✴Leyenda folclórica de Rusia✴
Hubo una vez una viuda quien tenia una hija propia y una hijastra. Siempre que su hija propia decía o hacia cualquier cosa, la mujer le acariciaba la cabeza y le decia, "¡niña lista!" pero no importaba cuan fuerte tratara la hijastra, la mujer siempre la llamaba "tonta" o "lenta", a quien frecuentemente regañaba y en ocasiones le pegaba.
La verdad del asunto era que la hijastra, Maria, era bondadosa y hermosa, mientras que la hija propia de la mujer, Yagishna, era común y egoísta. Pero su madre solo veía lo que ella quería ver, así que ella elogiaba a Yagishna continuamente y hacia que la vida de Maria fuera miserable. Incluso en una tormenta embravecida fue echada fuera a su pasado, pero el odio de la vieja mujer hacia su hijastra nunca disminuyó. Ella le decía cosas crueles unas tras otra, y ella siempre agarraba a Maria por su collar o por su vestido para sacudirla por " ser un peso encima de nosotras"
Una día, en la muerte del invierno, a la madrastra le vino una idea a la mente para llevarla en contra de su hijastra y acabar con ella. Ella le dijo a su anciano sirviente, "Anciano, lleva a Maria prado adentro donde el frío sea tan penetrante que sea capaz de helar y dejala allí. No quiero tener que fijarme en ella o escuchar su voz nunca más. Y si tu valoras tu vida, no la lleves a la cálida casa de tus relativos.
El anciano rogó para que no lo forzarán a hacer algo tan malvado, pero la madrastra no cedió. Porque el sabia que su familia moriría de hambre si el perdía su trabajo, puso a la chica en un trineo. El trató de cubrir a Maria con una vieja tela de caballo, pero Yagishna vio esto y se la arrebató lejos de sus manos con una cortante risa.
" Has lo que mi madre te dijo, o te vas a encontrar a ti y a tus niños fuera en el frío y solo con ella," dijo Yagishna malévola.
Fuertemente dolido, el anciano dejó a Maria fuera en campo abierto cerca de el extremo del bosque. El la sujetó sobre un montón de nieve, la abrazó, y luego apresuradamente volvió a casa lo más rápido posible, para no ver como la chica moría.
Pobre pequeña Maria, permaneciendo donde estaba, tiritando y diciendo suavemente algunas oraciones. Bruscamente un hombre que se veía extraño vino saltando y brincando desde el bosque hacia la chica. El llevaba un gabán blanco-plateado de piel, un alto sombrero puntiagudo de la misma piel plateada que la del gabán, y botas con cuero blanco trabajado con plateado. Tenia unas blancas cejas pobladas y una espesa barba, mientras que su nariz era tan roja como una manzana. Su abrigo y sombrero tenia lentejuelas y diamantes, y campanas plateadas sobre listones blancos que atravesaban su pecho tintineando con sus brincos hacia Maria.
"Pequeña niña, pequeña niña, Yo soy Jack Frost, el de la nariz de rubí,"dijo él. " Yo traigo el invierno a donde quiera que voy."
"Oh," dijo ella tristemente. "¡Bienvenido Jack Frost! Dios te debió haber mandado para llevarme lejos de este mundo. Se me va hacer tan difícil partir, porque el día se ve tan hermoso: la nieve es tan blanca y el aire es muy limpio y el hielo brilla como diamantes."
Ahora fue acercándose para tocar el cuerpo de ella y congelarla hasta la muerte, pero se sintió movido por sus sabias palabras y sus triste ojos. Instantáneamente el obtuvo de uno de sus inmensos bolsillos de su gabán, sacó un abrigo de piel, y se lo dio a Maria.
Ella rápidamente se lo puso, lo pinchó con el talón. Sentándose en la nieve, observó a Jack Frost saltando y brincando de vuelta al extremo del bosque. En un parpadeo, volvió, cargando algo en sus brazos. "Pequeña niña, pequeña niña, Yo soy Jack Frost, el de la nariz de rubí," dijo llorando. "Te traje algo para ti."
"¿Es mi muerte?" Maria preguntó temerosa.
Pero el no había regresado para llevarse su vida. El le trajo un cofre, pesado y profundo, y lleno con ropa de cama, enaguas y toda clase de vestidos cálidos.
Luego Maria se sentó sobre el cofre en su abrigo de piel, riendo y aplaudiendo mientras que Jack Frost bailaba para ella.
La tercera vez que el salto hacia el extremo del bosque; esta vez, cuando el volvió, este le dio una capa adornada con hilo plateado y botones con perlas y diamantes.
Asombrada, Maria se puso la capa sobre el abrigo de piel. Ella se veía hermosa y elegante como una gran duquesa. Por un largo tiempo ella se sentó feliz cantando canciones, mientras que Jack Frost bailaba ligeramente sobre el centelleante hielo y nieve.
ESTÁS LEYENDO
Entre Cuentos de Terror
TerrorEn este libro podran encontrar una variedad de leyendas de alrededor del mundo y historias e cuentos tantos creados por mi como sacados del internet. Espero que los disfruten y sea de su agrado. No olviden regalarme una 🌟