It's Only Love [PJM & JJK] ° 2021

Capítulo 1

Su mente maquinaba a mil por segundo. Tenía frente suyo, al chico que odió durante años, ahora en plena adultez y... ¿padre de una pequeña?

Nunca había visto realmente a Haneul; la conocía sólo por anécdotas de SanHa.

Su hijo no se cansaba de gritar a los cuatro vientos, todo lo que hacía junto a su amiga; con una enorme sonrisa.

Ahora que la tenía enfrente, notó que era extremadamente adorable, y de apariencia casi frágil. Llevaba el cabello corto, su cuerpecito cubierto por un cálido abrigo de lana, y short ligero.

Ni en sueños hubiese imaginado a su ex amigo como hombre de familia, pero, allí estaba, guiando a la niña hasta el colegio.

Era una imagen tierna... mente insignificante, porque se trataba de Jimin. Y lo detestaba todavía.

Sin embargo, debía sacar conversación. No le daría la satisfacción de mostrarse afectado o incómodo, ni en un millón de años.

Lo más conveniente: comenzar él mismo el diálogo. Para llevar los tiempos, y decidir estratégicamente cuándo terminarlo.

Quizás inquirir de su vida, o felicitarlo por casarse y formar una familia, pero... ¿y si Park no lo recordaba?

Era posible; a fin de cuentas, dejó claro que no quería ningún tipo de contacto entre ellos. Probablemente, le borró de su memoria, o pretendiera no conocerlo.

Un momento.

No perdería ante el imbécil rompe amistades de Jimin, nunca. Si alguien iba a simular haber olvidado, ése era él.

Si, fingiría demencia; seguro Park captaba la indirecta y le seguía el juego. Así, ambos se ahorraban un mal momento.

Tras unos diez largos segundos de deliberación, era tiempo de poner en marcha su plan infalible.

— Buenos días. — saludó, cuando les tuvo cerca. Para ese entonces, su hijo y la pequeña Hanuel, ya charlaban, ajenos al resto del mundo, y se sintió aliviado. SanHa era demasiado perspicaz para su edad, y le conocía como la palma de su mano. ¿Mentir frente a él y salir impune? Imposible —. ¿Es el padre de Hanuel? Ella y SanHa son muy buenos amigos. — le confesó, mientras recorrían la escasa distancia hasta el colegio. — Incluso dice que cuando sea grande, se casarán.

Los pequeños iban unos pasos por delante.

— Uhm, Haneul es un chico, ¿sabe?

— ¡¿Qué?! — no pudo contener su grito.

¡¿Cómo?! ¡¿Un chico?! Pero...  Él siempre había considerado...

SanHa hablaba de aquel niño como si fuese femenina, además, cuando mencionó lo de casarse, automáticamente pensó que...

Oh Dios, ese era él, quedando como tonto ante quien quería impresionar, una vez más.

Ahora, ¿qué pensaría Jimin de él?
¿Le llamaría estereotipado? ¿Prejuicioso que no entendía la androginia?

Aunque, tampoco era su culpa. ¿Quién le mandó a bautizar al pequeño, con un nombre tan ambiguo?

Si bien SanHa nunca especificó el género de su amiguito, le inclinó a pensar que era, en efecto, una chica. Cualquiera en su lugar hubiese saltado a la misma conclusión.

Park lo contempló atentamente, tras murmurar un escueto «Si».

— Yo... lo siento. — masculló Jeon, amilanado por la intensa mirada. Jimin mantenía su rostro inescrutable.

«¿Y qué pasa con éste? El mundo no se va a acabar, porque le haya cambiado el género a su hijo» afortunadamente, estaban ya a las puertas de la escuela.

SanHa ignoró la despedida de Jungkook –como era usual– y se adentró de una vez; mientras Haneul, despidió a Jimin sonriente, antes de apresurar el paso y e ir al encuentro de su amigo.

Y ahora, era el momento ideal para huir. Por nada del mundo, Jungkook se quedaría a solas con el tarado de Park. El hombre lo juzgaba visualmente, como si se hubiese comido su almuerzo, o derramado café sobre su traje.

— Bueno, un placer conocerlo. Nos vemos — le regaló una ligera inclinación de cabeza, antes de dar la vuelta, apresurándose al lugar más lejano que pudiese encontrar.

— Espera, ¿Jungkook? — escuchar su nombre de esos labios mullidos, le detuvo inconscientemente. ¿Por qué su voz aún tenía efecto sobre él? Solía admirar a ese chico, quería mantenerse a su lado, formar parte de su círculo íntimo. — Eres Jeon Jungkook, ¿verdad? ¿No me recuerdas? — Por toda respuesta, el aludido giró sobre sí mismo, encarándole. ¿No recordarlo? Si tan solo este tonto supiera, que había formado parte de sus pesadillas por los últimos años. Las huellas de su indiferencia y crueldad, tardaron en desaparecer. — Soy yo, Park Jimin. Fuimos juntos a la preparatoria.

«"Me alegro que por fin vayamos a separarnos" » las palabras punzaban un poco todavía. Increíble cómo algunas cicatrices se desvanecen con el tiempo, mientras otras perduran sin explicación lógica.

— J-Jimin... — ¿Y qué pasaba con su tono? ¿Por qué le costó nombrarlo en voz alta, si en su mente hasta lo maldecía sin dificultad?

— ¿Cuánto ha pasado? ¿9 años? Vaya, incluso te convertiste en padre, ¿eh? — afirmó, con una media sonrisa. ¿Estaría feliz por él, o solo recalcaba lo obvio? Era imposible sacar algo de aquel semblante inexpresivo.

— Tú también. Supongo que estás casado ahora, ¿no? — inquirió, un poco más interesado de lo que quería admitir.

— Soltero. — la contestación fue casi inmediata — Haneul es el hijo de mi hermana. Pero me pidieron que lo acompañara al colegio.

«Oh, así que no se ha casado aún. ¿Por qué será?.... Pff, y a fin de cuentas, ¿Por qué me importaría a mí eso?»

— Se ve un niño muy simpático, y animado. Debes estar orgulloso de tener un sobrino así. — no había mucho más que agregar a la conversación. Ver a Jimin de nuevo, tan despreocupado, como si no tuviese culpa en el término de su amistad, le exaspó. — Uhm... realmente debo irme. Ten un buen día. — y huyó, lo más rápido dieron sus piernas.

Ojalá no coincidieran jamás.

— De todas maneras, encantado de verte otra vez. — oyó a la distancia, antes de perderse entre las aglutinantes calles de Seúl.