Introducción

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Nunca he sido una persona muy habladora ni de esas que tienen trescientos amigos, es más, siempre he sido muy tímida y en los momentos callados, leía historias con el fin de transportarme a un mundo donde viviese verdaderas aventuras y bonitas historias de amor verdadero.
Pero lo que nunca imaginé es que mi vida fuese a convertirse en mi propio libro, pero como dicen, los sueños están hechos para quienes realmente tratan de hacerlos realidad

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Nunca he sido una persona muy habladora ni de esas que tienen trescientos amigos, es más, siempre he sido muy tímida y en los momentos callados, leía historias con el fin de transportarme a un mundo donde viviese verdaderas aventuras y bonitas historias de amor verdadero.
Pero lo que nunca imaginé es que mi vida fuese a convertirse en mi propio libro, pero como dicen, los sueños están hechos para quienes realmente tratan de hacerlos realidad

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El primer día en la escuela no fue muy diferente a los otros ciento ochenta y cinco que asisto todos los años, pero este sentía que sería especial . Este año no está siendo el mío que digamos, me han separado de todas mis amigas y me he quedado solo con mi mejor amigo, pero supongo que el destino lo habrá querido así.
Los primeros meses estuve muy desilusionada. Iba a las clases sin ganas aunque Cless estuviese allí, no es que no esté agusto o que nos hayamos distanciado, al contrario, nos llevamos mejor que nunca pero ver como mis amigas quedaban y se divertían sin contar conmigo no era de gran ayuda. Lo único que hacía  era adentrarme en maravillosas aventuras de mundos ficticios mientras que los demás compañeros se burlaban de mi personalidad, sólo por tener diferentes maneras de actuar frente a las que un adolescente suele tener. Ellos no entienden que ser diferente te hace especial y no una copia de otra persona, pero bueno dejémoslo a parte.

Desde pequeña siempre admiré a los jugadores de fútbol y soñé con encontrar a mi alma gemela en uno de esos grandiosos partidos. Que me dedicasen un gol y que toda la grada animase y gritase por la emoción del momento, todo eso era mi sueño. Mi madre se reía cuando lo contaba, pero yo no entendía porque le hacía tanta gracia. Desgraciadamente nunca pude preguntárselo, ella murió en un accidente de coche cuando yo sólo  tenía seis años y aunque la custodia la paseía ella, después del terrible accidente mi padre se hizo cargo de mí y me cuidó hasta el día de hoy, y lo sigue haciendo, claro.  Pero volviendo a mi amor imposible,  como dicen,  a medida que crecemos tachamos todos aquellos sueños que comprendemos que sólo llegarían a eso, simplemente sueños,  supongo que eso es lo que conlleva madurar.

Estoy en el equipo de atletismo y compito en salto de altura, soy bastante buena y el año pasado gané mi primera competición. Antes, solía hacer ballet pero debido a circunstancias que ocurren nunca pude llegar a cumplir mi gran sueño.

¿Creya puedes venir un momento?- preguntó  la maestra cuando ya casi había salido de la clase después de el examen de danza. Pensé que me regañaría ya que el señor Artemis había estado mucho tiempo parado al lado mío. Durante ese rato, me limité a concentrarme y a seguir los pasos contándolos y relajándome mientras escuchaba la música. Sinceramente no creía que me hubiese salido tan mal.

Sé que te he estado corrigiendo y además he pasado mucho tiempo al lado tuyo observándote, pero nada de eso  ha hecho que te  distrajeras en ningún ejercicio, y sé que no es fácil , enhorabuena-  oí la voz pero no sabía de donde provenía hasta que le ví, el gran jefe y bailarín de la compañía, Artemis.

Sin saber que decir, impactada al descubrir quién era, tan sólo asentí con la cabeza en señal de agradecimiento.

Por eso me gustaría que hiciese las pruebas para mi conservatorio en junio y se uniese el próximo año a nosotros- prosiguió  este.

¡Sii!- grité sin darme cuenta.

Todos rieron y mi cabeza reaccionó, acababa de gritar delante del gran director como si fuese una niña cuando acaban de llegar los reyes magos, por favor tierra trágame ya.

Pues nos veremos en las pruebas, buenas tardes señorita Creya.

Y se fue. Ahí empezaron a abrirse las sendas de mi primera ilusión, ser una gran bailarina y dar la vuelta al mundo en una gran gira bailando. Pero maduré y por cuestiones de trabajo y estudios tuve que rechazarlo tachando así mi primer gran sueño. Las clases estaban lejos y tendría que cambiarme de instituto y muchas cosas más que me siguen doliendo al recordar.

Tres formas de entenderlo ( mini-relato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora