Despertar

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Samantha no lograba dormirse. Daba vueltas, abrazaba a su novio, volvía a darse la vuelta, y aún así el sueño no le llegaba. Suspiró cansada y miró a Flavio. Estaba de lado con los ojitos cerrados y la boca levemente abierda. De su garganta salían ruidos que Samantha pudo interpretar como gemidos.

Sintió sus pliegues mojarse, y dirigió dos dedos a su coño. Los introdujo de una vez y gimió al sentirse.

Bajó la vista hacia la polla de su novio y la pudo ver visiblemente erecta. Se mordió el labio y dirgió una de sus manos al miembro de Flavio. Comenzó a acariciarlo con movimientos lentos que fueron aumentando. Paró para escupir saliva en su mano y que las caricias fueran más resbaladizas.

Cuando Samantha notó que Flavio había abierto los ojos, se acomodó frente a su polla y se la metió de una vez en la boca, Se mantuvo unos segundos así, con la erección de su novio tocándole la garganta.

Comenzó a mover la cabeza de arriba hacia abajo, metiendo y sacando la polla de Flavio de su boca. Notó como él comenzaba a mover su pelvis para que chupara más, por lo que tomó una mano de Flavio y la dirigió a su cabeza, dándole paso a él para que la moviese como se le antojara.

Flavio no necesitó más para comenzar a mover la cabeza de Samantha con rapidez, procurando que se tragase toda su polla. La rubia oyó como Flavio gemía cada vez más fuerte, señal de que estaba por correrse.

-Sam...- susurró Flavio.- Cariño, me voy a correr.

Samantha aumentó la velocidad, y con su mano comenzó a masajearle los testículos. Flavio gimió cuando el orgasmo le llegó. Y en lugar de quitarse, Samantha se mantuvo quieta en su lugar, con la polla de Flavio totalmente metida en su boca, al mismo tiempo que absorvía todos los líquidos que él había soltado.

Sabiendo que Flavio la estaba mirando, puso su mejor cara seductora y gimió cuando el semen de su novio pasó por su garganta. Se encargó de lamer nuevamente toda la longitud de Flavio para limpiarla, y finalmente se pasó la lengua por los labios para quitarse cualquier resto de los fluídos.

El murciano la miraba mientras se mordía el labio, y pudo jurar que jamás había querido follarla tan brutalmente como ese día. Se arrodilló en la cama, y con una mirada le indicó a Samantha que hiciera lo mismo. Cuando estuvieron frente a frente, Flavio se lanzó directamente al cuello de la rubia.

-Te voy a dar la follada de tu vida- le susurró Flavio al oído mientras la tomaba del pelo y metía tres dedos en su coño.-Voy a castigarte por despertarme.

La tomó por los hombros y la dio vuelta para tirarla boca abajo sobre la cama, le hizo elevar el culo para pegarle una nalgada que resonó por toda la habitación, al igual que el fuerte gemido de Samantha.

-Más- pudo escuchar Flavio.

-Como digas- dijo él, pegándole otra nalgada al mismo tiempo que se introducía lentamente dentro de ella.

-Hmmm...- gimió Samantha.

Flavio la tomó del pelo, elevando su cabeza para que lo mirase a los ojos. La besó con furia y se separó de ella mordiéndole el labio. Comenzó a bombear dentro de la rubia con rapidez. En la habitación podía oírse los gemidos de Samantha y el choque entre sus cuerpos.

La tomó por la cintura para poder penetrarla aún más rápido. El vaivén era explosivo, y Samantha no paraba de gemir. Sintió las piernas de la rubia temblar y dirigió una de sus manos al su coño para acariciar su clítoris.

En un arrebato, dio vuelta el cuerpo de la rubia y volvió a penetrarla. La tomó del cuello y dirigió su boca a las tetas de Samantha para chuparlas. Sintió las paredes de la rubia apretándole la polla, y un fuerte gemido le indicó que se había corrido.

Flavio continuó penetrándola para correrse él también, y Samantha pudo sentir como el semen de Flavio se colaba en su interior, llenándola completamente. La besó con desesperación, para luego bajar por su cuerpo hasta su coño y lamerlo.

Samantha lo quitó, y le indicó con un gesto que se acueste en la cama. Una vez Flavio estaba debajo, ella abrió sus piernas y se sentó sobre la cara de su novio. Gimió al sentir nuevamente la lengua de Flavio chupándola entera, y comenzó a mover sus caderas para sentir más placer.

Dos dedos de Flavio se colaron en su interior y sintió las piernas temblar. Se apoyó como pudo en la cabecera de la cama y se corrió en toda la regla. Dejó que Flavio chupase todos sus fluídos y se quitó, satisfecha. Se sentó sobre su regazo, rozando su coño con la polla de Flavio, y comenzó a frotarse sobre él.

-Samantha...- dijo él en un susurro al sentir los húmedos pliegues de su novia en su polla.

Flavio con una mano tomó su polla y la introdujo de una vez ek el coño de Samantha. Gimió al sentir esa calidez y le pegó una nalgada.

-Muévete- le ordenó él.

Samantha comenzó a saltar sobre la polla de su novio. Abrió las piernas aun más para que la erección entrase completamente, y al sentirla toda aumentó la velocidad de sus movimientos.

Se movía de arriba hacia abajo, de un lado al otro, lento y después rápido. Y eso volvía loco a Flavio, que juntó las tetas de Samantha y las chupó todas, llenándolas de su saliva.

Flavio fue el primero en correrse, llenando nuevamente a Samantha de aquel líquido espeso. La rubia se corrió segundos después, fascinada con la sensación de sentir como su novio se descargaba dentro de ella.

Suspiró y se recostó sobre el pecho de Flavio, aún con su polla dentro. Cerró los ojos y decidió dormirse. El murciano no se durmió, pero de igual forma cerró los ojos y deseó quedarse así para siempre.

flamantha one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora