Capítulo XX [penúltimo]

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En ese momento todo era felicidad para ambos chicos, estaban perdidos en su mundo aún estando sentados mientras se miraban a los ojos.

Un instante, sólo un instante en el que Yoongi desvió su mirada a otro lado vió a ese hombre, aquel que le trajo odio a su vida y al cuál le tenía un resentimiento bestial.

Con enojo y furia se levantó dispuesto a ir tras él pero el menor lo detuvo.

—¿Ah? Hyung, ¿qué pasa? — Ladeó su cabeza.

—Espérame aquí, ya vengo. — Sin mirarlo caminó rápido hacia esa persona con las orejas rojas de la furia que estaba sintiendo.

Una vez llegó a su lado lo tomó fuertemente del brazo.

—¿¡Dónde has estado!? ¿¡Estás contento con lo que hiciste!?

—¿¡Cómo es que tratas de esta manera a tu padre!? Niño insolente. — Bufó molesto.

El pelinegro soltó una carcajada, nunca había reído de esa manera.

—No lo puedo creer. — Su risa no cesaba. —Eres un maldito hipócrita, haré que pagues por lo que le hiciste a mi madre y te aseguro que sufrirás como nunca.

En eso llegó el pelirrojo corriendo asustado por lo que estaba viendo y tomó el hombro del pelinegro.

—Hyung, ¿qué haces? — Cuestionó con el ceño ligeramente fruncido.

—Pequeño, vete de aquí. Yo me encargo de esto.

—Pero ¿quién es él? ¿Por qué lo tratas de ese modo?

—Este hombre, es quien le causó la herida a mi madre además de dejarla, él ni siquiera merece ser considerado un humano, gracias a él mi madre fue miserable desde la muerte de mi hermano, merece sufrir las consecuencias. — En su voz se podía notar la rabia que lo consumía.

—Pero... ¡Mgh!

El hombre aprovechó el pequeño momento de distracción del pelinegro para tomar al menor poniendo su mano en el cuello del contrario aplicando algo de fuerza.

—Si te atreves a hacerme algo o demandarme con la policía tu amiguito podría sufrir un poco.

—¡Suéltalo! Eres un estúpido mounstro. — Apretó los puños.

—Tengo que asegurarme de que no harás nada contra mí.

—Él ya sufrió mucho. Si quieres lastimar a alguien, aquí estoy yo, ya lastimaste a tu esposa, así que eres capaz de herir a tu hijo. Vamos, tómame a mí, de cualquier modo ya eres un mounstro. — Lo enfrentó.

—Tú...

El hombre se quedó pensando en las palabras de su hijo, tenía razón, ¿En qué se había convertido? ¿Por qué siempre le echó la culpa a su hijo mayor por la muerte de su hijo menor? ¿Por qué en un momento de ira mandó al hospital a su esposa? ¿Por qué?

Justo ahora estaba cuestionando sus actos, todos volvían a él como un torbellino en su mente, inconscientemente soltó al chico que tenía en sus manos y retrocedió unos cuantos pasos mientras seguía pensando en la escoria que era ahora mismo, no tenía derecho de pedir perdón o disculparse.

Alzó su mirada y encontró a su hijo abrazando fuertemente al otro chico, su rostro denotaba preocupación por ese muchacho el cual parecía asustado, nunca vió tal expresión en su hijo, sonrió ligeramente, tal vez no era la primera vez que tenía esas expresiones, si no que él siempre se las perdió por estar enojado todo el tiempo, perdió tiempo valioso para estar con su hijo debido a su molestia.

Tantas cosas que lo hacían sentir miserable llegaron a él como un balde de agua fría, ahora no podía hacer nada más que aceptar su destino.

—Padre...

Mi chico de ojos morados {YoonSeok} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora