Fushiguro Megumi [Type of boyfriend]

16🐺

|No podría tomar la iniciativa|

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Uno de los peores acontecimientos para Fushiguro en su relación era el que estaba pasando justo en ese momento. Estaba estresado, molesto y odiaba a Satoru Gojou. 

Resulta que, por culpa de una pregunta muy imprudente de su profesor, ahora su novia había captado de que Fushiguro prácticamente jamás tomaba la iniciativa con ningún gesto amoroso, siempre los comenzaba ella y él le seguía el juego muy contento.

Bueno, pues se acabó.

—¡No tendremos ningún contacto a menos que tú lo empieces! —le grito y se fue.

Así que, esa era la semana de inanición amorosa de Megumi, en donde estuvo intentando hacer entrar a su novia en razón para que se acabará lo que estaba haciendo ya que ella también sufría, pero se excuso diciendo que era por un bien para él ya que debía de comenzar a dar primeros pasos por si mismo.

¡No quería hacerlo!

Por más tonto que sonara, le daba vergüenza. Ver sus rostros tan cerca, y tener que mover sus labios a su mismo ritmo, o que él la tocara y entonces se vieran al mismo tiempo y que se transmitieran sus deseos con la mirada mientras la seguía tocando...

Sonaba bien, pero a la hora de hacerlo, se cohibida tanto que tenía que darse la vuelta, respirar tres veces y calmarse. Por esta razón, dejaba que solo su novia lo hiciera.

Juró matar a su sensei después de eso.

Tenía a su novia enfrente, a nada de lanzarse encima de ella y llenarla de besos y caricias, pero su vergüenza era más. ¿Y si la lastimaba en el proceso? ¿O no le gustaba? ¿O si se veía como un imbécil?

—Megumi, ¿Estás prestando atención?

—La verdad, no.

—¿Y en qué estás pensando?

—En ti.

—Me tienes justo enfrente.

—Por eso —jugó con sus dedos como un niño pequeño. Estaba tan nervioso que se preguntaba cómo aún no se habia trabado con su propia lengua—. No puedo tocarte.

—Puedes tocarme todo lo que quieras. Tu eres el único que se restringe.

La invitación sonaba tentadora, muchísimo. 

Sentados en el sillón, Megumi miró la mano de la muchacha como si fuera el tesoro más valioso de su vida. La tomó con una mano, pequeña entre la suya. La veía como si fuera de cristal, tan frágil que con el mismísimo soplido del viento se desharía. Casi como hipnotizado, la llevó a sus labios lentamente bajo la atenta mirada de la chica y la besó con ternura. Era el primer gesto amoroso en todo ese tiempo que llevaban conociéndose. 

Mientras sus labios permanecían contra la piel de su muñeca, se imaginaba cómo sería besarla en los labios por su cuenta. Si tan solo ese gesto ya lo hacía sentir en las nubes, entonces cómo se sentiría si fuera algo más íntimo y significativo. ¿Cómo se sentiría él? ¿como la haría sentir a ella?

Al separarse, se encontró con el rostro cohibido de su novia. Solo ahí se dio cuenta que tal vez se dejó llevar demasiado.

Pero no le daba tanta vergüenza como se imaginaba.

—¿A-acabas de besarme? —susurro, sin aliento.

—No —respondió, llevando su mano a su cuello y atrayéndola a él—. Esto es un beso...

—¡MEGUMI, NO ME LO VAS A CREER!

El albino pateó la puerta encontrándose con la íntima escena, la cara de pánico de la muchacha y la ira de su estudiante. Sentía como si la vida se le fuera entre los dedos y una película de su existencia pasara ante sus ojos. Estaba muerto. 

—Megumi, no vayas a—

—RYOUKI TENKAI.

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—Amor, megumi me pego.

—¿Lo interrumpiste mientras estaba en su habitación con su novia?

—Este... no... ¡AY!