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•Rindete•

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Fushiguro sabía lo que provocaba. Era consciente de sus miradas discretas a su dirección cuando entrenaba con sus compañeros. Era consciente de como sus ojos se iluminaban cada que lo enfocaba. Era tan malditamente consciente de que podía erizar su piel con un simple toque, o solo con el sonido de su voz. Era cociente de que le robaba el aliento con su cercanía, y aún más que eso, seguía haciéndolo por que se daba cuenta que su sonrisa era más deslumbrante cuando él estaba presente.

Aun así, prefirió convencerse de que no era así.

Pensó que desaparecería. Si lo ignoraba, entonces dejaría de existir.

Era un pensamiento tan infantil que se golpeaba mentalmente. Nobara e Itadori se burlarian de él por el resto de su vida si llegara a decírselo.

Prefirió cegarse, aunque eso lo afectará.

Por que claro, ella no estaría detrás suyo toda la vida. Llegaría un día en el que se cansaría de esperar a que él reaccionará, a que tuviera los huevos de enfrentar sus sentimientos y solo decírselo. Incluso Gojou se lo dijo.

—No le tienes miedo a que te rechace —le dio un golpe en la frente, como si intentara hacerlo entrar en razon—. Tienes miedo que no funcione, ¿No es así? 

«Solo lánzate, Megumi. Todo esos miedos pasarán a segundo plano cuando ya estés ahí.

Poco a poco, silencioso, pero igual de doloroso que un disparo, Megumi se hizo consciente del frío de su cuerpo. Por alguna razón, esa calidez cada mañana y justo antes de irse a sus habitaciones, desapareció. Ya no estaba tan entusiasmado en las tardes o cuando finalizaba una misión, y sentía que un "Felicitaciones" junto con un beso en la mejilla le hacían falta. Por la misma razón, sus ojos, en las mañanas, siempre buscaban a alguien que no encontraba que, normalmente, era la primera en darle los buenos días.

Y a pesar de ser tan inteligente, fue lento para darse cuenta que ella no estaba a su alrededor.

¿Como es que despues de estar tan acostumbrado a su presencia no notaba que ella no estaba ahí?

¿Como es que no se dio cuenta que no escucho su nombre ser llamado tan cariñosamente al despertar?

¿O acaso pretendía que no era así?

—Oye, Fushiguro —llamo Gojou. Este se estaba alejando—. ¿A donde crees que vas?

—¡Volveré en un momento!

Sus pies se movían solos, no podía controlar del todo su cuerpo. Corrió desesperado por los pasillos de la escuela hasta llegar a su habitación y tocar dos veces. ____________ abrió la puerta, y parecía querer volver a cerrarla de inmediato hasta que él la detuvo.

No sabía que decir. ¿Que se suponía que dijera?

—¿Por que no... Estas en el entrenamiento?

—Mi última misión me dejó mal herida. Yaga me ordeno reposar hasta estar curada —explico fríamente. Ni siquiera lo miraba.

¿Misión? ¿Que misión? Ella no se lo dijo.

—¿Y por que no me lo has contado?

Pareció que esa pregunta detonó dentro de ella, por que por fin dejó de mirar sus pies para verlo a los ojos. Estaba enojada. Ella estaba realmente enojada.

Pero más allá de eso, parecía tan... Dolida.

—Megumi, te la has pasado ignorandome toda esta semana —parpadeo, como si estuviera tratando de disipar sus lágrimas—. ¡Es como si fuera un maldito fantasma para ti!

Una semana... Ese frió en su cuerpo era su ausencia.

—¿Crees que voy a ir tras de ti toda la vida? Vete a la mierda...

—Y-yo...

No tenía como excusarse. Ella estaba en todo su derecho de dejar de hablarle, de insultarlo. Era un imbécil, un imbécil muy cobarde.

—¿Que demonios sucede contigo? —murmuro, volviendo a esconder su rostro de él—. ¿Por que me evitas?

Fushiguro respiraba con dificultad. Todos sus sentidos le rogaban hacer una cosa, y solo una cosa, pero se obligaba a retenerse.

Su subconsciente era como una persona totalmente diferente a él.

"Abrázala"

Esta herida. La lastimare.

"Entonces besala"

¿Que? Ella no va...

"No lo sabes. Ni siquiera lo has intentado"

¿Y si me rechaza?

"¿Y si no? Deja de ser un puto cobarde, Megumi. Yo no pienso quedarme con las ganas"

Fue como si su cuerpo mandara al carajo su cerebro, como si sus manos tomarán vida propia y se movieran hacia su rostro. Se sentía tan cálido entre sus manos... Acercó el suyo como si de un imán se tratase y, mientras gritaba en su mente, unió sus labios con los de ella, ni tan brusco teniendo en cuenta la rapidez con la que lo hizo.

El sentimiento de alivio fue inmediato e indescriptible. No tenía manera de decir con palabras lo bien que se sintió su mundo cuando hizo contacto.

Y cerró los ojos. Solo se dejó llevar. Ella movía sus labios a compás con los suyos. No pudo evitar que sus manos viajarán por su cuerpo hasta agarrarla por la cintura y estamparlas contra la pared más cercana, buscando un poco más de esa cercanía que tanto anhelo los últimos días. Se sentía bien, se sentía realmente bien, el calor de su cuerpo volviendo al suyo y sintiéndose vivo nuevamente.

Estaba tan emocionado que se le olvidó un pequeño detallito.

—¡Ay!

Automáticamente, se alejó. Ella tenía una expresión de dolor.

Mierda, la herida.

—¡Lo siento! —exclamo, acercándose otra vez, esta vez viendo su costado vendado por la transparencia de su camisa—. Dios... Lo olvidé...

—Esta bien, no es nada...

Ambos respiraban algo agitados. A pesar de lo corto que sintió su beso, seguía si creerselo del todo. Su corazón latía tan rápido que pensó que explotaría.

Quería pellizcarse y afirmar que no era un sueño.

—Perdoname... Por ignorarte —susurro, algo cohibido—. No quise... Es que no sabía cómo... No... Perdón.

—¿Yo te gusto?

Trago saliva.

—Si... —susurro, sin mirarla, pero sentía que no era suficiente. Levanto su rostro y la miró directo a los ojos—. Me gustas.

Y le sonrió, esa misma sonrisa deslumbrante que parecía apagar todas las luces de su alrededor. Estaba otra vez frente a él, que parecía aun más brillante.

Lo adoraba. Necesitaba verla otra vez, cada día si era posible. ¿Era posible? Se encargaría de que fuera posible.

"¿Ves? Te dije que nada pasaria"

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¡Aquí no se duerme!

Fushiguro Megumi [Type of boyfriend]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora