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El tiempo había pasado tan rápido que apenas si era consciente del momento que cruzaba nuevamente las puertas de Konoha. Los guardias de la puerta lo vieron de arriba a abajo pero no hicieron ningún comentario, era bien sabido que Sasuke Uchiha no eran de los que saludaban y ni los que se detenían a charlar. Su típica seriedad acababa cualquier inicio de conversación y presentía que sería peor cuando se entera de lo que había pasado con su familia, bueno con su ex-familia.

Sin embargo, un Shinobi lo esperaba reclinado en una pared cercana, su postura no delataba nada, trataba de simular que la presencia del Uchiha no le importaba, pero la realidad es que posiblemente lo mataría después de haberse estado guardando una valiosa información. Nunca supo cómo decírselo sin verse perjudicado y así pasaron los años pensando en que el jamás regresaría. Realmente estaba equivocado.

—¡Sasuke-san, no lo esperaba tan pronto! —Expreso un poco nervioso.

Sasuke lo escucho, pero no sé detuvo, siguió de largo, su mente no estaba puestos en el Shinobi que lo mantenía informado si no en todo lo que la aldea había cambiado en el tiempo que estuvo fuera y se preguntaba internamente si su familia también lo había hecho. Pensaba en lo grande que debía estar Sarada y como había sido su progreso cuando la dejó aun siendo un bebé. Ha este tiempo si el tiempo no le fallaba, ella debía estar por lo menos el tercer año de la academia. También había algo que rondaba sus pensamientos y eso era una hermosa mujer de cabellos rosas a la cual no se había tentado el corazón en abandonarla. ¿Cómo estaría? ¿Cuánto había cambiado? ¿Cuánto había envejecido? Aunque esto último lo dudaba, ella permanecería joven mientras tuviera el byakugou en su frente.

—¿Sasuke?

Las palabras de su informante lo devolvieron a la realidad. Suspiro pesadamente y se detuvo observando como el tiempo había pasado en aquel Shinobi. Sus rasgos ahora ya eran más maduros y pensó en el mismo. Cuando se marchó cometió muchos errores pensando en esa misma juventud, pero ahora que habían pasado los años y regresaba. Solo podría voltear hacia atrás y mirar al viejo Sasuke, no podía estar menos satisfecho al respecto. Había sido un completo insensible, pero en su beneficio él siempre las había estado cuidando desde afuera.

—¿Qué novedades hay? —Le pregunto esperando que no hubiese nada relevante. Igual él lo había estado informando y confiaba plenamente que no hubiese cambiado nada. Quizá el corazón amable de Sakura lo terminara entendiendo y todo volvería a ser como antes. Ella siempre había sido así comprendiendo cada una de sus malditas decisiones, pero se juraría que está sería la última. No más, se acabaron las malas decisiones y le recompensaría todo.

—Yo...—Empezó el Shinobi, pero no pudo terminar, el parecía tan distraído en sus pensamientos que no se atrevía a traerlo de vuelta a la dura realidad.

El Shinobi sudo la gota fría y trato de permanecer tranquilo ante su escrutinio, pero no fue fácil. Nada se podía esconder ante esos ojos y lo mejor era decirle la verdad aún que intentará matarlo. Empezaría por las nuevas noticias y luego le diría el resto. De todas formas, nada podía tomarse bien. Su hija no lo reconocía y su ex-esposa ya tenía a alguien más.

Podía tratar de suavizar las cosas contando de lo ejemplar que era su hija o de como Sakura había logrado transformar el hospital de Konoha en el mejor del mundo Shinobi pero nada podría retrasar la realidad. Aunque estaba más que claro que su cuello estaba en juego, así que solo pudo tragar duro para comenzar a decir.

—Su hija es la mejor estudiante de su generación, es una digna Uchiha. A demostrado grandes habilidades desde el principio y también ha dejado en claro que quiere ser la próxima Hokage.

Sasuke no pudo evitar que el corazón se le calentará, saber que Sarada había seguido sus pasos como estudiante era excelente y más siendo hija de Sakura. También no podía pasará por alto que seguía los mismos sueños de Itachi, los sueños frustrados al tomar la decisión de acabar con su clan. Ella retomaría esos sueños y sería una grandiosa Hokage.

Quiero Ser LibreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora