Fushiguro Megumi [Type of boyfriend]

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Sus gemidos, interrumpidos por las estocadas de Megumi, iban aumentando el volumen con cada minuto que pasaba. Podía ver en la cara de su novio que la escuchaba perfectamente y que le importaba bastante poco si alguien llegaba a escucharla o no. Lo prefería así.

Fushiguro embestía como un animal que solo vivía por y para el placer. A veces iba más rápido, otras más fuerte, pero jamas se desviaba del objetivo: Dar justo en el blanco para que ella perdiera la cabeza.

—¡M-megumi...! —balbuceo. Un pequeño hilo de saliva salía por su comisura.

—¿Otra vez? —río, acariciando su ya muy sensible clítoris.

Ahí, en ese sillón, sentía como sus músculos se contraían y se volvía completamente ignorante a quien era o lo que habia en su alrededor por unos segundos. Arqueo su espalda, dejando salir un largo y delicioso gemido para los oídos del pelinegro, que se quitaba el condón y lo dejaba a un lado en el suelo.

Él estaba bien, con una delgada capa de sudor cubriendole el cuerpo, sin camisa, dejando a libre vista el cuerpo bien formado que ocultaba su uniforme.

—¿Necesitas unos minutos? —se burló, apartándose el cabello de la cara.

Comenzaba a molestarle lo simplemente atractivo que era.

Acababa de hacerle perder la cabeza, pero él estaba como si apenas hubiese comenzado su juego.

—__________, quiero que te des la vuelta.

__________ negó con la cabeza, aún agitada—. Espera, no creo que este—

No la dejo terminar. La tomo de las caderas y la volteó el mismo, levantando el culo hacia él. Sabía que debía estarla viendo con una sonrisita.

—Que obediente eres —murmuro para si mío. Escuchaba como abría el empaque del condón—. Lo haremos en esta posición ahora, ¿Esta bien?

Asintió frenéticamente, desesperada por sentirlo otra vez.

¿No que muy cansada?

Pensaría en eso luego.

Megumi acaricio su entrada con su miembro protegido mientras le hacía una sola pregunta que ella sabía responder muy bien:

—¿Como lo quieres?

Si, ese no parecía el mismo Fushiguro Megumi que estaba acostumbrada a ver en el día a día.

Eso solo lo hacia más excitante.

—Duro, por favor.