Capítulo X

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Llegó la noche, Hobi seguía en el hospital con Yoongi, el menor no quería irse, quería quedarse con él por si necesitaba algo, aunque estaba más tranquilo al saber que se encontraba bien, también pensó en su hermana, tal vez estaría preocupada, pensó que debería volver.

—Deberías irte, es tarde y tu hermana se va a preocupar. — Habló el mayor.

—Tienes razón, me iré. Cualquier cosa puedes llamarme, ¿está bien? — Sonrió.

—Seguro. — Asintió, sabiendo él mismo que no lo haría.

—Nos vemos, vendré mañana saliendo de la universidad. — Se despidió para salir del lugar.

El pelinegro suspiró resignado una vez que lo perdió de vista, ese chico no lo dejaría en paz por lo visto, se dirigió a la habitación de su madre para dormir, ella seguía pidiéndole que fuera a casa, pero se seguía rehusando.

Se recostó a un lado de ella luego de darle las buenas noches, empezaba a quedarse dormido, solo bastaron unos cuantos minutos para que cayera en el mundo de los sueños.

—Hermanito, hermanito. — Sonrió.

—¿Qué? — Quedó perplejo.

—¿Debería sentirme mal por el hecho de que no vengas a abrazarme? — Hizo un puchero.

—¿Eres tú? — Sus ojos se cristalizaron.

—Claro que soy yo, ¿acaso tienes otro hermano? — Usó su sonrisa de conejito.

—¡¡Kookie!! — Lo abrazó con todas sus fuerzas, mientras las lágrimas salían sin control.

—No llores Hyung, tu cara es muy bonita como para que se moje de ese modo. — Acarició su espalda.

—¿Pero c-cómo? — Se separó de su hermano sin entender nada.

—Estoy contento. — Dió ligeros saltitos.

—¿Por qué? — Ladeó la cabeza.

—¿Qué acaso no lo sabes? Eres lento. — Rodó los ojos. —Estoy feliz porque pronto tendré el cuñado que habías prometido. — Aplaudió.

—¿Ah? ¿Cuñado? ¿De qué hablas?

—Supuse que tendrías esa expresión. — Rió divertido. —Hobi Hyung me cae muy bien, es perfecto. — Lo miró con ojitos brillantes.

—¿Cómo lo conoces?

—Olvida eso, lo importante aquí es que lo quiero a él, me gusta él, no quiero a nadie más, ¿entendiste? — Amenazó con su dedito.

—¿Qué debo entender, me confundes cada vez más? — Frunció el entrecejo.

—No puedo darte explicaciones, te darás cuenta tú sólo sobre lo que me refiero. Ahora, el tiempo se acaba, estás a punto de despertar, sólo no lo sueltes, él es una muy buena persona, y recuerda, lo quiero a él, así que no lo dejes ir por nada del mundo. Te amo mucho hermanito, nos vemos. — Se despidió con una hermosa sonrisa, mientras su silueta desaparecía lentamente, hasta que no se vió más.

—No te vayas, Kookie. No te vayas. — Balbuceaba entre sueños.

—Hijo, ¿qué pasa? — Su madre intentaba despertarlo con su voz.

—Kookie, ¡nooo! — Se despertó de golpe, respirando agitado.

—Yoongi, ¿qué sucede? — La mayor se asustó.

—¿Ah? — Miró a su alrededor, todo había sido un sueño, pero aún estaba confundido por lo que su hermano le dijo en sueños. —Ah, no pasa nada, una pesadilla. — La miró para tranquilizarla.

¿Por qué llamaste a Jungkook? — Frunció el ceño.

—Lo soñé madre, estuvo en mi sueño. — Sus ojos se volvieron acuosos de nuevo.

—Tranquilo, ven aquí mi niño. — Lo llamó con un gesto de las manos.

Éste se acercó para acostarse a su lado como si tuviera 6 años, se acurrucó con ella y la abrazó con fuerza mientras volvía a llorar, se sentía tan pequeño cuando recordaba a su hermano.

Era tan vulnerable al recordarlo, lo quería de vuelta, pero eso no era posible, aunque se quedó pensando en sus palabras.

Lo quiero a él.

A qué se refería con que lo quería a él, no entendía, y estaba aún más confundido al decirle que lo entendería con el tiempo, mejor olvidó eso por un momento y sólo se dedicó en llorar abrazado de su madre.

-&-

—¿Qué pasó Hobi? ¿Por qué llegas tan tarde? ¿Yoongi está bien? — En cuanto entró a la casa, su hermana lo asaltó con preguntas.

—Bueno, él está bien. Es que su madre está en el hospital y se quedó a cuidarla hasta que le dieran el alta, llego hasta ahora porque quería quedarme más con él, pero dijo que te preocuparía, y así fue. — Sonrió.

—No me hagas preocupar de esa forma otra vez, ¿está bien?

—Lo prometo, ¿dónde está mamá y papá? — Preguntó.

—Salieron hace rato a una reunión, estamos solos ahora. — Le sonrió cómplice. —¿Sabes lo que eso significa? — Lo miró de forma traviesa.

Sólo bastaron un par de miradas entre ellos, para salir corriendo rumbo a la cocina, cuando sus padres no estaban, asaltaban la cocina y el refrigerador para comer todo lo que pudieran, los mayores no los dejaban comer mucha comida chatarra, así que cuando estos se iban, tomaban todo lo que podían.

Pasaron unos 30 minutos, y había tres botes de helado vacíos, 5 bolsas grandes de frituras picantes, 3 platos con restos de comida dentro y vasos con bebidas a medio terminar.

Nunca los descubrían, pues siempre reponían todo lo que se habían comido, ahora debían ir a la tienda para comprar todo lo que habían comido.

Rieron de forma cómplice, viendo la travesura que acababan de hacer, parecían niños pequeños, sentados en el sillón con la panza a punto de reventar.

Y era así, como alguien empezaba su mañana llorando de dolor, y el otro se divertía en la noche con su hermana.

Los dos sabían que muy en el fondo de sus corazones, querían estar siempre con el otro, aún si ellos mismos no lo notaran, eso es lo que ocurría dentro de ellos involuntariamente.

Disfrutaban la compañía del contrario, sin siquiera saberlo.

Pero si alguien sabía mejor que nadie sobre lo que pasaría, era esa pequeña personita que vigilaba a ambos desde lo más alto en cielo, esa personita que cuidaba sus días y que nada malo les pasara, claro, no pudo evitar lo de su madre, pero era necesario que eso sucediera.

Ese pequeño ser, estaba de lo más contento, pues sabía que les esperaba, a su hermano y a su futuro cuñado, se sentía feliz de descubrir que su hermano cumpliría la promesa.

Daría lo que fuera por estar a su lado, allí abajo en la tierra, pero no se podía, así que optó por verlo en sueños, era la única forma de poder comunicarse con él y comentarle sobre lo que se avecinaba en su vida, lo cual no tardaría mucho en suceder.

Él mismo se encargaría de juntar esas dos almas totalmente distintas, pues así funcionan las parejas, son como el Yin y el Yang, totalmente opuestos, pero tan iguales.

Sólo quería la felicidad de su hermano mayor, y estaba seguro de que lo conseguiría.

Volví!!!! Que tal el capítulo, ah?

Les va gustando? Espero que sí, realmente, cuando veo las vistas en los capítulos, me dan más ganas de seguir actualizando esta historia.

Aún si no son muchas como otras historias, es suficiente para mí, pues me da alegría ver cómo leen mi fic de muchos otros más que hay.

Lxs amo y tomen awuita uwu 💘✨.

Mi chico de ojos morados {YoonSeok} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora