Rápido, esposo, todos a bordo [COMPLETA]

Capítulo 40: Tenemos otras cosas que hacer

Vino de color amarillo pálido se derramó por su cuello blanco como el jade y fue succionado por el pescador. Enterró la cabeza en el hueco de su cuello e inhaló su delicado aroma, su respiración era dificultosa.

Xue Dongting estaba jadeando débilmente. "Vino dulce de osmanthus ..."

"Mm", dijo Song Yuming, mirando el jade cálido, suave y fragante en sus brazos. "El vino de Osmanthus es algo dulce, no es malo para una dama beberlo".

Xue Dongting frunció los labios, las esquinas ligeramente dobladas. Envuelta en sus brazos, ella no dijo nada.

Song Yuming levantó la barbilla para poder mirarla. Ella miró sus ojos negros como la boca del lobo. Parecían estar en llamas. Ella se volvió, sin atreverse a mirarlo a los ojos. "Mañana quiero ir a la ciudad".

"Muy bien, mañana entraremos y venderemos ese incienso". Su voz era baja y ronca.

"También necesito comprar algunas hierbas medicinales".

Los ojos de Song Yuming brillaron. "¿Te encuentras mal?" Sonaba ansioso.

Xue Dongting negó con la cabeza. "Es para Guang'er. Recordé algunas hierbas que serían buenas para su condición. Quiero hacerle algunos paquetes de medicamentos para que los use ".

Song Yuming asintió levemente. Vio el nuevo par de zapatos acolchados de algodón en el estante y se rió. "Las manos de mi esposa son bastante hábiles".

Recordó los zapatos nuevos y quiso ir a buscarlos, pero Song Yuming la tenía atada en sus brazos y no la soltó. Cuanto más luchaba, más fuerte la abrazó.

Él sonrió diabólicamente e hizo una pregunta cuya respuesta ya conocía. "¿A dónde crees que vas?"

Ella lo fulminó con la mirada. "¡Suéltame, deja de aferrarte!"

Su marido se rió. "No hay prisa por mirar los zapatos. Tenemos otras cosas que hacer ".

Xue Dongting lo golpeó con el puño, sonrojándose. "No, no lo hacemos ..."

Song Yuming miró a la esposa que luchaba en sus brazos y dijo con malicia: "¿Qué quieres decir con que no? Si digo que lo hacemos, lo hacemos ".

"No quiero hoy ..." La voz de Xue Dongting era fina y apenas audible. Ella estaba en su período, así que, naturalmente, no podía hacer "otras cosas" con él.

Pero ella lo tenía todo mal. Song Yuming se acercó a la mesa, tomó dos copas de vino y vertió vino de osmanthus en cada una. Él sonrió. "Todavía no hemos intercambiado copas nupciales".

La cara de Xue Dongting se puso carmesí y ella se rió torpemente y tomó la taza que le ofreció. Su corazón latía como un tambor, regocijándose interiormente de que él no hubiera adivinado lo que había estado pensando.

Pero una vez que habían bebido de sus tazas, Song Yuming se inclinó hacia su oído y le susurró: "No pienses demasiado ..."

Ella se sintió avergonzada y se quedó sin habla. El pescador soltó a su mujercita sonriendo, se levantó, sacó los zapatos nuevos de la estantería y los examinó detenidamente. Xue Dongting se retorcía la mano en la falda. Verlo mirándolos, sin sonreír, le hizo pensar que se estaba burlando de ella. "¡Dame esos zapatos!" Dijo de mal humor. "¡Esos no son para ti!"

"¿No para mí? ¿Entonces son para ti? ¿Son tus pies tan grandes? Déjame ver." El pescador hizo como si fuera a echarle un vistazo a los pies.

Ella dio un respingo y se metió los pies debajo de la falda, se volvió y le dio la espalda. Cogió sus palillos y empezó a comerse el cerdo ella sola.

Song Yuming se acercó a ella. "¿Esta bien?"

"No ... es repugnante".

Él rió. "Entonces no lo comas. Si es asqueroso, me lo comeré ".

Estuvieron jugando durante toda la comida, hasta bien entrada la noche. Por supuesto que la carne de cerdo estaba deliciosa, pero no dejaron de bromear entre ellos todo el tiempo y no prestaron mucha atención al sabor de la carne.

A altas horas de la noche, el pescador abrazó a Xue Dongting y se fue a la cama, sus manos grandes y ásperas vagando por todas partes, pero como estaba preocupado por su cuerpo, al final no hicieron "otras cosas".