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¿Quién soy? Todos los días me preguntaba eso. ¿Cuántas veces había llorado en mi habitación? ¿Por qué siempre acababa involucrando a otros?
Todo esto. Comenzó cuando tenía 12 años.
Empecé mi adolescencia no sabiendo como empezarla, solo quería encajar con los demás. Sin embargo, cuando me di cuenta, el Seokjin que conocía se volvió otro. El verdadero, se convirtió en la sombra del falso y mi yo verdadero, aterrorizado por los demás, solo podía llorar una vez llegaba a mi casa y me dejaba caer en mi cama.
Cada día la mentira se hacía cada vez mayor. Había llegado al punto que por mi boca solo podía decir mentiras. Ese chico que yo decía ser, era completamente mentira también.
Pero... algo cambió.
O más bien, alguien.
Kim Namjoon, ese chico que se quedaba siempre solo en los recreos y que me hacia pensar cómo podía sonreír así estando solo leyendo sus libros:
" Mis ojos miraron desde lejos a ese chico alto, de gafas negras gruesas.
Se había vuelto una especie de rutina extraña diaria.
Cuando vine de clases, completamente cansado de tener que sonreír para los demás, me senté en uno de los árboles que más sombra daba de todo el patio.
A esta hora del día, todo era tranquilo. La mayoría se encontraban almorzando en los comedores.
Eran de los únicos momentos donde podía huir de las personas, y relajarme en la soledad de la naturaleza. Sin embargo, un ruido llamó mi atención en ese entonces:
Unos chicos estaban gritando a otro, que había chocado con ellos. El chico de gafas gruesas, era Namjoon. Quién lo único que hizo, fue disculparse, pese a haberse llevado un golpe.
Ese día pude verlo sentado solo en uno de los bancos al sol, frotaba su mejilla con dolor mirándose en la pantalla de su móvil.
Sentí bastante pena por él, al verlo solo en esa situación. Pero... a medida que fue pasando los días, pude ver que no hacía falta mostrar esa compasión.
Él parecía cómodo, sentado en ese banco, mirando sus libros y sonriendo de vez en cuando.
Me pregunté, porqué él era feliz estando así.
¿No se sentía solo? "
Ese día comprendí, que Namjoon era feliz siendo él mismo.
Me acerqué a él poco después.
Al principio era un chico muy tímido y torpe, rompía cualquier cosa de los nervios. Sus mejillas siempre se tornaban de un lindo rojo y sus labios gruesos se apretaba entre sí, moviéndose en muecas nerviosas.
Supe ahí, que Namjoon si se sentía solo y quería hacer amigos, pues pareció muy feliz a medida que empezaba a pasar tiempo conmigo.
Con él, pude empezar a aliviarme un poco más, pude empezar a ser yo mismo. Me dejé llevar por su sinceridad. Pero... hasta para él seguía siendo el falso Seokjin:
" — ¿Estás seguro que quieres que nos vean juntos, Hyung?
Una vez más el más alto me preguntó con la duda en sus ojos.
Lo que tanto había buscado y querido, esta popularidad, empezaba a molestarme. Todos me miraban con buenos ojos, pensando que era el perfecto Seokjin y Namjoon incluido, pensaba también que era como todos decían.
Sin embargo, su mirada estaba lejos de ser una que fuera a burlarse de mí. Últimamente no podía evitar querer mostrarme tal y como era.
— ... — Mi mirada bajó. Y justo las voces de unas personas sonaron a mis espaldas.
— Jin. ¿Qué haces con el marginado? Vente con nosotros anda.
Mis puños se cerraron. Pude ver la mirada de Namjoon oscurecerse. Él bajó su mirada avergonzado y noté que empezaba a mancharlo con esta popularidad mía. Ese chico, que siempre había sido feliz siendo él mismo. Se mostraba avergonzado de sí mismo. Pero... no pude hacer nada.
Llevaba años en esta falsa de ser siempre amable con todos.
Namjoon solo se disculpaba y se iba a paso apresurado.
Y yo...
No hice nada."
Poco después de eso, Namjoon comenzó a evitarme.
Me sentía horrible, como un monstruo que cada vez empezaba a crecer más y más. Ahí fue cuando empecé a querer cambiar y cuando comencé a llorar en las noches.
Fui egoísta, y busqué otra vez a Namjoon. Ese día pude entablar una conversación con él más íntima. Donde me dejé llevar más, siendo alguien que podía sonreír con libertad.
Pero...
Comencé a notar mis sentimientos.
Unos sentimientos que no debía de mostrar. Que no debía de sentir hacía un chico. Pero esos sentimientos, lejos de desaparecer, solo consiguieron aumentar más hasta ese día en la fiesta, donde mis labios se juntaron a los de Namjoon:
"Agarré su cuello con fuerza, cerrando mis ojos completamente inseguro. Ambos movimos nuestros labios con torpeza y de mis labios salió un nervioso jadeo al sentir sus brazos rodearme. Mi cuerpo tembló ante la brisa nocturna. Y aunque me sentía vivo, también me sentía mal.
Estaba mintiendole también a Namjoon.
¿Eso estaba bien?
Me pregunté, separandome con mis ojos cristalizados, los cuales no dejé que el contrario viera. Me hundí en su cuello, cerrando mis ojos con una lágrima resbalando por mi mejilla y sus palabras, solo lograron que mi corazón doliera:
— También me gustas mucho, Hyung."
Comenzamos a salir en una relación falsa. Pese a lo mucho que me gustaba y lo amaba, me sentía mal con todo esto.
Las primeras semanas pude fingir, pero a medida que pasó el tiempo, me derrumbé. Comencé a aislarme, a evitarlo. Empecé a faltar a clases y me la pasaba en mi habitación con miedo a ser juzgado.
Fue hasta el día en donde no pude más, que me sentí completamente solo y con miedo hacía mi mismo, que le pedí a Namjoon que viniera.
No me arrepentía de haberle dado una copia de mi casa en su día. Esa noche, lloré hasta quedarme seco sobre su hombro y mostré cada una de mis inseguridades.
El Seokjin perfecto empezó a agrietarse, mostrando al verdadero Seokjin debajo de su máscara.
