Capítulo 5: ya no hay vuelta atrás

749 97 33
                                    

Día tras día iba al gimnasio. Como ya dije, era la única forma con la que conseguía distraerme, pero mis manos no lo estaban pasando tan bien, ellas eran las perjudicadas. Pero sinceramente ya ni me importaba.
Tuve que ir varios días al médico,  pero aunque el doctor insistiera, yo tenia que continuar pegando a aquel palo. Creya ya no estaba y si faltaba ella, faltaban todos. Para mí, sólo ella podía salvarme.
Siempre me ayudaba en todos los problemas y enseñaba tantas cosas... Como por ejemplo:

"hay veces que hay que terminar con cosas más allá de lo físico para comprender que somos capaces de brillar sólos "

Eso en este momento admito que era irónico porque al terminar esa frase me comentó que todo, menos lo nuestro.

O también esto otro que me confesó que había hecho pero que se había dado cuenta de algo:

"Una vez dije que no me gustaban mis ojos para evitar comentarios con los cuáles mis oídos sangrarían al oír. Una vez dije que no me gustaba mi cintura, ni mi nariz, ni mis orejas, pero en realidad cada una de esas partes de mi cuerpo eran y serán importantes, ya que no importa cómo sean pero las amo y me duele oír que una vez las callé para esconderlas de los demás.
Y todo esto es para decirte que nunca debes esconder tus virtudes por miedo a qué digan los demás. "

Buff es que era tan perfecta... pero yo como un estúpido la había perdido.

__________________________________________

Creya

Me mataba no verle, había dejado de escribirme y hasta de venir al instituto. Sus amigos no sabían nada de él, ni siquiera daba señales de vida, ¿estaría bien? Ese día no debía de haberle preguntado eso. Sí, se pasó, pero yo pude llegar a ser muy pesada. Mis amigas no le daban importancia. Decían que era un chico muy frío hasta que se encontró conmigo, pero ellas no sabían como era cuando estábamos a solas, no podían entenderlo.

Yo me adentré en su vida y ahora no podía salir de ella. Rompí las barreras de su corazón, aquellas rocosas y mugrientas que no habían sido levantadas desde años atrás y arreglé todo lo que pensaban que era imposible. Y al final no fue una pérdida de tiempo, porque sí, cambié su vida, pero él también cambió la forma en la que veía la mía.

Iba pensando e imaginando situaciones mientras que andaba por la calle. Estaba terminando de anochecer, ya eran las siete y en invierno hay pocas horas de luz. Soy muy creativa y puedo llegar cualquier tipo de escenario en mi mente en pocos segundos, pero este, estoy segura de que nunca hubiese podido adivinarlo.

Ahí estaba, en la terraza del gimnasio. Parecía cansado, como si necesitase llenar sus pulmones con otro aire, aire limpio. Le observé por varios minutos pero cuando ví sus nudillos no pude evitar correr hacia él.

¿Estás bien, qué te ha pasado  en las manos Johns?- le pregunté muy preocupada cogiendo estas con las mías.

¿Creya?- dijo mirándome. Tenía los ojos hinchados y enrojecidos. Parecía estar en una especie de nube o mundo paralelo, se le veía perdido.

¿Johnas qué te pasa? ¿ por qué estás así?- le contesté. Al ver su estado no pude evitar que comenzásen a correr lágrimas por mis mejillas.

No llores, estoy bien. Creya perdóname, yo te amo. Nunca quise hablarte así, solo que la situación me supera y no pude controlarme. Eres lo más importante que tengo, no me dejes porfavor. Sólo dame una última oportunidad- explicó sin poder parar de llorar.

Yo también te amo, nunca te dejaría, ¿vale?- le contesté.

Corriendo me dió un abrazo. Llevábamos tanto tiempo esperándolo que aunque duró mucho tiempo, se sintió como si sólo hubiesen pasado un par de segundos. Le quería y el también a mí, no sé si llegaríamos a ser la pareja perfecta, pero por lo menos había que intentarlo.

Ahora, déjame curarte esas heridas- le dije con una gran sonrisa  mientras entrábamos en el gimnasio.

Por fin estáis juntos. Es un idiota pero de verdad te quiere- me dijo al oído Charles cuando ya estábamos dentro.

Esa noche sólo pude pensar y preguntarme una cosa sobre todo lo que nos había pasado que al día siguiente compartí con él:

"Realmente, ¿de dónde venimos y a dónde vamos? Quiénes somos fuimos o seremos, ¿y si nada de eso importase? Muchas personas piensan en el futuro mientras que otras se quedaron en el  pasado pero del presente nadie habla. Los tiempos que pasamos se recuerdan y los que pasaremos se imaginan pero lo importante son los que estamos pasando y así es. Cada uno puede tener su historia pasada, pero ahora es cuando estamos juntos y nada más debería importarnos"

Tres formas de entenderlo ( mini-relato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora