¿SOLA? (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*

Capítulo 2: Sin rumbo

|NARRA ______|

Llevaba casi dos meses andando sin parar. Apenas dormía por las noches y, si lo lograba, me despertaba al menor ruido. ¿De veras a esto se le puede llamar vida? Recuerdo cuando en el instituto militar me pusieron a correr dos horas seguidas bajo la lluvia. 

|FLASHBACK|

— ¡Venga, Hatson! ¡Mueve el culo! —Me gritaba el entrenador—. ¿Quieres que te expulsen? ¡Corre!

No podía hablar, no me quedaba energía. Me costaba respirar y, cuando inhalaba, los pulmones me ardían. Mis piernas dolían, el cuerpo me suplicaba un descanso. Pero sabía que, si paraba de correr, las consecuencias serían peores; fregar el suelo de la cafetería, quitar los chicles de debajo de las mesas, limpiar el instituto entero. Lo que ocurre es que soy de las pocas estudiantes a que las que le hacen esto. Mientras los demás dan clases, a mí me obligan a hacer tiro con arco, correr o cualquier clase de entrenamientos intensivos. ¿Por qué? Ni idea.

— ¡Más rápido! —Me gritaba—. ¡Solo quedan dos minutos!

Llevaba, exactamente, dos horas y cincuenta y ocho minutos corriendo alrededor de tres patios enteros. Cerca de unas cuarenta y seis vueltas llevaba ya.

— ¡Se acabó el tiempo! —Dijo el entrenador, aplaudiendo—. Me has sorprendido _______, pensaba que te darías por vencida.

Ni siquiera quise escucharle. Me tiré al suelo, bajo la lluvia. Mi respiración era agitada y apenas podía respirar. Mis pulsaciones estaban peligrosamente por las nubes. Estaba sofocada y empapada en mi propio sudor, pese a que la lluvia trataba de refrescarme. Las manchas nublaban mi campo de visión, mi cabeza daba vueltas y la tarea de respirar se me complicaba cada vez más. Escuché pasos; alguien venía hacia mí. Levanté la vista y contemplé al entrenador y a la enfermera.

— _______, mírame. —Me susurró la mujer—. ¿Puedes respirar?

Negué débilmente con la cabeza y, finalmente, me desmayé.

|FIN DEL FLASHBACK|

Abrí los ojos de par en par. Me había quedado sumida en un profundo sueño. Pude ver, nada más despertarme, a una horda de caminantes. Genial, estaba muerta. "Bravo _______, has cavado tu propia tumba", pensé.

Saqué mi arco puesto que ya no me quedaban balas en la pistola. Lancé una flecha tras otra, matando a cada walker que se me acercaba demasiado. Entonces, se me acabaron las flechas. Cogí mi cuchillo, el cual encontré hace un par de semanas, y traté de mantenerlos bajo control. Pero eran demasiados.

— Lo siento, mamá. Lo siento, papá. —Suspiré.

Cerré los ojos, preparada para recibir un mordisco. Sin embargo, oí tiros. Abrí los ojos y vi a un niño rubio, que no tendría más de diez años, matando a los caminantes de mi alrededor. En cinco minutos, ayudando yo también, matamos a todos. Me dispuse a darle las gracias pero, tomándome por sorpresa su acción, me apuntó a mí.

— ¿Te han mordido? —Pude percibir el miedo en su voz.

— No. —Respondí con frialdad. No recuerdo cuándo fue la última vez que escuché mi propia voz.—. Gracias, muchísimas gracias.

El niño me sonrió y bajó el arma. Se acercó lentamente a mí, como si aún tuviera miedo, y me abrazó.

— Llevaba mucho tiempo sin ver a una persona. —El niño empezó a llorar.

Le devolví, de manera instintiva, el abrazo. "Apenas lo conoces, ¿qué haces, ______?", me cuestioné.

— No pasa nada. —Le susurré, limpiándole las lágrimas con la palma de mi mano—. No llores. —Le separé con cuidado—. Yo soy ________. ¿Cómo te llamas tú? 

— Michael. —Contestó sonriente—. Pero desde siempre me han llamado Mike. 

Era un niño delgado y muy rubio. Sus ojos eran de un tierno color miel. Sin embargo, no era más que un crío, un niño. Un niño en esta mierda de mundo. Definitivamente, la humanidad estaba por los suelos.

— Me has salvado la vida. Gracias. —Dije mientras recogía mi mochila y mis cosas. Me di la vuelta y comencé a andar.

— ¡¿A dónde demonios vas?! —Me gritó y, por ende, me giré.

— ¿Qué ocurre? —Le pregunté, mirándole confundida.

— Te salvo y me lo agradeces... —Parecía que iba a volver a llorar—. ¡Me lo agradeces largándote! 

— Nunca te he pedido tu ayuda. —"¡Por dios, ______! Que tiene ocho años. Deja de ser tan fría y antipática. Estás en un maldito apocalipsis, no te vendría nada mal tener aliados", me digo.

— ¡Borde! —Me gritó, volviendo a estallar en lágrimas—. Te salvo y, ¿me dices eso? ¡Borde!

— Joder, perdón. —Bufé—. Llevo demasiado tiempo sola, ¿sabes? Además, hacer amigos nunca ha sido lo mío.

El chico se levantó y comenzó a caminar en la misma dirección que yo. Al ver que yo no avanzaba, se giró y se me quedó mirando.

— ¿Vamos o qué? —Me preguntó, alzando una ceja.

Asentí y caminé junto a él. Las pocas personas con las que me he cruzado solo tenían la intención de matarme o de hacerme daño. Me he limitado, durante estos meses, a huir y a evitar a cualquiera que se me acercase. Pero Mike era diferente; me ha ayudado sin yo pedírselo. 

— No soy una buena persona. —Rompí el silencio.

— Lo eres. —Me agarró la mano—. ¿Cuántos años tienes?

— Quince. —Sonreí—. ¿Y tú, mi pequeño salvador?

— Ocho. —Contestó riéndose.

"Aprende de él, sonríe un poco", me dije. "Ojalá dejara de hablar sola", pensé. "Como si hubieses tenido a alguien más con el que hablar", me respondí. "Idiota", me insulté. La soledad de estos meses me había forzado a hablar conmigo misma, a simular que estaba manteniendo una conversación con alguien. En mi opinión, era patético. Pero mejor que estar callada y aburrida, cualquier cosa.

— ¿Estás solo? —Pregunté, para iniciar una conversación.

— Sí. —La respuesta pareció hacerle recordar algo doloroso.—. Pero ahora no.

— Yo también he estado sola. —Le revolví el pelo—. Muy sola.

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|NOTA DE AUTOR ORIGINAL 13/02/2015|

¡HOLA!

¿Les está gustando la historia? Espero que sí <3

Soy nueva en Wattpad y esta es mi primera novela. No sé cuánto va a durar, vosotros podréis elegir si queréis que sea larga o corta. Incluso podréis determinar los capítulos que queréis aproximadamente. 

¡SÉ QUE ES PRONTO PARA PENSAR EN UN FIN! Pero sois vosotros los que elegís :) 

Besos <3

|NOTA DE AUTOR EDITADA  20/06/2018|

Menos mal que me he puesto a corregir las faltas de ortografía. No entiendo cómo alguien podía leer esto. Hace tres años debía de sufrir de algún tipo de enfermedad que me impedía escribir bien, porque vamos... He tenido que corregir hasta la puñetera nota de autor.

- Fecha original de publicación: 13/02/2015.

- Fecha de la edición del capítulo: 20/06/2018.