Mundos Opuestos

Enfrentamiento

En esos momentos ambos estaban esperando en un estacionamiento privado, ventajas de ser policía, te daban libre albedrío o al menos así lo quería ver. Se volteó hacía su acompañante a punto de decirle algo importante —John, de veras quiero...— pero ni siquiera terminó de hablar cuando John se acercó a él de forma rápida y pegando ambos rostros, sin meditarlo cerró los ojos, escuchando la respiración del pelinegro.

—Considéralo un chaleco antibalas — Tony solo desvío la mirada al pensar de forma incorrecta el momento y John solo sonreía victorioso, aunque sus verdaderas intenciones iban a ser otras y ambos se miraban hasta que el castaño bajo su mirada al collar y empezaba a jugar con el medallón.

—Ni lo creas, iré contigo...estamos juntos en esto John— expresó mientras tomaba la mano del pelinegro y le daban un leve apretón como afirmación provocando en John una sensación tan extraña que le hizo sentirse nervioso por unos segundos, aquella calidez exprés por parte del moreno le provocaba un sinfín de pensamientos que aprovecho la distracción de Anthony para esposarlo al volante.

—Te quedas en el auto —fue la única respuesta que obtuvo y tratar de bajar se percató del sucio juego de John que empezó a maldecir al verlo desaparecer en aquel ascensor —Maldito — dijo frustrado mientras buscaba la llave entre sus bolsillos.

Por su parte Balthazar como demonio vanidoso que era admiraba su belleza en un espejo hasta que el calor intenso golpeó su rostro hasta empujarlo al escritorio que estaba cerca, sabía quien era y era justamente como lo había planeado que una risa empezó a sonar por aquel recinto. — ¡¿Fuego?! ¿¡eh?! — expresó con burla —¡Yo nací de esto! —

John solo entraba como si nada y le arroja una bola de cristal llena de agua bendita en el rostro de aquel demonio que sonreía sin descaro alguno, revelando su verdadera piel oscura — ¿Cómo va a cruzar Mammon, hibrido de porquería? —escupió con asco John ante aquel imbécil que tenía enfrente de él.

—Así es mejor, al natural John cariño... — expresó con malicia mientras tomaba al pelinegro por el cuello para alzarlo y hacerlo chocar con otro espejo, aunque el contrario lo intentaba patear sin éxito alguno; Anthony se mostraba desesperado que no dudo en sacar su arma y verificaba sala por sala en alguna pista, aunque el olor azufre se hacía más notorio. —Quédate en el auto, espera aquí— dijo como queja al recordar las ordenes de su lindo compañero —Jumm, hombres bonitos. Siempre igual de estrictos. —

Por otro lado, John estaba a punto de desmayarse por aquella presión en su cuello, genial moriría ante aquel híbrido idiota —No luches, pequeño Jhonny. Disfrútalo — expresó con deleite el demonio hasta que una bala cruzó por brazo provocando que soltara al pequeño Jhonny —¡Maldita sea! — exclamó con ira, aunque solo fue por unos segundos al notar al responsable de ello —Tú novio es lindo Jhonny— con toda la intención de atacar a Tony empezó caminar hacía a él pero un golpe por detrás le hizo caer de rodillas y acto seguido fue empujado hasta el escritorio. —Te veremos muy pronto —comentó agitado y adolorido por aquel mar de golpes que John le daba sin misericordia alguno.

—En realidad, lo dudó — expresó mientras saca una biblia.

—No puedes hacer trampa esta vez. Vas a volver al infierno. —

—Es verdad. Pero tú no — Baltazar por unos momentos empezó a asustarse ante aquella biblia y rosario que su expresión le hizo reía a John — Voy a leerte tus derechos ¿Tú sabes lo que es ser verdaderamente perdonado? Ser bienvenido al reino de Dios—

—No me vengas con tus idioteces bíblicos — respondió alterado al escuchar como empezaba con aquella oración —No eres sacerdote, no tienes poder. —

—Solo dime como cruzara Mammon y podrás volver a tu cloaca imbécil — pero al ver que no había ninguna respuesta continua con su rezó — Un demonio en el cielo. Que Dios se apiade de ti y te conceda el perdón de todos tus pecados. A quién perdonareis los pecados, les serán perdonados en el cielo...—

Balthazar empezó a asustarse al ver como su piel empezaba a quemarse mucho más hasta que empezó hablar —¡La sangre de Dios! Lo que mató al hijo de Dios, dará luz al hijo del diablo. —

—Por cierto, tienes que pedir la absolución para ser perdonado— El pelinegro solo sonrío victorioso y bajo del escritorio para ir con Tony —Ya lo descubrí, se cómo va a atravesar el infierno para crear su caos aquí. — Balthazar solo empieza a reír con fuerza, sintiendo su cuerpo destrozarse cada vez más, pero le restó importancia alguna mientras se levantaba poco a poco —¿De que te ríes? —

—No lo entiendes, Él era mi única misión y tú lo trajiste con nosotros Jhonny — Ambos miraban a Tony y John sentía como su pecho empezaba a sentir un vacío, como una mala premonición si seguían quedándose en ese lugar y John como respuesta solo le disparó hasta dejarlo en cenizas. —Ven, larguémonos ya. —

—Si vas caminando rápido ¿Significa que encontraste algo, cierto? — preguntó curioso Tony, pero John se detuvo de golpe y tomó el rostro del castaño con ambas manos poniendo nervioso a Tony.

—Jesús no murió al ser crucificado. Murió por la lanza del soldado. —

—Se llama...lanza del destino. Greg me hacía leer esos textos extraños. Se la historia de la crucifixión... — se limitó a responder al sentir la mirada ajena. Aunque de repente empezó a sentir un leve dolor en el vientre y sus ojos se tornaron de otro color, su respiración se empezó agitar de golpe provocando que yo lo soltara ante aquel aumentó de temperatura que quemaba sus dedos.

—¡Tony! ¡Tony! — exclamó con desesperación, pero un fuerte golpe lo hizo caer al suelo y la voz del castaño, sonaba por todo el recinto, llamándole y alzar su mirada se encontró con un par de ojos azules como el cielo y aquella cabellera rubia.

—Duerme imbécil... — y lo único que recuerda antes de caer inconsciente era un Tony siendo jalado con fuerza sin dejar de gritar su nombre. —To...ny...iré...por ti...—