Por Ellos [BakuShima]

~12~

En alguna parte de la ciudad de Tokio, en los barrios bajos, en un pequeño bar clandestino, se encontraba poca gente divirtiéndose justo en ese lugar.

En la bodega se encontraba una chica maniatada en una silla, gritaba que la dejaran libre.

- ¡Oigan ya hice lo que querían! ¡Porque no me dejan en Paz! - Grito la chica.

-Porque nuestro plan se fue a la mierda y no resultó como planeamos- Habló un chico de cabello castaño.

Unas personas entraron pocos segundos después de escuchar los gritos de la chica.

- ¿Nuestro? Fui tu plan idiota - Una chica de cabello largo rojizo hasta la cintura con dos cuernos rojos en su cabeza y cruzadas de brazos le habló al chico castaño.

El chico tan solo la miro mal– Tenemos Otro trabajo para ti.

- ¡Yo ya no tengo nada que ver con ustedes! - la chica luchaba por desatar esas cuerdas.

–respóndenos algo ¿Por qué no volviste con nosotros, después de que te acostaste con el rubio? - La chica quien estaba moviéndose bruscamente se debutó al escuchar la pregunta.

-¿Estabas necesitada? ¿Solo querías acostarte y ya? - la chica con cuernos se acerca lentamente donde la peli negra.

- Ya teníamos el dinero por las fotos ¿Acaso no te revolcaste con él por el dinero? - pregunto el castaño.

-Yo… ¡No necesito su dinero! ¡Solo lo hice por algo nada más! - le respondió.

-Hablarás ahora o te cortaré cada dedo de tus manos - La de cabello rojizo saco una Katana que tenía atrás de su espalda.

-Saya contrólate, la necesitamos - El castaño se acercó a la chica y posó su mano en una de la pierna de la maniatada.

- ¿Por qué lo hiciste? - le preguntó.

-Yo… Yo no lo hice por su dinero, yo me ofrecí acostarme con el Héroe porque - se tomó unos segundos para suspirar y volver hablar - Yo quiero lograr tener un bebe.

Ambos chicos que escuchaban lo que decía, se miraron por unos minutos para volver a dirigir su mirada a la pelinegra– ¿Ya te has acostado con otros más?

-Con el Héroe es el tercero, quiero creer que son los hombres que están mal... –la pelinegra comenzó a dar pequeños sollozos –Si llego a quedar me iré lejos con el pequeño, pero si no llego a estar, me toca aceptar que soy yo la que está mal.

- Muy bien, chica con mala suerte esto es lo que harás, pero ya estás con nosotros y no hay vuelta atrás – el castaño se paró – si llegas a estar o no iras tu misma a los medios de farándula y le pedirás que te entrevisten y justo les dirás que eres tú quien se acostó con el Héroe y estás esperando un Hijo de él.

- eso toma tiempo, Makoto – Habló su compañera.

-Lo sé, pero de poco a poco vamos a conseguir lo que queremos – El chico corto las cuerdas de las muñecas de la chica – Si llegas a huir o intentas una cosa, mataré lo poco que tienes.

La peli negra no dijo nada, simplemente salió de ese lugar, se ha metido en un gran lío.

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El peli cenizo se encontraba justo afuera de la Agencia de Fatgum, preguntándose si debería entrar o no. ¿Quién era él para darle la cara a Eijirou? ¿Será que el Peli rojo pueda escucharlo aunque sea? Se abofeteó mentalmente y a paso lento se dirigió a la entrada.

Apenas puso un pie en esa agencia, llegaron los guardias del edificio diciendo que le disculpara, pero, él no puede ingresar a esta agencia.

-¡¿Me están Jodiendo!? ¡SOLO QUIERO HABLAR CON MI ESPOSO, BASTARDO! – El peli cenizo estaba seguro de que vio pasar al chico raro con su traje de Héroe – ¡Oye tú! ¡chico Elfo!

- ¡Su Nombre es Tamaki Amajiki, Bakugou! – Fatgum hizo presencia en el lugar – No podemos dejarte ver a Kirishima y peormente que los medios de comunicación andan acechándolos.

Tamaki se escondió detrás de Fatgum – B-bakugou… En verdad lo sentimos, pero no podemos hacer eso.

Nadie le decía que no al Gran Bakugou. – ¡PELOS DE MIERDAS! ¡NECESITO HABLAR CONTIGO Y SI NO SALES JURO QUE EXPLOTARE TODO ESTE LUGAR DE MIERDA!

Tanto como guardias y Héroes del Edificio intentaban sacar al peli cenizo del lugar, pero tanto fue la lucha que un "Ya paren" se escuchó justo en unas de las escaleras, todos observaron al Pelirojo quien tenía una mirada seria.

-Yo También quiero hablar algo contigo, Katsuki – pocas veces el pelirojo tenía esa mirada, Bakugou sabía que algo malo iba a pasar.

Solo esperaba que no fuera lo que estaba pensando