Fue solo hasta que Draco regresó a su cama y puso conjuros para resguardarse adentro que recordó que él no era culpable en realidad. No en la forma en que le había hecho pensar a los demás, al verlo huir de la escena, si la cadena de sospechas contra Potter no comenzaba inmediatamente como la última vez. Era culpable de fracasar, de saber lo que iba a suceder- de pensar que lo había arreglado, y aún así ver esas palabras en el muro inalteradas.Y no podía olvidar como se había regocijado con ellas antes. El miedo recorrió su cuerpo como olas de una maldición lanzada hacia él, pero por su propia mente- las visiones de lo que vendría, de Hermione petrificada o peor. Y si la perdía, Draco se lo merecía, porque la primera vez cuando escuchó lo que le pasó en la línea azul, había estado tan complacido. Se había reído, así que si la perdía-
Si hubiera sido alguien más, incluso Dumbledore, encargado de la destrucción del diario, Draco se lo habría cuestionado. Pero había sido Severus. Cuestionar a Severus era no tener nada en el mundo en que creer, ya que Salazar sabía, que la confianza de Draco en sí mismo estaba petrificada igual que esa fea gata. ¿Acaso se había equivocado en conectar la Cámara con aquel diario, solo porque la cadena de acciones que lo llevaba de la Mansión a Ginny Weasley?
No quería escuchar a los demás, así que usó su varita para silenciar cualquier sonido de afuera también. Si los profesores mandaban llamarlo, ya fuera porque creían que era culpable o sospechaban correctamente que sabía más de lo que había dicho... bueno, tendrían que hacerlo por sí mismos. Los imaginó revirtiendo su conjuro para encerrarse, o forzando su entrada usando fuerza bruta, y lo aceptó.
No pudo dormir mucho, con su cerebro trabajando para especular una y otra vez lo que Potter debió haber pensado, al ver a Draco huir de él.
Se levantó más tarde de lo usual, sin sonidos exteriores para que lo despertaran. Y eso hizo su llegada al desayuno una grandiosa, cuando en el Gran Comedor como uno solo, todos giraron sus cabezas para mirarlo, al momento en que relativamente normales ruidos de pláticas se desvanecían en murmullos furtivos. Comenzaron más rápido de lo que él creía, en lugar de considerarlo una mera posibilidad dentro de varias, lo juzgaron completamente en la corte de la opinión pública, pero había tantos ojos sobre él, intentando descifrarlo...
Se encorvó frente a su plato y comenzó a meter comida a su boca a la máxima velocidad, decidido a no tomar una comida más en el Gran Comedor si ese escrutinio duraba más tiempo, y dejar que eso lo hiciera ver más culpable. Podía racionalizar el tomar sus comidas en la cocina con los elfos domésticos para monitorear a Dobby, aunque toda parte racional de él, le decía que ya había pasado mucho tiempo, y que debería aceptar que Dobby no llegaría.
"¿Cómo lo hiciste?" Blaise le susurró, al mismo tiempo que Pansy murmuró de igual forma
"¿Porqué Filch? ¿Porqué su gato? ¿Es por el rumor de que es un squib?"
Al mismo tiempo, Theo se acercó a su oído a preguntar, "Tú eres el Heredero de Slytherin, ¿verdad?"
"¡No fui yo!"
Una cosa buena de la infame política sobre las lenguas que hablan mal de Draco Malfoy fue que mantuvo a la mayoría de las personas de calumniar en su cara. Pero no ayudaba si dichas personas eran sus compañeros Slytherin, quienes creían que sus sospechas eran un cumplido. Y no hizo nada para detener las miradas especulativas que lo siguieron. No sabía porqué se había molestado en revisar la biblioteca, cuando debió saber que no se toparía con los Gryffindor en su mesa. El hecho de que todos sabían que se sentaba ahí significaba que sabían a donde mirar embobados al potencial asesino de felinos.
Le sorprendió que Filch no lo hubiera confrontado. Por lo que escuchó, Filch mantenía fresco el asunto en la mente de todos al patrullar el lugar en donde su gata había sido petrificada, como si pensara que el atacante regresaría; y fregando el mensaje en la pared con 'Quitamanchas mágico multiusos de la señora Skower'. No tuvo ningún efecto en las palabras, ya que un viaje furtivo frente a ellas le mostró a Draco: LA CÁMARA DE LOS SECRETOS HA SIDO ABIERTA. Palabras que le gritaban su engreída declaración como un latigazo ante su fracaso, la misma promesa de que se avecinaba desastre. Su intento de cambiar la línea azul solamente se había asegurado de que la línea roja fuera más difícil, si no es que imposible de predecir ahora. Pero Draco no miró a Filch. Tal vez no sospechaba de Draco tanto como los demás, o simplemente no se atrevía a encarar a un niño de segundo año.
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Draco Malfoy y el Heredero de Slytherin (#2)
FanfictionDraco Malfoy nunca pidió una segunda oportunidad, y no quería particularmente una. Pero regresó a su antiguo cuerpo de 11 años, y después de un año en Hogwarts, tiene planes para el año que viene: No socializar, encontrar a Dobby, mejorar las relac...