Draco Malfoy y el Heredero de Slytherin (#2)

Capítulo 10: El club de duelo

Esperar era más fácil en la teoría que en la práctica, y no solo con Hermione. "¿Cuánto tiempo vas a estar enojado conmigo?" se convirtió en su habitual queja con Severus cuando estaban solos, y Severus tenía su propia respuesta habitual, con las protecciones aún cerradas para Draco.

"Esto no es enojo, Draco", Severus le decía. "¿Piensas que el profesor de Pociones de una escuela que está bajo ataque por fuerzas oscuras desconocidas no tiene nada más importante que hacer con su tiempo, que seguirle la corriente al exagerado ego de un niño de doce?" O le decía, "Tener niños constantemente molestando nunca me ha gustado" O, "Estoy disfrutando demasiado de mi incrementado tiempo libre como para dejarlo ir"

Draco se decía a sí mismo que Severus no lo decía en serio, o que al menos no lo haría después de tener más tiempo para calmarse. Pero esa distancia aún lo tenía haciendo pucheros exactamente como el niño que lucía, cuando Severus le entregó la lista para registrarse a quedarse en Navidad y le advirtió. "No esperes que mis habitaciones estén abiertas para ti para que vayas a perder el tiempo y quejarte tanto como gustes," Le dijo en voz baja, "Solo porque sean las festividades. Si esperas que te consientan, Draco, será mejor que vayas a casa para Navidad con tus padres"

Dado que sus padres parecían ser las personas que no lo odiaban activamente en ese momento, era una idea tentadora, pero Draco negó con la cabeza. "Quiero pasar navidad contigo, Severus", se quejó, y alargó la palabra 'contigo' tanto que se ganó un suspiro agobiado de Severus antes de que le permitiera escribir su nombre.

Tuvo que desafiar a Severus, lo que nunca le hacía ganarse el cariño del hombre, cuando Severus lo llamó a su habitación una noche y le aconsejó que evitara el nuevo Club de Duelo de Lockhart. "Si de verdad deseas no llamar la atención"

Draco pudo haber estado de acuerdo, si no fuera por el primer punto en su lista de objetivos para ese año: Revelar que Potter habla pársel en el duelo. De los otros puntos, podía decirse que había tenido éxito en mantener una distancia emocional de Ron y Potter, aunque no voluntariamente. Y encontrar a Dobby, aunque eso no lo había conseguido él. Y se dijo que había superado su obsesión con Potter por toda esa forzada distancia. Pero la idea de batirse en duelo con él le envió escalofríos como cada vez que Draco pensaba en eso. Draco se dijo a sí mismo que era por el conocimiento de que tendría que lanzarle una serpiente.

Así que Draco tuvo que ser insistente. "Quiero retar a Potter a un duelo", le pidió. Se ganó un murmullo que sonó como Niño vanidoso, antes de que Severus lo corriera desdeñosamente de su vista. O al menos lo intentó, pero entonces alguien tocó a su puerta.

"¿Esperas compañía?" Draco se burló, levantando una ceja al ver a alguien presentarse a tan alta hora de la noche. Severus negó con la cabeza antes de dirigirse a la puerta para abrirla con fuerza.

Lo hizo con tanta vehemencia que el visitante de túnicas lilas dio un paso atrás casi tropezando con sus pies. "¡Ah, Severus!" Lockhart dijo emocionado, retomando su compostura y entrando con pasos largos ante un desconcertado Severus, como si nada hubiera pasado. "¡Bien! ¡Veo que aún estás despierto! Y, oh, tienes compañía- ¡Señor Malfoy!" Su radiante rostro perdió algo de esa irremplazable sonrisa. "Espero que esté bien. No hay rencores después del, ah, pequeño incidente al terminar el partido de Gryffindor, ¿verdad? No me diga que es por eso que está con el profesor de pociones..."

Claramente el estatus de Severus como el padrino de Draco no se había corrido por el cuerpo docente. Así era la discreción de McGonagall. Había ayudado que Severus había sido menos atento con él después de que Draco demoliera su chimenea. Por suerte, ese muro había sido recubierto de nuevo, a tiempo para este visitante indeseado. Draco alcanzó a ver a Lockhart dando un inquieto vistazo a la sección de color más oscura de ese muro en cuanto evitó la mirada de Draco.