sus manos algo curioso, pero aun dudaba.
Ella le había dado su confianza en que no miraría nada, ¿Estaría bien hacerlo?
¿Y si era algo muy personal? Debía de esperar a que ella se lo dijera por su cuenta.
Aunque, detrás de la carta...
De: _____________
Para: Megumi.¿Ah?
Se quedó leyendo solo eso como por diez largos segundos. También miro el resto de la carta. Negro y azul. ¿Acaso ella lo relacionaba con esos dos colores?
Sintiéndose un total criminal, abrió en sobre lentamente procurando no dañarlo. Ahí se encontraba una carta llena de adornos, fotos y decoraciones que la hacían ver muy linda y tierna, pero la foto que más resaltaba era una donde el aparecía sonriéndole y un leve sonrojo. Recordaba ese día, fue cuando le dio un beso sorpresa y luego el helado que comía se le cayo en la camisa.
No recordaba que le haya tomado una foto.
Si tanto le gustaba, debía de comenzar a hacerlo más seguido.
Luego de leerla sintiéndose como la peor mierda del mundo por traicionar tanto la confianza de su chica, comprendió un poco de por qué siempre las escondía o le prohibía verlas.
Existen tantas cosas que siempre quise hacer con mi primer amor. Por ejemplo, que me cargara en su espalda mientras caminamos bajo la lluvia, o que nos quedaramos viendo las estrellas y ser testigos de como la luz se tragaba a la oscuridad.
Era extraño, quería un príncipe azul, uno que me dejara bonitas notas de amor en mi puerta y que me dijera cuanto me amaba cada día. Quería que la gentileza fuera su mayor fuerte y que suspira cada vez que pensara en mi.
Nunca creí que los primeros ojos que me enamoraría serían de azul profundo y que una mirada tan desinteresada me llamará tanto la intención. Jamás me pasó por la cabeza que un toque frío me encenderia el cuerpo y que la más leve caricia me dejaría llena de sensaciónes.
Eso se lo escribió su novia a él.
Era lo que ella sentía por él.
Lo que él la hacia sentir.
Es ridículo escribir esta carta sabiendo que no la leerás, como también es ridículo llorar y chillar en estos momentos como si te lo estuviera diciendo a la cara, pero déjame decirtelo Megumi, de verdad que te amo.
Nada más terminar de leerla, la puerta se abrió mostrando la cara avergonzada de su novia. No lo miraba a la cara. Sabía que la leyó.
—¿Por que jamás me mostraste esto?
Y no respondía, claro.
Su cabello tapaba su cara, así que no podría saber si estaba llorando, o sonriendo, o muerta de vergüenza. Tal vez eran las tres al mismo tiempo.
—Pense que no te gustaría.
—¿Por que no lo haría?
—Megumi, es ridículo.
Eso lo molesto.
—Tus sentimientos no son ridículos —regaño—. No pienses que por escribirme una carta eres tonta o algo así, no lo eres.
Ella levantó un poco la cabeza. Sus ojos estaban cristalizados.
—Ningun regalo que me des será ridículo para mí.
Se acercó a su novia y la envolvió en un abrazo. Esa misma noche, Megumi le pidió leer todas y cada una de esas cartas que le había escrito. Tal vez no tenían una caligrafía perfecta o no estaban bien decoradas, pero eso le importaba bastante poco.
Las había escrito ella para él, eso era suficiente.
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Fushiguro Megumi [Type of boyfriend]
FanfictionFushiguro Megumi es el tipo de novio que...