¿SOLA? (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*

Capítulo 40: Sobreviviendo

|Narra  _______|

Ya hacía un mes desde que Alexandria quedó infestada de caminantes. Todavía no habíamos encontrado al grupo de Rick, por lo que aún seguíamos los mismos que abandonamos la comunidad aquella noche. No lograba sacarme de la cabeza la imagen de Peter. Decidí no contarle a ninguno —sobretodo a Tom— que le vi, porque temía que fueran imaginaciones mías.

Ben y Eva al final acabaron siendo pareja, al igual que entre Julia y Jack se terminó desarrollando una especie de amorío. Me alegraba por ellos, porque aunque sigamos centrados en llegar a mañana vivos entiendo que necesitaran establecer cierta estabilidad. Mike, Tom y yo nos hemos vuelto más inseparables que nunca y Bryan ahora mismo lo podría considerar un gran amigo, al igual que Chuck. Como grupo nos habíamos vuelto muy unidos. Cuando se acabaron nuestras provisiones sobrevivíamos a base de caza y cosas que íbamos encontrando por el camino. Dormíamos en viejas casas abandonadas o en árboles. Nuestra querida furgoneta se quedó sin gasolina, así que desde hace unas semanas hemos ido a pie.

Por una parte estaba preocupada por el otro grupo. Al fin y al cabo ellos nos acogieron a Mike y a mí, sin contar lo bien que se habían portado siempre conmigo. Además estaba Carl, a quien obviamente quería pese a nuestras absurdas discusiones. Sin embargo, no podía evitar sentirme abandonada por ellos. Soy consciente de la mentira que les dijo Lucy y que seguramente eso fue lo que impulsó la decisión de Rick de marcharse, pero a una parte de mí le hubiera gustado que fueran a comprobar si efectivamente estábamos muertos.

— Va a anochecer, tenemos que buscar refugio —Dijo Chuck—. No quiero volver a acampar.

— Yo tampoco quiero —Le secundó Eva, quien iba de la mano con Ben—. Ya sabemos lo que pasó la última vez.

— Fue culpa del imbécil de Jack —Comentó Julia, dándole un codazo al chico—. Atrajiste a esa horda con tus ronquidos.

— ¡Yo no ronco! —Se quejó el castaño y ambos comenzaron a pegarse en broma. "Tal para cual", pensé.

Íbamos caminando por una carretera que rodeaba el bosque. Yo estaba al lado de Mike, pisándole los talones a mi querido pero lento hermano. Bryan últimamente había estado muy raro conmigo, se comportaba de forma más cariñosa y, sinceramente, no me molestaba en absoluto. A veces me sentía estúpida porque sé que mi primera prioridad debería ser la supervivencia, tal y como siempre me enseñaron en el instituto militar. Pero también necesitaba algo de atención.

— ¡Allí! —Señaló Mike acelerando el paso—. Hay una casa a la derecha.

Me paré y miré en la dirección que señalaba el rubio. Era una casa de estilo victoriano, hecha de madera rojiza y con un gran tejado. Entrecerré los ojos para poder observar con más detalle, no parecía haber ningún walker cerca. Miré a Tom y este se encogió de hombros, me di la vuelta para mirar al resto.

— ¿Qué creéis? —Pregunté cruzándome de brazos. Estaba agotada. 

— Yo voto por ir a ver si es segura —Dijo Chuck y Bryan asintió el oír la propuesta de su hermano— ¿Os parece bien chicos?

— Por mí perfecto, estoy harto de andar —Jack desenfundó su arma y después miró al cielo—. Además no queda ni una hora para que el sol desaparezca. Hay que darse prisa.

Nos pusimos en marcha. Dejamos la carretera atrás y saltamos una valla blanca que rodeaba toda la finca de la casa. El que hubiera valla me inspiraba confianza puesto que podría retener a varios walkers hambrientos, pero no pensaba hacerme ilusiones. Una vez llegamos, miramos por las ventanas.