Capítulo 9

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Por mucho que intentó convencerse de lo contrario, Jungkook pasó el resto de la jornada laboral, pensando en su venidero encuentro con Jimin.

En contra de su voluntad. Manipulado por la mayoría, y casi coercionado, cedió.

Él no quería malgastar actividad neuronal en ese tipejo, pero su llegada pareció accionar un interruptor, que iluminó el nombre <<Jimin>> con letras rojas.

Diablos, era frustrante. Le detestaba, lo prefería a mil años luz, en Plutón de ser posible, y sin embargo, no consiguió rehusarse a esa especie de cita obligada. Porque, tampoco deseaba el rechazo del resto. Y una, parte suya -diminuta, minúscula, cabe destacar- también necesitaba respuestas.

Nueve años eran tortura suficiente. Llenos de porqués no resultos.

Y aunque Jimin sostuvo que no recordaba el incidente, Jungkook quería cerciorarse de la veracidad en esa afirmación. Era una espina clavada en su garganta que le impedía avanzar. E iba a arrancarla de cuajo. Extirparla de su cuerpo y seguir adelante.

Por eso, ignoró las indirectas de Hanbyul, una vez JiminMort decidió bendecirles con su ausencia, y el incesante cotilleo de Sunho, mientras ponía al corriente a Yeonbin, que no paró de hacer preguntas a diestra y siniestra.

Menudo ayudante había conseguido.

— Suerte en su cita, jefe. — canturreó Yeon, al verle guardar el uniforme en su casillero, un cuarto antes de las tres.

El chico aún debía quedarse para ayudar a Im –administrador del bar– en la jornada nocturna. Era el doble de trabajo, pero Yeonbin parecía dispuesto a cumplir sin queja alguna.

Jeon no podría entender nunca el apego a la utilidad ajeno. Él hubiese puesto el grito en el cielo, si alguien intentase extender su jornada laboral, una hora siquiera.

El tiempo de descanso era sagrado. Intocable. Y le pertenecía, casi por completo, a Sanha.

— ¿Cita? Pff, no deberías hacerle caso a Sunho. — cerró la portezuela metálica, y le lanzó una mirada plagada de desaprobación, que Yeonbin enfrentó divertido. — Ya peina canas y aún carece de sentido común. — soltó sin tapujos, caminando hacia el espejo mediano de pared. — Y cree que con esa actitud, su nueva inversión funcionará. Si, claro...

Yeon examinó detalladamente sus movimientos: Jungkook se acomodó la camisa azul a cuadros, y los jeans sueltos. Y giró sobre sí mismo, revisando con ojo crítico cada fragmento de su indumentaria. Incluso peinó unas cuatro veces su cabello con los dedos, resoplando al no obtener el resultado deseado.

¿Cómo podría no darse cuenta? ¿Actuaba inconscientemente, acaso? No había forma de minimizar el esmero en verse impecable. ¿Quizás quería causar una buena impresión? Aunque, por el trato dado a su amigo, no parecían en buenos términos.

O Jeon era de esas personas internamente opuestas a la personalidad que acostumbraban a mostrar.

— Uhm... jefe, se le hará tarde si no se apura. — intervino, cortando los murmullos descontentos del mayor.

— ¿Eh? — Jungkook le observó a través del espejo, sin voltear, y Yeon señaló el reloj en su muñeca. — Ah... Como si importara. Mejor así. Ojalá se aburra de esperar y me ahorre el mal trago.

— Vaya, nunca le había visto tan enojado. El señor Jimin conoce qué botones presionar. — murmuró sonriente, arqueando una ceja: Jeon desenmarañó su melena castaña por décima vez. — Pero jefe, terminará perdiendo el cabello de tanto alisarlo. Si Jimin le desagrada, no debería esforzarse en lucir bien para él.

It's Only Love [PJM & JJK] ° 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora