Lo siento, Tony

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Tony no tenía ni la más remota de idea de todo este embrollo que su hermano le había causado aunque para empezar, no creía firmemente ¿Por qué? Es un hombre de ciencia y tecnología por algo estaba en el departamento de investigación —Realmente no sé si estoy es real John — susurra algo escéptico.

Constantine solo empezó a reír un poco ante el pequeño humano que tenía enfrente — Es hora de ir a visitar a Gregory ¿No crees? Y demostrarte que fue suicidio, no hay asesinos ni cultos en este caso... — Sabía que estaba siendo muy duro con el pequeño Doncel pero era la verdad, no quería darle esperanzas ni nada, por otra parte, Anthony solito soltó un suspiro mientras sacaba su juego de llaves e invitaba a John a su departamento.

— ¿Qué necesitas? ¿Hay que un pentagrama o algo? — pregunta divertido y Constantine solamente alzó una ceja ante aquello pero no dijo nada, el pequeño gatito le llamó mucho la atención — Es Morgan, el pequeño gato de mi hermano... Susle ser muy cariñoso — Tony se quitó su chaqueta y tomó asiento en el sofá mediano, sus manos cubrieron su rostro — ¿Qué es esta ciudad John? —

El mayor saco un cigarrillo ante de tomar asiento junto al menor — Como dije, es una ciudad donde los humanos son escasos, suelen ser brujos o personas como tú, comunes y con una vida pero aquí reina la noche... encontrarás que estamos conectados con el cielo y el infierno... pero solo es un pequeño poblado Anthony ya que en el mundo hay mucho —

— Mi padre, me pregunto si sabrá de esto o solo es como yo de incauto —

— Tu padre está enterado de todo, es su trabajo, aunque no le gusta mucho que interactúe pero es parte del
Oficio, que más da — El olor del cigarrillo le molestaba demasiado pero era su adiccion por algo estaba matándolo — Basta, empezamos de una vez. Solo necesito una olla con agua tibia, una silla y tú gato —

Anthony se fue sin decir nada, realmente estaba lleno de curiosidad ante todo esto. Los soldados demonios eran reales y sería estupido no creer en todo esta basura o lo que fuera realmente; tomó una olla para llenarla de agua mientras John estaba curioseando la sala de su anfitrión — Niguna foto de su hermano, ni de su familia — susurra para sí mismo hasta que Tony lo llamó — Con eso bastará —

Morgan se paseaba entre las piernas de John hasta que tomó asiento y Tony le entregaba la olla — Necesito que te vayas, es muy peligroso todo esto — ordena sin siquiera mirar al menor. — No te atrevas a decir algo y solo obedece ¿Acaso no quieres saber sobre tu hermano? —

— Bastardo — exclama mientras caminaba hasta la puerta pero se detuvo unos segundos mientras miraba el picaporte.

— ¿En verdad crees que no se suicidaría Anthony? —

— Ni es un millón de años — y eso fue lo que motivó a John a continuar.

Constantine soltó un suspiro suave y tomó a Morgan entre sus manos — Bien, llegó la hora — Ambos se quedaron viéndose a los ojos durante unos minutos hasta que la respiración de John empezó agitarse y el tiempo detenerse para todos, Tony salía pero cerraba lentamente la puerta aunque no lograba ver algo; las pupilas de John se tornaron negros hasta que los cerró con fuerza y de pronto todo fue oscureciendo.

Al abrirlo sintió una brisa ardiente golpear su rostro que hizo abrir sus ojos, gritos desgarradores por todo el lugar, había llegado al infierno, lleno de caos y agonia, brazos saliendo del piso en busca de una salvación que jamás llegaría, sangrando con mucho dolor ¿Así acabaría él? Empezó a caminar deprisa en busca de un humano, siendo jalando por desesperación por aquella Almas en pena hasta que poco a poco soldados demonios, de diferentes formas, algunos con forma humana y trajes desgarrados llenos de sangre estaban detrás de él, claramente no tenían ojos pero en el
Infierno no lo necesitaban — Malditos — susurró al ver cómo empezaban a correr en dirección a él mientras reían provocando que Constantine hicieron lo mismo hasta que observó a Gregory — No puede ser... cierto — Exclama sorprendió al verlo — ¡Son gemelos! —

Sentía sus piernas arder por aquellas llamas infernales que empezaban a salir del subsuelo al sentir un alma viva, aquellos soldados demonios desgarraban la camisa delmayor pero poco lo importó — Espera... espera ¡Estoy aquí por Tony! — grita con toda sus fuerza provocando que Greg se detuviera su paso hacia el hoyo infernal que trituraría su alma por toda la eternidad, repitiendo aquella caminata.

— To...Tony.. — susurra mientras lágrimas caían, y se giró hacia a John.

Constantine logró tomarlo del brazo con fuerza mientras lo jalaba hasta a él — ¿Por qué Greg? — pregunta agitado — Él reza por ti —

Durante esos largos segundos Greg no respondió hasta que tomó el rostro de John mientras lo miraba a los ojos, aunque estuviera en el infierno podía sentir paz ante aquella mirada ¿Acaso tenía la misma mirada de un ángel? — Protégelo... Sálvalo... por favor, solo tú puedes — susurra Gregory hasta que le robó un dulce beso casto provocando que John se sobresaltara y Greg le entregó su cintilla del hospital — Y dile que lo siento... — Sin decir nada más empujó a John hacia una columna — Regrésalo Morgan ... — Lo único que recuerda Constantine era a Gregory sonreír.

— An....Anthony... — susurra mientras tosía con fuerza, podía jurar que su pulmón saldría de su pecho en cualquier momento.

Tony no tardó en entrar y ver a John humeante lo dejó atónito hasta que se acercó a él para calmarlo — Carajo... ¿Estás bien John? — Exclama preocupado mientras tomaba el rostro del mayor para buscar su mirada — John... — susurra.

Para Constantine fue su perdición aquella mirada, ojos color miel que cambiaba con la luz, esa mirada tam angelical que le calmaba el dolor de pecho pero que transmitía un pasado doloroso y lleno de traiciones, era mucho mejor que la de Gregory.

— Se suicido Tony, lo siento. Está en el infierno — Y antes que pudiera decir al el menor le enseñó la cintilla dejando boquiabierto a Tony y eso fue más que suficiente para hacer llorar al enano que se cubríasu rostro mientras Constantine lo abrazaba con fuerza tratando de calmarlo mientras la duda le acechaba ¿Por qué Greg le pidió salvarlo? ¿a qué se refería? ¿Por qué lo besó? Es como quisiera transmitirle algo pero no tenía la más remota idea de que sería.

Morgue, 12pm

Henessy apreciaba mucho a John como si fuera alguien de su propia familia, desde hace mucho que se conocía y siempre lo había protegido de todo hasta de la misma muerte es por eso que cada vez que podía ayudaba a Constantine en todo sus casos sin importar nada así que esta vez no sería la excepción. Sabía que se metía en problemas legales estando en la morgue pero había descubierto algo interesante que requería su atención de inmediato, aquel suicidio en el tejado no era normal y sentía un Aura diferente ¿Qué podía significar?

Pudo burla la seguridad pero ver aquellos cuerpo inerte y fríos le hacían desistir pero su voluntad era fuerte, buscó uno por uno hasta que lo encontró ahí, piel demasiado pálido y labios morados, frío igual que el hielo

"Gregory Stark"

Toco su brazo y sintió un pequeño piquete que le hizo retroceder un poco, una visión nada buena — Eres tú, cierto — y al volver a tocarlo pudo confírmalo, una señal en su muñeca le dio entender que nada estaba bien ni siquiera John podría con lo que se avecinaba; corrió hasta la licoreria de enfrente, su garganta estaba demasiado seca y las voces lo estaban torturando — Por favor... paren ya — exclama desesperado mientras se cubría los oídos pero sin éxito.

Abrió cada botella para ahogar su mente en el alcohol pero... pero nada, botellas secas y su garganta se cerraba en cada minuto que pasaba hasta que tomó una navaja y empezó apuñalar su muñeca mientras lloraba desesperadamente — John... mi pequeño John, solo tú puede hijo mío, te...te dejo todo a ti mi pequeño — Colapso sin decir más mientras su mano sangraba rápidamente.

Desde la calle un hombre con un traje muy fino observaba al cura con una pequeña sonrisa, disfrutando del dolor humano, de esas lágrimas que derrochaban amor por su prójimo — Patético — susurra para sí mismo, sus ojos negros con su iris rojiza pero su sonrisa desapareció al ver como aquel ángel extendía sus alas retándolo.

— Estupido... — susurra aquel demonio mientras desaparecía al ver aquellos policías llegar.

El príncipe se acercaba y pelearía contra Jehova y Lucifer para gobernar la tierra, sin saber que su mayor debilidad era Constantine junto con Tony Stark.

La ciudad de Los Ángeles sería el campo de una sangrienta batalla por la salvación o supremacía.

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