13. El día de la boda.

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Tal como Min había prometido el me mando una estilista y un traje que al parecer es muy caro pero es muy bonito, estoy muy nervioso, Saeng a pesar de no estar de acuerdo con la boda me está ayudando a arreglarme a pesar de que hay alguien que lo haga pero a el no le estaba gustando el peinado que me había hecho la estilista al irse.

- Debería hacer bien su trabajo - gruñó - mira nadamas como te peino.

- Calmate, a mi me gustó - mentí - además no me veo tan mal.

- No mientas - suspiro - siéntate, te arreglare bien.

- Esta bien - tome asiento - Saeng eres un gran hermano.

- Gracias, a pesar de que no estoy muy feliz quiero que sepas que tienes mi apoyo.

- Gracias.

Después de un rato Saeng terminó conmigo y definitivamente el debió estudiar para estilista, de verdad no me reconocía frente al espejo, No tenía mucho maquillaje pero si cambiaba un poco.

- Sólo te falta algo - hizo que lo viera.

- ¿Que?

Vi que salió de la habitación y regreso a los pocos minutos con una cajita de terciopelo negra, se acercó a mi y se puso detrás al instante vi como me ponía un hermoso collar de oro.

- Se te ve hermoso - me abrazo por detrás y sonrió.

- Es hermoso - quise llorar.

- Hey - me dio la vuelta - No llores que hoy me costó mucho trabajo verte así de lindo.

- Pero es que te extrañaré demasiado.

- No llores, te iré a visitar o nos veremos para salir juntos

Yo sólo asentí, espere unos minutos hasta que alguien llamo a la puerta, era el chofer que Min mando a buscarme, Saeng se iba con Hyun en su carro y pues yo iría sólo como era de esperarse.

Al subir al carro me puse más nervioso y mis manos temblaban, me mordia el labio inferior o miraba a través de la ventana del carro pero lo más extraño era que yo sentía algo raro en el pecho, ya tenía caso una hora de haber salido del edificio y aún no llegaba al lugar donde se llevaría acabó la boda.

- Joven la llanta del coche se puncho - mencionó al detener el auto - traigo un repuesto atrás pero tardaré un poco en cambiarla.

- ¡Oh!, no te preocupes adelante pero trata de no tardar, quiero llegar a tiempo para la boda.

- Claro joven - sonrió - llegará a tiempo se lo aseguro.

Hacia mucho calor allí dentro, suspire y recargue mi cabeza sobre mi asiento, cerré los ojos unos minutos, a lo largo del tiempo escuche que abrían la puerta del coche, pensé que era el chofer pero no fue así, alguien me estaba tapando la cara y me drogo con un pañuelo, a lo lejos escuche la voz del chofer pero en lugar de defenderle decía que me llevarán a la otra camioneta.

*************

Teníamos varias horas buscando a Jun, Min llegó hasta nosotros con mucho miedo.

- ¿Qué pasó con Jun? - Su mandíbula temblaba - Por que aún no a llegado si yo mande al chofer por el.

- Al parecer alguien envío a otro hombre para hacerse pasar por tú chofer - opino Hyun.

- ¿Pero quien pudo ser? - Saeng dijo llorando - el no tiene enemigos.

- El no, pero yo si - interrumpió Min

- ¿Crees que alguno de ellos pudo hacerle daño?

- Claro que Si, pero necesito que Saeng me diga que es exactamente lo que pasó en la mañana.

- Si - trato de tranquilizarse y seco sus lágrimas - Esta mañana después de arreglarse fue a la sala a espera un rato, la puerta empezó a ser golpeada y yo fui rápido a abrir, el hombre vestia un traje negro y lentes oscuros dijo que era tú chofer y que lo habías enviado para ser el chofer de Jun, él y yo nos despedimos y acordamos vernos aquí en el lugar de la boda, al llegar pensé que el estaría aquí pero no lo vi y empecé a preguntar por el pero nadie me dio respuesta.

- Y ¿Por qué no le llamas?

- Jun no llevo teléfono - bajo la mirada - de hecho el no tiene teléfono.

Min hablo a la policía y a mover tierra mar y cielo para dar con el paradero de Jun, Saeng fue interrogado y describió a la persona que se llevó a Jun.

*************

Empecé a reaccionar, el aire me faltaba mi vista estaba nublada me sentía mareado y con dolor de cabeza, quise sentarme pero algo impedía el movimiento de mis manos y pies, volví a cerrar los ojos tratando de recordar. El chillidos una puerta y un par de voces me hizo abrir de nuevo los ojos.

- Parece que el niño bonito ya despertó - grito uno de ellos.

- Para ser alguien sin importancia nos esta dejando una buena lana - respondió el otro.

- El jefe dijo que le diéramos algo de comida y agua.

- Pero porque hemos de alimentarlo sino es nada importante.

- Cállate idiota, recuerda que esto es un trabajo y nosotros obedecemos órdenes.

Al cabo de un par de horas más alguien tiro de mi con mucha brusquedad, ambos hombres estaban encapuchados y no les podía ver la cara, ambos se hablaban por sobrenombres, uno de ellos me quito la cinta de la boca.

- ¿Quienes son ustedes? - en mi voz se sentía el miedo que tenía - Por favor déjenme ir.

- Eso a ti no te interesa - uno me apunto a la cabeza con un arma - y es mejor que estés flojito y cooperando.

- Es...esta bien - empecé a llorar - Pero por favor no me hagan nada.

- Así me gusta - sonrió con malicia - después veremos que hacer contigo.

- Bien es hora de que comas - mencionó el que se hizo pasar por chofer.

- No.. no puedo comer - mi mandíbula temblaba.

- ¡Como de que no puedes comer!

- Es que.... - cerré los ojos al ver el arma justo frente a mi - te..tengo las manos amarradas.

- Cállate Call el chico tiene razón y ¡¡¡deja de jugar con esa maldita arma!!!

El hombre del arma salió de ese lugar que parecía ser una bodega, el otro se puso detrás de mi y me desamarro la mano, después me puso una cadena en la mano izquierda.

- Ahora come.

Me quedé sólo tratando de comer pero ni siquiera lograba tragar la comida que me habían dado, ellos estaban afuera discutiendo, sus gritos se escuchaban pero al parecer a ellos no les preocupaba pues parecía que estábamos en un lugar solitario, lejos de todo y de todos.

Matrimonio por contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora