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No lo soportó, verla de esa manera, sonriéndole a alguien que no era él, siendo acariciada por alguien que no era el, en general amando a alguien que no era él y que sobre todas las cosas había sobrepasado su propia propuesta de matrimonio con creces. Más bella y sensual de lo que recordaba con ese vestido atrevido. Lo envío directo a un abismo en el que solo él tenía la culpa de haber perdido todo.

Por un momento le pasó por la mente huir, huir como siempre lo había hecho y dejarla atrás para que continuará con su vida más él no era un ser altruista. Él era muy diferente, la naturaleza de su clan lo deja completamente claro "nadie ama como un Uchiha y nadie odia como un Uchiha" es por eso que no se rendiría sin luchar su naturaleza posesiva y egoísta le prohibían renunciar a esa mujer. Esa había sido la razón por la que la había vuelto su esposa, además de estar enamorado, pero en su momento había sido una de las emociones más intensas que nunca había sentido y por lo tanto se aterró. El miedo que nunca había tenido en una pelea, lo tuvo al darse cuenta que su corazón dependía de un ser humano que además le había dado uno de los regalos más valiosos del mundo, fortaleciendo su unión.

Sintió el peso en sus hombros, una carga demasiado dura para alguien que había perdido todo en el pasado y en vez de aferrarse con todas sus fuerzas a eso que lo mantenía vivo, lo dejo. Rechazo totalmente ese tipo de ataduras para evitar que el futuro golpe fuera más devastador que el perder a su clan.

"Que estúpido error"

Y así en medio de todo ese espectáculo de mal gusto montado por Kiyoshi para terminar completamente con su sombra pensó en que jamás permitiría que lo aplastaran en el primer raund.

Ganó la batalla más la guerra aún están por determinar un afanador. Esta seguro que merecía lo que estaba pasando, pero tenía la oportunidad de redimirse hasta que ella caminará al altar y se casará con él. Mientras tanto aún nada estaba escrito en piedra y con ese pensamiento corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron en busca de alguien que le ayudara a recuperar el amor de la peli-rosa.

Tenía que tragarse el orgullo para pedirle ayuda a la única persona que estaría dispuesto a ayudarlo.

Desde las sombras vio como la luz de la oficina del Hokage seguía prendida y con un simple salto llegó a la ventana. No eran las horas para nada de una visita y menos al verlo derrumbado completamente sobre un montón de papeles, durmiendo.

Tocó la ventana a pesar de verlo así y se dijo asi mismo que no tenía tiempo para esperar un segundo más y menos que amaneciera para hablar con él. Tomo más de dos toques hacer que Naruto despertara y cuando lo hizo le tomo un largo rato darse cuenta de dónde venían los golpes. Estaba frito por el exceso de trabajo y eso que aún no era Hokage.

Volteó a ver a la ventana y vio ahí a su mejor amigo.

—¡Sasuke!

El asintió al mismo tiempo que Naruto le abría la ventana y lo dejaba pasar.

—Que sorpresa verte por aquí, han pasado años —Dijo haciendo énfasis en la palabra años pues habían pasado varios sin noticias de su parte y sin siquiera una carta.

—Regrese hace poco –fue lo único que contestó.

Naruto asintió, empezaba a perder la esperanza que algún día regresara, puede que solo estuviera de paso por la aldea o le daría información acerca de algún enemigo peligroso. Naruto comenzó a quitar papeles de los sillones para hacerle espacio por si quería sentarse, pero Sasuke rechazo un asiento.

—Bueno, entonces debo suponer que tienes prisa por regresar a tu vida fuera de la aldea.

Sasuke dejó escapar el aire que había estado reteniendo, pero no le pasó desapercibido el tono brusco con el que había mencionado que tenía prisa.

Quiero Ser LibreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora