Entre Cuentos de Terror

El Violinista de Fuego (Leyenda de Estados Unidos)

Lucas nunca había visitado anteriormente el cementerio en la noche.  Nunca había estado allí solo.  Un viento frío soplaba por los arboles, enviando sombras escurridizas a través de las tumbas.  Lucas se estremeció, pero el sabia que tenia que quedarse.  Eso era lo que le había dicho una anciana abuelita: "Si tu quieres aprender a tocar el violin, ve a la cementerio y practica toda la noche". 

"Pero no seas codicioso", ella susurró, y Lucas la advertencia en sus ojos.

El quería correr a su casa, pero se forzó a el mismo a sentarse en una tumba con musgo y poner su violín debajo de su mentón.  El arrastró el arco a través de las cuerdas.  El chillido y el graznido era inaguantable.  El paró por un momento y escuchó un coro de ranas croando en el cercano prado.  " Ellos suenan mejor que yo", el se lamentó. 

Pero el tomo su violín y lo intentó de nuevo.  En ese momento el logró sacar un par de notas melodiosas.  Lucas estaba tan emocionado que no se dio cuenta de un soplo de humo en el aire.  El práctico hora tras hora.  El humo iba aumentando denso, pero Luchas no lo notaba ya que lo único que el notaba era su música.  Los chillidos y graznidos ya habian desaparecido.  Pero con todo y eso el aún no estaba satisfecho.  "Yo deseo ser el mejor violinista del mundo", el le grito a la luna.

" Tú puedes serio", dijo una voz que venia de detrás de él.

Lucas se volteó, con su corazón en la garganta.

Allí estaba una figura horripilante, vestida con una larga capa negra rayada con rojo y ardiendo hasta el dobladillo.  Sus negras botas eran lamidas por lenguas de fuego.

Y su puntiaguda cola lanzaba humo para lado a lado. Lucas lloraba, ya sabia quien le iba a enseñar a tocar el violín esa noche. 

"Dámelo acá", exigió el diablo.  Y el comenzó a tocar.  Sus dedos bailaban sobre las cuerdas y guiaba firmemente el arco.  Canciones irrumpían fuera, fascinado Lucas  pensó que no había otro.  " No sabia que supieras tocar", dio Lucas anheloso. 
"¿Tocar?" estalló el diablo. "Yo inventé el violín".  Y comenzó con un tono violento.  Sus dedos se veían borrosos.  " Yo daría lo que fuera por tocar así, " dijo Lucas llorando.  Una sonrisa malvado se esparció por la cara del diablo.  "Incluso tu alma?".

Lucas sintió el aliento caliente del diablo cerca de él.  El se hecho para atrás, estremeciéndose.  Pero luego el diablo continuó tocando.  " Puedes quedarte con tu alma hasta que mueras", dijo el diablo, "luego es mía". 

El empezó a tocar tan apasionadamente que Lucas comenzó a aplaudir y a golpear los pies contra el piso.  " ¿Donde podrías encontrar mejor negocio?" preguntó el diablo.  Así pues Lucas aceptó vender su alma, sus miedos se hicieron aparte por la música del diablo.  Pero el difícilmente haría lo que el diablo le mandaría a hacer después. 

"¡Para sellar nuestro pacto, tienes que tragarte mi lengua!"
"No puedo", dijo Lucas.
" ¡Tu no quieres ser el mejor violinista del mundo!"
"Lo haré!, dijo Lucas, el apretó sus ojos cerrándolos y tragó.  La lengua del diablo era caliente y sulfurosa.  Lucas sintió que se quemaba todo el trayecto hacia su estomago.  El pensó que se iba a enfermar.  Pero luego el diablo le devolvió su violín, y todo se veía mejor.