¿SOLA? (Chandler Riggs y tú) *EN PROCESO DE EDICIÓN*

Capítulo 44: (Maratón 3/3) ¿Qué somos?

|Narra  _______|

Oí a varias personas subir las escaleras muy deprisa. Algún que otro murmullo y quejido hasta que en cuestión de segundos todos mis amigos rodeaban mi cama. Mike apareció poco después, el cual se subió para abrazarme, gesto que correspondí encantada. Al hacerlo sentí un fuerte pinchazo en el hombro que me hizo soltar un gruñido.

— No me vuelvas a hacer eso —Dijo el niño con un puchero.

— Enano ni que lo tuviera planeado —Bromeé. Aún estaba un poco adormilada y el hombro me dolía horrores.

— ¿Cómo te encuentras? —Preguntó Julia—. ¿Has disfrutado de tus vacaciones en el más allá?

— Muy graciosa —Le dije—. La verdad es que me duele muchísimo el hombro. 

— Lo anormal sería que no te doliera el disparo —Añadió Jack con una gran sonrisa que Ben le quitó con un codazo en el estómago—. Joder, hijo. Qué bruto.

Después llegó Bryan y unos instantes después entró Carl. Algo me decía que habían discutido.

— ¿Y Lucy? —Pregunté, realmente se lo preguntaba a Carl puesto que tengo un fugaz recuerdo de cómo la gritaba.

— Mi padre la mató —Suspiró el chico, quien después me miró directamente a los ojos—. Siento lo ocurrido. Debí haberte hecho caso en su momento.

— Lo del disparo no fue cosa tuya, Carl —Le aseguré—. Pero hay algunas cosas que has hecho, o dicho para ser más exactos, que me van a costar dejar pasar.

Carl asintió.

— Oye, chicos. ¿Os importaría dejarme con  ________  a solas? Serán solo cinco minutos —Bryan se rascó la nuca nervioso.

— Claro, tortolitos —Eva sonrió pícara y bajó a Mike de la cama—. Cuídamela, pelo seta.

— Pelo... ¿qué? —Se quejó el chico—. Serás...

Estallé en carcajadas, lo cual hizo que el dolor en el hombro se agudizara aún más. Carl lanzó una mirada de mal gusto al pelinegro antes de abandonar la habitación. Bryan agarró una silla que había junto a un escritorio y se sentó al lado izquierdo de mi cama.

— Me tenías acojonado —Dijo y le agarré la mano. 

— Pero aquí me tienes, medio dormida —Le dije con una sonrisa, tratando de quitarle hierro al asunto. No estaba emocionalmente preparada como para entrar en una conversación profunda—. Julia y tú podríais haber salido heridos por mi culpa. Vaya idea más tonta la que se me ocurrió.

— Si no hubieras propuesto el plan nunca nos habríamos enterado de qué es lo que quería Lucy hasta que hubiese sido demasiado tarde. Nos podría haber asesinado mientras dormíamos o algo peor. 

— Supongo que tienes razón —Me incorporé con cuidado para poder sentarme y estar más cómoda—. Aunque creo que no debemos volver a hacer nada sin el consentimiento de Rick.

— Hemos logrado sobrevivir sin su criterio, querida líder. 

— Eres un idiota —Le dije entre risas. Poco después nos quedamos en absoluto silencio—. Oye, Bryan. Lo que pasó en el porche. Lo que me dijiste, ¿lo decías de verdad?

— Sí, ¿por qué lo preguntas?

— No sé, simplemente quería asegurarme —Dije y sonreí nerviosa—. Que conste que no me arrepiento.

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del chico. 

— Yo tampoco.

Estuvimos charlando un rato más hasta Eva, Mike, Julia y Tom volvieron a entrar. Bryan dijo que se iba a ir a hablar con su hermano.