Capítulo 5

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Unos veinte minutos más tarde, estaban frente a frente, ocupando dos sillas en la pequeña isla de la cocina.

Tras dejarle entrar, Jungkook optó por jugar al buen anfitrión y ofrecer –muy a su pesar– alguna bebida. << Si es acompañada de arsénico, mejor >> librarse definitivamente del visitante indeseado, le sacó una sonrisa, pero se arrepintió a último momento, al recordar los cargos penales.

— Un café estaría bien. — fue la inusualmente afable contestación de Jimin.

Y en efecto, dos tazas humeantes, les hicieron compañía al poco tiempo.

Park bebía en hitos; sus ojos deteniéndose en la sencilla, pero acogedora decoración y aceptable pulcritud que emanaba el sitio.

— Enano fastidioso — Jeon había descubierto, la "minuciosa" inspección a su hogar. Fue un pensamiento vocalizado sin querer, y se equivocó, al creer que no sería percibido.

— ¿Qué dijiste? — Park enarcó una ceja, dejando reposar la taza sobre la madera. Le estudió fijamente, casi retador.

— Q-Que el día está muy hermoso... — barboteó el anfitrión, a quien la pregunta tomó desprevenido, y se apresuró un buen sorbo de café cargado.

¿Jimin tenía oídos de murciélago, o qué?

— Sí, tienes razón. — sonrió, notando a Jeon disimular su incomodidad con la bebida, y quemarse la lengua en el proceso. Le sucedieron unas cuantas maldiciones. — Es un día excelente, después de todo. No pensé encontrarte aquí. Hay muchos recreativos en esta zona; creí que podrías haber llevado a Sanha.

— Nah. Sanha no es de los chicos que gusta pasar tanto tiempo fuera. Incluso me extrañó que invitara a tu sobrino. Él, nunca ha mostrado interés en alguien. — confesó Jungkook, tras ir a la nevera por un poco de agua.

— Vaya, ¿a quién se parece? — el claro sarcasmo de Jimin, le hizo rodar los ojos.

— Tan encantador como siempre — su tono destiló ironía — En serio no cambias, Park.

— Qué puedo decir. Ahí recala mi encanto. — el invitado esbozó una mueca mordaz, y Jungkook tuvo ganas de hacer desaparecer esa sonrisa petulante con café caliente. Eso sí sería legal, ¿o no? — Como sea, esto sabe muy bien. — señaló, hundiendo su labio superior en el líquido amargo.

Jeon sonrió ante su comentario.

— Soy el encargado de un Café. No estaría bien que el propio dueño no fuera bueno en su negocio. — omitió deliberadamente el nombre de Yoongi en la explicación. Como él mismo le sugiriese tiempo atrás.

— ¿Es así? — Jimin abrió los ojos con sorpresa, y apoyó sus manos sobre la isla. — ¿Dónde?

— El comercio reformado, frente a la estación de autobuses. Se llama ¨Black Swan¨. Y tiene la fachada azul. — ¿Por qué demonios se explayaba con tanto detalle?

Un: «No te incumbe» hubiese sido suficiente, para matar de una la innecesaria curiosidad del otro.

— Oh, ya. — Park asintió, aun pensativo, y su ceño se frunció casi al instante. — Espera, ¿no es ese un bar?

— También. Por la noche. Durante el día, solo un Café. — Jeon se sentía, por alguna extraña razón, en una especie de interrogatorio. Y la incomodidad comenzó a embargarlo.

— ¿Trabajas también en el bar?

— No. — negó con aparente calma. — Cierro a las 4, para buscar a Sanha, y a partir de entonces, el gerente nocturno se encarga de todo.

It's Only Love [PJM & JJK] ° 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora